130.

105 15 3
                                    

NARRA MATTEO:

Seguí caminando hundiéndome en mis pensamientos. Realmente quería a Giulia, pero esto no estaba bien. Es tan angustiante saber que no podemos estar juntos

— ¡Matteo!—Escuché gritar a Giulia, pero hago caso omiso —¡Cuidado!

Pero cuidado ¿Con qué?

—Te lo advertí Matteo, te lo advertí

—Matteo... Matteo—escucho unas voces lejanas—Matteo no cierres los ojos, voy a llamar a la ambulancia

No donde estoy...
No recuerdo que pasó...

***

—No hable, sólo mueva su mano en señal a la respuesta—Escucho a una señora decirme, dicha señora llevaba un traje de color blanco — ¿Le duele algo?

Niego con la mano, moviéndola de derecha a izquierda

¿Recuerda algo?

¿Lo recordaba? La verdad no recuerdo mucho lo que pasó

Muevo la mano en señal de "más o menos"

—Bien...—Me dice mientras anota algo en su libreta — Hay una joven que quiere verlo, pero no puedo permitirla pasar aún, hasta el horario de visita, se llama Giulia

—Claro, es mi novia, déjela pasar en cuánto pueda — Dije, dificultándome el hablar

—Está bien

Pasaron unos minutos, que fueron como horas. En fin, ¿No les ha pasado que están aburridos de esperar y se ponen a recordar?

Me puse a recordar el beso que nos dimos con Giulia en el aeropuerto

También me puse a recordar el libro que me diste en donde estaban plasmados todos tus sentimientos hacia mí... wow... en verdad era harto

NARRA GIULIA:

No puedo creer lo que le pasó a Matteo, pero no entiendo

¿Advertir, sobre qué?

Esa y otra preguntas fueron las que me estaban carcomiendo por dentro

—Señorita, su novio la está esperando, ahí dentro, quiere verla—Me dice un joven que al parecer es enfermero— Me presento, soy
enfermero, yo ayudo a la doctora que está atendiendo a Matteo

No sé qué es lo peor, que me haya dicho "Señorita" e inmediatamente pensar en la canción de Shawn Mendes y Camila Cabello o que haya dicho ¿su novio? ¿Matteo?


Esperen esperen ¿Matteo desde cuándo era mi novio?

Eh...si, mucho gusto—Digo pero las palabras escasamente salen de mi boca

—Puede pasar, tercera puerta a mano izquierda, toma el ascensor al cuarto piso, habitación 207

—Ah, okey, gracias

Al entrar encuentro a Matteo, acostado en una cama, comúnmente de hospital, con sus fierros, y la espalda levemente inclinada. No pude evitar y quise llenarlo de interrogaciones, pero por el momento no pudo ser

—Olvidé decir, no deje que hable tanto, su novio tiene que estar en reposo, su accidente no fue menor, tuvimos que hacerle una operación en el estómago, debido a que el objeto punzante dio justo ahí. Debe estar en reposo una semana y ya mañana podrá hablar normalmente, pero hoy, lo más reducido posible, son órdenes estrictas de la doctora, para que su recuperación sea efectiva

Y aquí vamos de nuevo ¿Novio? Y ahora en frente de él

—Si... enfermero, Estoy seguro que mi novia sabrá cuidarme—Dice Matteo

—Bien, con su permiso me retiro, recuerde, cualquier cosa que necesite, puede pulsar el botón que está en el costado izquierdo de su cama—Y con eso el joven se retira

—Matteo, ¿Novia?

—Cierto, es que tomé por hecho que ese beso que nos dimos era que me estabas proponiendo ser tu novio

—Matteo, me dijiste que no querías ser nada, porque no podías, que algo te lo impedía

—Ah ya, cállate Giulia, Por favor—No me deja terminar y me besa —Si quieres que te lo pregunte formalmente lo haré—Añade Matteo

—Está bien, arrodillate

—Muy graciosita andas Giulia—Me dice y yo riéndome como nunca

—Por cierto, tu no me querrás ver la cara de tonta, el enfermero dijo claramente que te calles, que no hablaras mucho y mírate, lo que más has hecho es hablar, bueno, ahora me harás el favor y guardaras silencio—Digo

—Está bien, pero a penas salga de aquí, haré algo súper especial para pedirte ser mi novia, y formal

—Sisi, bueno Matteo—Algo me decía que se le iba a olvidar, mientras le acaricio el cabello café oscuro que tiene y así estuvimos, en un silencio profundo, me encantaba cuidarlo, Y el silencio era cómodo, apto para el momento, aunque quisiera decirle que lo quería, Matteo debía saberlo

—Te quiero... —Dice Matteo, como si me hubiera leído la mente

—Y yo a ti, Matteo, me leíste la mente, pensaba en eso







Para El Chico Que Siempre Recordaré ©  I & IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora