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#Kiriasuweek2019
Día uno: ¡Argo tuvó la culpa!
Mutuo

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Fue en ese inmenso castillo flotante, que aunque era cruel, a la vez, algunas personas disfrutaban de su estadía en ese lugar de muerte.


La castaña se encontraba en un pequeño mercado del piso 23, disfrutaba comprar ingredientes y mezclarlos, Aincrad era una gran maravilla, sobre todo su sistema, al combinar distintas especias se lograban los sabores exactos al mundo real.

Se encontraba mirando unos pendientes purpura, vió como una cabellera rubia se acercaba, estaba a unas calles de ella. No lo pensó mucho, fijó su rumbo y estaba dispuesta a caminar y suponer que no la vió.

—¡A-chan! —gritó la rubia cuando la vió a lo lejos.

Se lamentó, no por nada la apodaban "la rata", dudó un poco si volteaba a verla. Al segundo de pensarlo, suspiró rendida, era su mejor amiga, pero también tenía sus motivos para huir de ella. Finalmente volteó y le sonrió a la rubia.

—A-Argo, buenos días —contestó con naturalidad la castaña, se había escondido por días de la rubia, pero era tan escurridiza que la encontró.

—¿Sabes de la nueva misión? —le preguntó sin rodeos.

Había escuchado rumores sobre una misión nueva, pero realmente no le llamó la atención, sobre todo porque sabía que cierto espadachín negro estaba tras esa misión.

—No... La verdad es que quiero tomarme un descanso —una verdad a medias.

Le concedieron dos días para que descansará, estar siempre en la linea delantera debía de ser agotador, pero no quería encontrarse con el azabache.

—Moo, no seas así —la rubia pusó ojos de cachorrito, realmente no era su estilo rogar, pero por la castaña que estaba frente a ella lo haría —¡Ya sé! —tomó de las manos a la castaña —¡Vamos juntas!

—No creo que sea... —intentó negarse.

—Hace tiempo que no pasamos un buen rato juntas —su rostro reflejaba decepción —solo te la pasas en la linea delantera —sonrió insinuante y se notó cierto brillo en sus ojos —y siguiendo a Kii-boy.

Dió en el clavo.

—¿Qu-Qué dices? ¡Claro que no lo sigo! —exclamó furiosa y sonrojada como tomate —¡Kirito-kun ni siquiera me interesa! —cerró los ojos con fuerza y lo gritó.

—Oh —exclamó con falsa decepción —¿Lo has oido? —la castaña aún mantenía cerrados los ojos con fuerza.

—Ajá —sonó la voz intrusa.

En cuanto reconoció la voz abrió los ojos como platos, se pusó mas nerviosa. El azabache estaba ahí junto a Argo ¿En qué momento? Se preguntó. Todo su cuerpo se tensó, al parecer el azabache lo notó... Eso tan solo provoco que empezara a sudar frío.

—Realmente no me interesa... —dijó neutro —tan solo nos vemos en la linea delantera... Sería estupido enamorarse en este juego.

Claramente el rostro de la castaña ensombreció.

—La próxima vez no lo grites. Es molesto oír tu nombre a todo pulmón.

Dicho esto se retiró, ese chico era todo un misterio, aunque causaba un poco de temor, en sus palabras no encontró ni una pizca de enojo, pero el peso de las palabras era el detalle. Sonrió para restarle importancia, sus ojos estaban a punto de llorar, se cristalizaron.

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