Let me love you

When the party's over -Billie Eilish-

Sus ojos verdes reflejaban terror, un terror que había mantenido oculto muy dentro de su ser, aunque nunca lo hubiera admitido a nadie. Temía a aquella mujer.
Mientras ella se acercaba con una tétrica sonrisa hacia él, el arma se recargaba para otro mortal disparo, que esta vez no lograría esquivar. Estaba herido, no sólo físicamente, su alma estaba destrozada, sus pensamientos eran dagas filosas que lo apuñalaban más profundo cada vez. Porque él sabía que esto algún día pasaría, en cuanto lo supiera ella lo mataría. Y dolía, su realidad dolía más que su cuerpo herido.

¿Cómo había sucedido todo esto? No estaba muy seguro, pero parecía ya no tener sentido. En este punto de su vida donde daba todo de sí, para al final, simplemente ser abandonado y cruelmente asesinado ya nada valía la pena. Nada importaba si todos le habían abandonado.

Sam y Tucker ya no estaban en el pueblo para salvarle. La chica gótica estaba en París para un cambio de look por parte de su madre y el amante de la tecnología estaba en algún lugar de Vermont para que (según sus padres) se liberara de la agobiante modernidad durante todas las vacaciones.

Danny sabia que de todas maneras no podía depender de ellos, él era quien debía protegerlos, el era el chico fantasma. Aunque ahora ya no fueran tan unidos por toda esa mierda de la universidad, él tenía el deber de proteger a todos. Quién diría que la universidad sería aquellos que sí los separaría, no estarían juntos, pero esperaba que siguieran reuniéndose como los mejores amigos que siempre habían sido, si es que sobrevivía.

Ahora estaba sólo.

¿Cómo había sido tan ciego? Ella ya le había demostrado que le odiaba, todos los días, a toda hora y en todo momento, él no la detenía. Ya no tenía sentido, hace mucho tiempo que no la veía, pensó que simplemente lo olvidaría. Pero no, creyó que después de haberla salvado ella no querría causarle ningún daño ¿por qué era tan idiota?

Simple, siempre quería ver más allá de las portadas, siempre quería ver bondad en toda criatura, daba más de lo que podía soportar.

Siempre quería darle a las personas "malas" otra oportunidad de demostrarle que podían cambiar, que merecían su confianza -junto a un lugar cerca de su corazón- la mayoría había aprovechado eso y en efecto, le habían escuchado y demostrado que podían ser diferentes, ella parecía ignorar todo.

No le importaba, nada de eso era importante para ella si podía matarlo ahora, ya luego pensaría en lo que eso provocaría.

En lo que sería del mundo sin su héroe.

Dolía. Todo su cuerpo dolía, estaba cubierto de ectoplasma y de líquido carmesí mezclados sobre su traje roto.

Tenía tantas heridas que, aunque ella le dejara, sabía que no lo lograría.

Era inevitable, moriría.

Lo único que deseaba en ese momento era más tiempo, más tiempo para apreciar lo que le hacía feliz, otra oportunidad de expresar sus sentimientos a las personas que amaba -y aunque estas lo sabían, él quería decírselos una última vez- él le había dado esa oportunidad de ser feliz a todo aquel que deseara cambiar -aunque los demás dudaran de su juicio por ofrecer su mano a los que "no lo merecían"- lo único que pedía ahora era tener esa misma oportunidad.

Quería amar y ser amado como en esos cuentos de niños donde siempre queda esperanza para el protagonista.

Que estúpido, nadie le quería, no como él a ellos. Nadie se arriesgaría por él.

Todo estaba acabado, su transformación lo abandonó y dió un último vistazo a su verdugo, el cual sonrió macabramente antes de volver a apuntarle.

El escalofriante sonido del arma siendo disparada resonó por todo Amity Park.

Cerró sus ojos esperando el impacto. Era su final, sólo esperaba que él estuviera bien, que no lo olvidara pero que siguiera con su vida. Porque lo amaba -y aunque nunca se lo dijo- él merecía ser feliz...

Vlad merecía ser feliz...