Érase una vez una población lejana y solitaria localizada al pie de una imponentemontaña retirada de cualquier trazo de civilización. Desde el pueblo se podía ver arriba las ruinas de un castillo antiguo y decrépito que inspiraba muchas historias de horror y serias advertencias para que los niños no se aproximaron. Casitas ajadas y amontonadas demarcaban las cuadras irregulares que rodeaban la plaza central zumbando con actividad. Vendedores ambulantes llenaban el aire con la música de sus inúmeras ofertas trayendo un poco de desahogo al cansancio diario y dando un aire de prosperidad a ese pueblo tan aislado. Ese ambiente casual enmascaraba el recelo de los residentes que vivían siempre llenos de temor al bosque que apretaba la pequeña población contra la montaña y al supuesto lobo hechizado que allí vivía. Por esas historias pocos se aventuraban a entrar al bosque, y los que lo hacían juraban de pies juntos que los árboles se movían o que eran observados desde la torre del castillo.Irónicamente, la joven del pueblo de quien todos sentían pena por ser huérfana, de figurapequeña y aparentemente frágil, era exactamente quien se había acostumbrado a entrar al bosque buscando vegetales y hongos para comer. Nadie sospechaba que la delicada Clara de rasgos agraciados, piel de seda y lustrosos ojos negros, cuando se ponía su túnica roja, se transformaba en una mujer audaz y valiente que buscaba entre los árboles por algo nuevo que prendiera su atención. A ella solo le restaba de su familia la abuela ya postrada en cama y por ella la niña de figura delgada y voz dulce se hacía heroína, y salía a buscar sustento ignorando las advertencias de todos que había en el bosque un lobo hechizado.En una de sus aventuras al recoger hongos enormes bajo un árbol gigantesco se vio decara con un hombre-lobo que la observaba, pero no sintió miedo, en vez se llenó de curiosidad yatrevimiento. Clara puso la canasta en el suelo y se aproximó a la bestia, preguntándole se élvivía allí o en el castillo. El hombre-lobo, a pesar de ser imponente, alto y de rasgos fuertescubiertos por pelos castaño oscuros, no sabía cómo contestarle. No a él gustaba los campesinosque residían en el pueblo ya que ellos siempre intentaban atraparlo o echarlo, no confiaba enClara, su voz dulce o sus ojos serenos. Así decidió que no dejaría engañarse por la aparienciaamigable de ella ya que una persona sin nombre, cubierta de pelos como un animal y malditasolo estaba destinada a la eterna solitud. Juntó toda su rabia en un rugido feroz y se lanzó en ladirección de Clara como se fuera a romperla en mil pedazos. Como Clara no se movió ni unpoquito, en el último segundo el hombre-lobo saltó a la rama del árbol y desapareció bosqueadentro.Clara se quedó sola tratando de comprender lo que había acontecido y mirando alrededorno vio ni siquiera una pista sobre la dirección que el hombre-lobo había tomado o su identidad.Así que olvidándose de los hongos tomó su canasta en su mano mientras regresaba corriendo asu casa por la primera vez sintió la sensación de ser observada. Al llegar a su casa llamó por suabuela que se había dormido mientras cosía una túnica nueva para Clara. Doña Dolores despertó asustada al oír su nombre y se puso preocupada al ver a su nieta boqueando y pálida. Clara excitadamente narró lo acontecido a su abuela, mientras explicaba cómo era la apariencia del hombre-lobo, pensaba cuán raro, que ella no parecía sorprendida con su descripción. DoñaDolores, lentamente puso la túnica a su lado y dijo a Clara que conocía al hombre-lobo hacíamuchos años, desde su niñez. Prosiguió explicando que no sabía su nombre, edad o donde vivía, pero él siempre le acompañaba por el bosque y la protegía de otros animales y de personas con malas intenciones. La abuela rogó a Clara que no le dijera a nadie sobre el hombre-lobo porque él era el protector de los animales y de las personas indefensas. Clara se quedó sin palabras, no comprendía cómo su abuela había conocido al hombre-lobo hacía tantos años mientras el tiempo parecía estar suspenso para él. Clara tenía tantas preguntas, pero su abuela no pudo darle respuestas. Así que la niña prometió su silencio y dijo que no lo buscaría a propósito cuando volviera al bosque.Clara hizo lo prometido hasta el día en que se vio frente a frente con el hombre-lobo en elbosque nuevamente, no se pudo contener más y empezó a hacer preguntas. El hombre-lobo porsu vez rugió ferozmente, pero la reacción de Clara fue tocar gentilmente su hombro. Ese gestosorprendió a los dos que se quedaron inmóviles mirándose y contemplando cómo sus vidasestaban a punto de cambiar. Después de lo que parecía una eternidad ella empezó a decirle que su abuela se acordaba de él y le había dicho que era de buena alma y no quería causarle problema alguno. Finalmente rompiendo con su silencio, el hombre-lobo dijo: "Usted no sabe nada de mí, ¡niña! ¡Cállese!" Oyendo a su voz rabiosa, Clara contestó: "Por qué usted huye de mí o intenta agredirme? ¿Quién era usted y por qué se esconde?" El hombre-lobo no contestó a Clara y una vez más él desapareció bosque adentro en segundos, dejándola sola y sin respuestas.Más tarde, al llegar a su casa, no quería relatar a su abuela su encuentro con el hombre-lobo, pero doña Dolores notó que su nieta parecía molesta y empezó a hacerle preguntas. Clara, a regañadientes, contó a su abuela lo que había pasado doña Dolores al oír las preguntas de sunieta, la interrumpió y le pidió que se sentara a su lado. "Mi querida Clara, creo que tengo decontarle toda la historia de nuestra familia. La verdad es que su abuelo no está muerto el hombre-lobo que vive en el bosque es su abuelo. El hombre con quien me casé cuando joven no era el padre de mi hija me casé con él porque sabía cuán escandaloso sería ser una madre soltera." Su cabeza le daba vueltas Clara no creía lo que estaba oyendo, ¿su mamá hija de un hombre-lobo? "¿Entonces, quién o qué soy yo?" Cuanto más Dolores intentaba explicarle, resultaba más confuso para Clara hasta que finalmente no pudo más contenerse y salió corriendo de su casa.Llorando atravesó la plaza y siguió en la dirección del bosque donde encontraría paz orespuestas. Al entrar al bosque, sintió inmediatamente una sensación de alivio, como si esta fuera su casa y refugio. Después de descansar un poco decidió que era hora de buscarlo, necesitaba saber más, quería toda la verdad y no sabía en quién confiar. Las horas pasaban terriblemente monótonas hasta que Clara sintió que el hombre-lobo se aproximaba, no sabía explicar cómo, pero podía sentir su presencia cada vez más cercana. Cuando se volvió, mirando a su alrededor, sus ojos se encontraron el hombre-lobo no rugió ni intentó agredir a Clara en vez de eso, él se acercó callado. Finalmente él dijo a Clara: "Veo que ahora usted sabe mi historia." Con lágrimas en sus ojos, Clara respondió: "No abuelo, ni mismo sé su nombre." El hombre-lobo dijo a ella: "Tenemos mucho que conversar, niña."
Fin