Parte 2

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Fue un día agotador, se quitó los zapatos en la puerta de entrada y camino con lentitud hasta el sillón más cercano, se echó en el como un saco de plomo y contempló el techo sin color de sus aposentos. No tenía muchas cosas, lo necesario para el uso diario, los repentinos cambios de casa la tenían molesta y asustada, tanto así que todo su estilo de vida se vio afectado cuando comenzaron los problemas, sentía que no estaba sola en ningún momento.
Respiró calmadamente durante quince minutos, descansando un poco antes de que su estómago gritara que debía comer, se levantó protestando internamente y camino hasta la cocina, fue ahí cuando toda su paz se esfumó como el viento; sobre la mesa de la cocina había un gran canasto con fruta y una tarjeta a un costado. Se acercó lentamente y temblando tomó el trozo de papel:
— “Tú belleza me mantiene vivo cada día, tus ojos dorados son mí sol de la mañana ¿Aún piensas que alguien podrá encontrarme y separarme de ti?”
La soltó como si estuviera contagiada y salió corriendo hasta la entrada, saco su móvil con las manos temblorosas y marcó el número que aparecía en la tarjeta del detective, quién contesto al segundo timbrado.
— ¡Estuvo aquí, en mí casa! — gritó alarmada y con llanto — ¡Dejó una canasta en mí casa!
Daiki salto de su cama como un canguro, trato de controlar a la chica con su voz de pacificador, y le pidió que no tocará nada, él iría enseguida hasta su hogar.
A los diez minutos el moreno cumplió con su palabra, se encontraba en la puerta de la rubia acompañado de dos sujetos con trajes azules y herramientas en sus manos.
— Ellos son de criminología, harán pericias en el lugar, esperamos encontrar alguna pista o huellas que haya dejado la persona que ingresó — soltó Daiki al notar que Ryoko estaba nerviosa con la presencia de los especialistas. — Son cosas de rutina, en cuanto se vayan podrás descansar, estaré contigo esta noche.
La rubia se giró aún asustada y miro a los ojos azules del Daiki, asintió con la cabeza como una niña pequeña y se lanzó a su pecho conteniendo las lágrimas que querían escapar como un torrente. Daiki no estaba acostumbrado a tales muestras de cariño, por lo general trabajaba con cadáveres así que se había vuelto algo frío para las situaciones sentimentales, puso su mano en la espalda de Ryoko como si estuviera tocando hielo, no tan seguro de afirmarla con fuerza pero no la soltó.
Al terminar con la inspección del lugar los agentes se retiraron, Aomine reviso que todo estuviera cerrado; ventanas, puertas, reja, etc. Se dio cuenta que la casa de Ryoko no tenía tantas cosas y aún más cuando subió a la habitación de la chica, pensaba que una estrella como ella tendría varios clóset con ropa, zapatos, accesorios y miles de cosas que seguramente no alcanzaría a usar, pero no, a penas un clóset con ropa, varios zapatos ordenados en el suelo y un pequeño tocador de color marrón barnizado. Observó el ventanal que la muchacha tenía en el cuarto, daba hacia el jardín y se veía poco seguro, revisó la cerradura con cuidado y puso atención a los alrededores, se quedaría por ahí cerca ante cualquier cosa, Ryoko por su parte estaba sentada a los pies de su cama, con la mirada pérdida en el piso y su cuerpo rígido, aún con una expresión de miedo en su rostro, Daiki se acercó suavemente y le habló pero la rubia ni siquiera notó la presencia del hombre, una vez más le habló con voz suave y ella levantó la cabeza por inercia.
— ¿Qué sucede?
— Le pregunté si había otro cuarto en la casa.
— A la izquierda de este, hay uno pequeño, está vacío.
Aomine camino por el pasillo, le servía para conocer el lugar y tal como había dicho Ryoko, el cuarto estaba completamente vacío, también daba hacia el jardín así que le pareció un buen sitio para pernoctar aquella noche. Había llevado un saco de dormir, una cajetilla de cigarrillos, encendedor y café, debía estar atento ante cualquier avance o visita desprevenida.
Ryoko vivía sola, se había acostumbrado así desde que empezó en el mundo del modelaje, tres veces a la semana iba una mujer para asear el hogar y casi nunca llevaba visitas al lugar. No había tenido un novio formal desde que se hizo popular, siempre dio prioridad a su carrera y con el poco tiempo que tenía, no daba para atender a un hombre. Muchas veces se culpaba inconscientemente por lo que estaba viviendo, quizá le había dado falsas esperanzas a alguien sin quererlo, con sus palabras o sus actos, hasta había pensado en dejar todo porque se sentía horrible y cansada, quería que todo terminara de una vez. Por suerte su familia la apoyaba, su mánager e incluso sus amigos, aunque los veía pocas veces, sentir todo ese apoyo y cariño envolviéndola le daba fortaleza para continuar y sonreír cada día. Y a decir verdad, tener a un guapo policía en su casa la reconfortaba y le daba confianza, suspiró y para quitarse de la cabeza todo ese enrollo decidió tomar una ducha, camino descalza hasta el baño y tras quitarse la ropa dejó que el agua inundará su cuerpo.
Aomine escuchaba el ruido de la regadera, aprovechó que la muchacha estaba ocupada para revisar su domicilio, buscando algo que pudiese servir para la investigación, camino por la cocina, la estancia, la pequeña lavandería que tenía en un costado y el patio trasero. El frío de la noche le golpeó la cara, saco un cigarrillo y lo encendió, el humo se esparció por el aire formando una nube sobre él, mientas seguía con la vista cada rincón del lugar, hasta ese momento no había encontrado nada raro pero su teléfono comenzó a vibrar y el moreno no esperaba ninguna llamada nocturna.
El número en la pantalla era desconocido, acepto con un poco de recelo y antes que pudiese contestar una voz robótica le habló.
— Buenas noches detective, me da gusto ver una cara nueva por este lugar.
La sangre de Daiki se congeló, y comenzó a mirar en todas direcciones como un loco.
— Eres muy tonto si piensas que podrás encontrarme tan fácil, te lo digo ahora, deja de este caso o lo lamentaras.
— ¿Qué voy a lamentar? — respondió tragando saliva con fortaleza.
— Lo lamentaras como todos los que pasaron antes que tú.

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⏰ Última actualización: Sep 29, 2019 ⏰

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Acosada [Aomine Daiki x Kise Ryota Fem]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora