Inocencia perdida

5 1 0
                                        

La infancia es una época increíble, no tienes preocupaciones, ni obligaciones, tan solo eres feliz, tu mayor problema es el  haberte perdido tu caricatura favorita. Pero, no en todas las ocasiones todo es de color rosa ¿verdad?

 
Tenía seis años, cuando algo o más bien alguien, cambió mi forma de ser. Comenzando la primaria, con miedo, explorando un mundo nuevo, esperando conocer nuevas personas, tener amigos, y todas esas cosas maravillosas que se supone me debían pasar, pero nunca sucedió; al contrario, no tenía amigos, si alguien llegaba a hablarme seguro era para burlarse de mi, me hacían sentir inferior, ya no quería asistir a la escuela, pero obvio no podía dar una excusa convincente del por que mi actitud. Como ya les había contado antes, sufrí de acoso escolar y claramente el miedo me inundo y no podía ser valiente y contar lo que estaba sucediendo, así que solo soportaba la escuela sabiendo que en unas pocas horas podría irme de nuevo a mi casa con mi mamita y mi papito.

Cuando eres pequeño no te imaginas lo mala que puede ser una persona y menos a esa edad, es cuando creces que comienzas a darte cuenta de las deficiencias que tenía cada persona que te hizo daño, es solo una forma de pedir ayuda, indirectamente piden atención, reflejan sus problemas emocionales en sus actitudes. Un profesor siempre decía "todo viene desde casa" al principio no sabía bien a lo que se refería, pero con el paso del tiempo, te vas dando cuenta de las cosas, y es triste pero es la realidad, es algo que no nos damos cuenta que está sucediendo con las personas y peor aun, con los pequeños, y no estamos haciendo nada para resolverlo. Eso es mas triste aún, solo nos cruzamos de brazos y juzgamos sin saber que esas personitas pueden estar viviendo un infierno en casa sin saberlo, así como yo lo viví.

Llegaba a casa, contándole a mamá lo "bien" que nos había ido en la escuela, poniendo una sonrisa bastante creíble al parecer, puesto que nadie sospechaba que algo estaba mal, siempre fue así, siendo "feliz". 

Cuando todo se torna gris, cuando crees que no queda ningún amigo, ningún ser bueno, te refugias en tu familia. La familia es la gente con la que te sientes segura... y bueno, deberías estarlo ¿no? Confías en esas personas por que siempre se han preocupado por ti, por tu bien; y como en la escuela no te sientes a salvo, crees sentirte segura en tu círculo familiar, es así como un integrante de "mi familia" abusa sexualmente de mi, una y otra vez, haciéndome prometer no decir nada; y así fue, no dije nada, por miedo, porque me daba vergüenza qué supieran, porque tenía pánico de que pensara que yo lo había provocado o algo así, ¿Cómo podría provocarte una niña de 6 años? No lo sé y para evitar ser juzgada de acuerdo conmigo no dije nada. ¿Me arrepiento de no hablar? Claro que lo hago y lo hice, cada día me odié y me arrepentí por no decir nada. Pero claro... no lo podía dejar así.


Dos como unaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora