Capítulo 4

2 0 0
                                    

Regresé a mi casa después de revisar que las cosas se hubieran calmado. Al parecer si había entrado algo del páramo al mismo tiempo que entró Eros, un pequeño animal con la cola larga rosada y dientes grandes, al parecer podía ser peligrosa si mordía a alguien. Se habían quitado las alarmas y todo parecía en orden, la historia oficial es que con alguno de los exploradores se pudo haber metido. 

Cuando regresé a la casa Khiana aún no había llegado así aproveché para cenar con Eros. Cenamos y regresamos al cuarto, no quería que Khiana lo viera y empezara a hacer preguntas. Cuando ella regresó puse como excusa que no me sentía muy bien y que mañana iba a hacerme una revisión. 

— ¿Dónde vas a dormir tú?— preguntó Eros.

— En mi cama— respondí.

— ¿Y dónde voy a dormir yo?— volvió a preguntar.

— En mi cama — volví a responder.

— ¿Y tú no tienes problema con eso?

— ¿Por qué tendría que tener un problema? Yo tengo una cama, ambos tenemos que dormir, los dos cabemos en la cama. Yo no veo el problema— respondí.

Me parecía muy extraño...

— Como se nota que has pasado mucho tiempo entre clones...— dijo y se sentó en la cama y se empezó a quitar los zapatos.

Caminé hasta mi armario y saqué mi ropa para dormir. Era blanca como toda mi ropa.

Estaba a punto de quitarme la blusa cuando Eros gritó: — ¡Para!

—No grites ¿Qué pasa? — pregunté.

—Clase de humanidad, primera lección: No te desnudes enfrente de alguien que no conoces— dijo.

—¿Por qué no? Es mi cuarto... Puedo hacer lo que quiera— dije. 

— Solo no lo hagas, es algo muy complicado de explicar, si decides venir conmigo en algún momento te lo explicaré. 

— ¿Entonces qué hago? Tengo que cambiarme.

Eros se tapó los ojos con las manos. 

— Ahora si, cámbiate. 

 Comencé quitándome la blusa , después me quite los pantalones y me puse mi pijama. Caminé hasta mi cama y me metí. Me quedé dormida más rápido de lo que esperaba.

«— Mamá, Papá no se vayan, no me dejen—dije.»

«— Sabes que no podemos quedarnos, vas a estar más segura si nos vamos. Cuando sea el momento nos volveremos a ver, pero hasta ese momento tienes que quedarte aquí— dijo papá»

«— ¿Y cómo sabré cuando es tiempo de salir de la ciudad?— pregunté. »

Estaba muy asustada, no entendía porque pero lo estaba.

«— Simplemente lo sabrás, lo sentirás. Sigue a tus instintos, ellos nunca te defraudarán. Sé que tienes miedo, pero eso significa que eres humana. Hasta pronto mi niña— dijo mi padre besando mi frente.»

Me desperté de golpe. Sentí algo mojado en las mejillas. Estaba llorando. ¿Qué significaban estos sueños? ¿Seguir mis instintos? ¿Sentir miedo me hacia humana?

Me levanté un poco y me senté en la cama. Volteé a ver a Eros que estaba acostado al lado de mí. Su cabello castaño rizado caía en su frente. Se veía tan joven dormido, no tendría un año o dos más que yo. No lo había notado pero tenía una cicatriz al lado de la ceja. Me pregunto que le habrá pasado.

Me volví a acostar en la cama y mirar al techo. ¿Sera este el momento del que mi padre hablaba en él sueño? Salir de la ciudad con Eros me emocionaba pero a la vez me asustaba. ¿Cómo podía confiar en él si apenas lo conocía? ¿Y por qué quería que fuera con él?

—¿Estás despierta?dijo Eros al lado de mí.

—Si respondí.

—¿Ya lo pensaste?preguntó.

Sabía a lo que se refería...

—Aún lo sigo pensando pero tengo bastantes preguntas respondí.

—Pregúntalas.

—¿Por qué quieres que vaya contigo? pregunté.

—Porque la soledad me está volviendo loco. Desde que murieron mis padres hace unos años no había hablado con alguien hasta que me encontré a la clon en el bosque. De tanto tiempo de no hablar con alguien pensé que ya no podíarespondió.

Era triste, al menos yo no tenía que enfrentarme a la soledad y yo si hablaba con alguien todos los días.

—¿Cómo sé que puedo confiar en ti?

—Porque yo confío en tidijo entre bostezos y luego continuó: Vamos a dormir, mañana tengo que irme temprano para llegar antes de la noche. Si quieres venir conmigo adelante, sino fue un placer conocerte.

Me quedé callada. ¿Qué iba a hacer? Quería ir con él pero tenía miedo de no poder confiar en él; pero también tenía miedo que este fuera el momento del que mi padre hablaba en el sueño y no hacerle caso a mi instinto. Si es que tenía uno...

Las preguntas me carcomían y no pude volver a dormir en toda la noche. Estuve pensando en si existe Eros entonces pueden existir otros humanos y si existen otros humanos a lo mejor mi oportunidad de amar podía existir, a lo mejor mis padres también siguen vivos, a lo mejor existe esperanza después de todo. 

Eros se despertó. 

— ¿Ya lo decidiste?— preguntó. 

— Si, voy contigo, si existes tu a lo mejor existen otros, a lo mejor pueda encontrar una explicación a todo lo que está pasando. 

— Yo también pensé que era el único pero ya vi que no, yo también quiero encontrar a los demás. 

Era muy temprano en la mañana, nadie estaba despierto más que nosotros, así que poco de mi ropa y comida para el largo camino que nos deparaba. Según Eros era un viaje de un día entero, si es que nos apurábamos, tendríamos que pasar la noche fuera. Tenía miedo de cruzar el páramo pero Eros decía que ya no era tóxico como antes, supongo que ahora confiaba en él. 

Una hora antes de que empezara la jornada de trabajo salimos todavía de noche rumbo a la muralla. Yo conocía una manera de salir sin ser detectada, no sé como lo sabía, solo lo hacía. Salimos a través de un viejo túnel de ventilación que ya no se usaba, por el no necesitabas claves para entrar o salir, solo gatear por él por 5 minutos. Tenía sentido que nunca hubieran clausurado el túnel, ningún clon saldría por ahí. 

Había salido de la ciudad y no había nada. 

— ¿Te esperabas esto?— preguntó Eros. 

— Sabía que era feo pero creí que al menos había algo más, no esta cosa que se pega en todos lados. 

— Se llama arena y tienes razón, a mi tampoco me gusta, pero te prometo que no todo es así, a verás. 

La última humamaWhere stories live. Discover now