XVII. - Tortura

1.6K 181 10
                                    

POV TSUNA:

Mi cuerpo me duele, me siento bastante débil.

Recuerdo escuchar a mis cachorros llorar, recuerdo a Reborn, Ryohei, Kyoya, Dino-nii pero hasta ahí.

Comencé a abrir los ojos lentamente encontrándome en un cuarto bastante obscuro, más bien parece una celda o un sótano.

La puerta fue abierta dejando ver a un rubio de ojos castaño, él es Iemitsu Sawada, él es un traidor a Vongola.

- Bienvenido pequeño omega - me dijo Iemitsu

- ¿Qué quieres? - le dije tratando de levantarme pero me siento demasiado débil, al moverme sentí que algo escurra por mis piernas, aun me encontraba con el camisón que me habían dado para el parto, por mis piernas escurra sangre

- Tranquilo pequeño Vongola, tu parto fue bastante peligroso además con el movimiento abriste tu hemorragia interna perl como tus llamas se están fortaleciendo no morirás...aún - me dijo viéndome con odio

- Jamás te había visto en mi vida pero al parecer tu me odias - le dije tratando de aparentar tranquilidad, si soy el segundo mejor asesino del mundo, he matado a muchas personas pero ahora mismo estoy aterrado, mis cachorros están solos, ni siquiera he podido verlos y estoy lejos de mi alfa pero debo de mantener la compostura

- Tú, pequeña escoria me quitaste el puesto por el que había trabajado tantos años, cuando tus hermanos nacieron no tuve que hacer nada ninguno de aceptado por el anillo a pesar de que todos eran cielos pero cuando tu dulce madre te dio a luz tuve que intervenir, tus llamas eran extremadamente puras y de inmediato fuiste elegido pero cuando fui por ti la estúpida de tu madre se atravesó y lo pago con su vida

¿Él había matado a oka-san?

Trate de levantarme, él simplemente me miró con una sonrisa desquiciada.

- Eres un maldito - le dije fríamente

Iemitsu sonrió y me tomo por el cabello golpeando mi cabeza contra el suelo, mi vista se nubló y la cabeza me dolía de manera increíble, sentí la sangre resbalar por mi rostro.

Sentí como Iemitsu repartía golpes por todo mi cuerpo, abrí mis ojos viendo el suelo, debajo de mi había un charco de sangre, mi sangre.

No se cuanto tiempo pasó, no se cuantas veces me desmaye, ya no siento mi cuerpo, siento como mi vida se va.

Kyoya, mi amado alfa lamento no estar a tu lado.

La puerta se abrió nuevamente trate de pegarme a la pared.

- ¡Tsunayoshi! - escuche mi nombre

Abrí lentamente mis ojos y pude ver los hermosos ojos de mi alfa, me veía preocupado.

- Kyo... - estire mi mano hasta acariciar su mejilla, mis paparpados se sienten demasiado pesados

- No te duermas omega, no lo hagas, quedate conmigo - me dijo tomándome entre sus brazos con delicadeza

Lo ultimo que vi fue la mirada de Kyoya preocupada y sentí su enorme calidez.

¿Omega?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora