Rodeados de nadie

Lazos

Lunes 19 de agosto -

- Ha pasado una semana desde la última vez que la ví, estuve enfermó en casa, no se cómo está y tampoco es que tenga una manera de contactarla para saberlo

- Posiblemente mañana pueda ir a verla, me preocupa que se pueda sentir sola...

- Hay algo que me a estado haciendo molestando desde que la conocí, a día de hoy no se su nombre y nisiquiera sé si ella sabe el mío.

Martes 20 de agosto -

- "Supongo que hoy si podré ir a verla"

- Camino a la escuela me late el corazón tan fuerte que es casi imposible mantenerme de pie, siento que algo aprieta mi pecho con fuerza, se me es casi imposible respirar, "supongo que el resfriado aún no a terminado".

- "Total, esto no es nada" Sigo mi camino creyendo estar en lo correcto...

- Tengo que dejar de pensar tanto, llego tarde a la escuela.

"al entrar por la puerta principal miro a mi alrededor... No veo a nadie, es como si estuviera en una pesadilla donde solo existo yo".

- 2 minutos después de mirar por todas partes alcanzó a ver un par de profesores, camino hacia el aula para que no se percaten de que había llegado tarde

Hora de receso -

- Salgo a buscarla, primero voy al sitio en el que siempre está, "aún me siento extraño, me duele la cabeza y siento que el pecho me aprieta".

- Al ir al sitio de siempre no la veo por ninguna parte, "quizás aún esté en clases", me siento a esperarla en aquel banco debajo del árbol donde la ví por primera vez, "nunca me había parado a mirarlo tan detenidamente", este lugar es...

"bastante bonito ¿No?"

- Escucho entre murmullos una voz irreconocible para mis oídos pero acogedora para mis latidos, voltee a ver de quién se trataba y era ella, en ese momento recordé que solo había escuchado como se reía pero nunca había dicho ni una sola palabra... Al menos en mi presencia

- Mi corazón empezó a latir muy fuerte, pensé que el pecho me iba a explotar, mi cabeza dolía aún más, mi vista se empezaba nublar y... Colapse

- Solo pude escuchar como ella corría hacia mi.

- Cuando despierto puedo escuchar esa dulce voz nuevamente, tan reconfortante aunque también escucho a alguien mas, era una voz reconocida para mis oídos, "creo que es la enfermera ¿Carol?"

*Carol* "¿Ustedes son amigos?"

*--------* "Nos acabamos de conocer hace unas semanas"

*Carol* "¿Me puedes decir su nombre?

*--------* "No sé cuál es su nombre... Lo siento"

- Luego de escuchar eso volví a dormí

*Suena la campana*

- Escucho personas hablando, pasos e incluso gritos, cuando abro los ojos veo la cabeza de una chica recostada al lado de la camilla

- Cuando me intento levantar ella se mueve, al parecer está dormida, a pesar de no poder ver su cara creo saber de quien se trata...

- Solo se me ocurre soltar un saludo al aire para saber si aun está viva, "¿Hola?"

- "Levanta la cabeza y me mira", veo como se va formando una sonrisa en su rostro y luego de eso siento un fuerte abrazo... En unos momentos me suelta y...

*--------* "¿Que tal estás?"

- Me habla con tanta seguridad, y antes de responder su pregunta recuerdo aquella conversación, no se su nombre y ella no sabe el mío pero aún así ¿somos amigos.?..

- ¿Cuál es tu nombre? Sin mencionar nada más hago una pregunta sin contestarle que tal estoy

*--------* Mi nombre es Isabelle

- Responde tan rápido que casi ni me da tiempo a asimilar lo que dijo... Isabelle hace una breve pero clara pregunta

*Isabelle* "Tú... ¿Como te llamas?" Hace su pregunta entre murmullos y timidez

- Al momento la miro y le digo "mi nombre es... *Vuelve a sonar la campana*

*Isabelle* "Que bonito nombre"

- Me sentí feliz de que no se burlara ni nada por el estilo, recordé que aun no le había agradecido por estar todo el tiempo a mi lado "Gracias"

- Isabelle deja caer una pequeña lágrima con una sonrisa cálida

*Isabelle* "Te extrañé"

- Esas palabras me llenaron...

Jueves 29 de agosto

- Ha pasado una semana, todos los días nos sentamos a comer en el mismo lugar, ahora hasta parece otra chica todo el tiempo está sonriendo

- Nuestros nombres se volvieron costumbre, confiamos el uno del otro, quien diría que unos nombres hacen las cosas más amigables...