LA OVEJA NEGRA

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CAPÍTULO. 1

Hace muchos años, un muchacho tuvo un acto de valentía o locura, eso depende de quién lo juzgue.
Era una época, donde la Iglesia tenía una preponderancia y un protagonismo totalizante.
Tan grande era el protagonismo de la Iglesia, que lo abarcaba todo, evidentemente mucho poder nunca es bueno, aunque ellos quisieran representar el reino de dios en la tierra.


Joaquín, un muchacho del siglo XVI d.c., de condicion muy humilde, mientras caminaba por el bosque, conoció a María, una chica de su misma edad.
El muchacho, quedó sorprendido al verla, ya que, ella podría correr mucho peligro, al estar sola en ese lugar, entonces le preguntó :
--¿Qué estas haciendo en el bosque, sola, sin que nadie te este acompañando?
María respondió con una sonrisa :
--Estoy muy segura, porque, nadie me va a hacer daño...
Joaquín, desconcertado ante la gran seguridad de la frágil jovencita, balbuceo lo siguiente:
--Me parece qué no estas teniendo en cuenta, la dimensión real de la situación, este bosque es peligroso y más aún, para una chica como vos.
La jovencita le respondió muy segura de si :
--Joaquín, se más cosas de las que te podes imaginar...
El muchacho quedó estupefacto, ¿cómo supo su nombre?, si jamás la había visto en su vida.
Temeroso de lo que pueda responder, le dijo:
--¿Cómo sabes mi nombre?no te conozco...
María, lo miró fijamente y con una tranquilidad llamativa e intimidante, le preguntó al muchacho:
--¿Te doy miedo acaso?
¿No era peligroso, estar sola en este bosque?
¿Qué pasó? ¿Porque te noto tenso y perturbado?
Joaquín, respiró ondo y trató de darle un sentido lógico al asunto y más allá de todo, había un sentimiento muy extraño.
Un sentimiento, mezcla de temor, curiosidad y atracción.
Sin pensarlo le dijo :
--Ahora tengo que seguir mi camino, pero, mañana podríamos vernos otra vez, si te interesa...
María, sorprendida ante la desfachatez del joven, lo pensó unos minutos y le respondió:
--Joaquín, veo que no eres como los chicos del lugar, noto que te interesa aprender, lo percibo en tu forma de hablar.
Joaquín, sintió una alegría extraña que lo empujó a responder apresuradamente lo siguiente:
--Si, me gusta leer, muchas veces me pierdo en esas historias que leo y por momentos pareciera que las estoy viviendo.
Soy un apasionado de la lectura, pero, todavía no me respondiste.
María, dejando entrever un halo de misterio, le dijo:
--Mañana, puede ser que pase por este lugar nuevamente, no te lo aseguro.

Joaquín, muy emocionado respondió:
--Mañana voy a estar acá a la misma hora, te voy a esperar.
Y con una despedida a la distancia, siguieron cada uno por su camino.
Al otro día se encontraron nuevamente y luego de ese día no dejaron de verse.
Repitieron la misma ceremonia todos los días, él ávido de conocimientos que ella disimuladamente mostraba y ella totalmente entregada a esa fuerza indomita que muchos llaman amor.
Algo los estaba uniendo, algo los estaba amalgamando y ese algo pareciera provenir de sus corazones.
Pero, una tarde la María no fue al encuentro y así pasaron muchos días sin verse.
La tristeza de Joaquín era cada vez más grande y manifesta, porque la chica con la que compartía las tardes de primavera no estaba.
Entonces, en una de esas tardes de soledad, llegó a su casa totalmente apesadumbrado, mientras todos estaban comiendo, su madre le preguntó:
--Hijo ¿sabes algo de la bruja que está presa en la Iglesia del pueblo?
Joaquín, si darle mucha importancia al asunto, le dijo a su madre:
--No, no se nada.
La madre de Joaquín siguió contando:
--Te cuento lo que me enteré. Según me dijeron, es una chica de tu edad, rubia y de ojos azules.
Un escalofrío corrió por todo el cuerpo del pobre muchacho y una pregunta surgió desde lo mas profundo de su alma ¿será María?.
Salió corriendo desesperado, para sacarse esa duda que lo atormentaba.
Cuando llegó a la Iglesia, preguntó por la chica que estaba encarcelada y gracias a algunos conocidos, logró acceder a la celda.
Su peor pesadilla se había cumplido, María estaba encadenada, desmallada y con señales de haber sido torturada.
Ante semejante imagen, algo surgió desde la indignación y la desesperación.
Salió corriendo, quería alguna explicación, por el daño que le hicieron a su compañera de todas sus tardes.
Justo en ese momento el obispo inquisidor, estaba dando su sermón dominical.
Joaquín, totalmente irreverente interrumpió el sermón diciendo:
--¿Cómo permiten que una chica sea torturada ?
¿En que cabeza cabe?
No logró entender, ¿acaso Jesús no perdonó a la Magdalena?
Tuvo razón "El Maestro" cuando pregunto ¿porqué ven la paja en el ojo tu hermano y no ven la viga en sus propios ojos?
¡ Hipócritas todos!
Ustedes colais el mosquito y os tragais el camello.
Sois como los sepulcros blanquedos, que por fuera os mostramos hermosos, más por dentro, estáis llenos de huesos de muertos y de toda suciedad.
¡ Serpientes, generación de víboras ! ¿ como evitareis el juicio del infierno?
Jesús dijo estas palabras y fue misericordioso, ustedes se creen ángeles y son peor que los demonios.
¡ Comen Dios y cagan diablo!.
Dicho esto último, el obispo inquisidor entró en cólera y gritó enfurecido:
--¡ Este joven es obra del demonio!
Encarcelad al infiel, al lado de su diabólica dueña ...

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2019 ⏰

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