engaño(dia 2 era victoriana)

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epoca victoriana

Atsushi podía sentir las constantes miradas de todos y cada uno de los caballeros presentes en el salón. Simulando acomodarse un mechón se aseguró que la peluca de largas hebras plateadas que simulaba ser su cabello estuviese bien ajustada, no quería arriesgarse a que notaran que realmente llevaba un corte casi al ras de la nuca excepto por un mechón en la parte frontal. También tenía mucho cuidado y recato al dar cada paso pues su falta de costumbre a usar calzado con taco tan alto sumado a el largo y ostentoso vestido que portaba le hacía creer que si no calculaba cada movimiento terminaría torciéndose un pie o enredándose con la falta y de cara al suelo. A eso debía sumarle la falta de aire que provocaba ese instrumento de tortura que las damas utilizaban para dar forma a su figura. Estaba completamente seguro que el corset había sido inventado en el infierno por el mismísimo satán.

Con delicadeza subió el abanico que portaba en su mano hasta cubrir sus labios y así poder liberar un suspiro de resignación. El caballero a su lado noto eso y con una breve disculpa se despidió de sus interlocutores le tomo del brazo y puso algo de distancia entre ellos y el resto de los asistentes.

- ¿que sucede Atsushi? -

-simplemente que aún no logro entender como lograste convencerme para hacer esto. Osamu, ¿te das cuenta de que, si alguien logra descubrir lo que soy realmente tendremos que considerarnos afortunados si únicamente terminamos encarcelados? -

-tranquilo Atsushi, no hay manera de que alguien dude de que quien va sujeta a mi brazo no es una joven dama. Después de todo eres mucho más bella y encantadora que las féminas presentes- las mejillas del peligris se entintaron un poco ante las palabras de su acompañante y para disimular decidió seguir la charla

-aun con todos eso halagos sigo temiendo porque nos descubran. Además, ¿porque insististe tanto en que te acompañara a un evento como este? -

-primero quería, aunque sea una vez, presumir que tengo a la pareja más dulce y bella de toda Inglaterra, en segundo así la mitad de estos caballeros dejan de intentar comprometer con sus hijas o las de los aristócratas que no están presentes. Tal vez no pueda decir que tengo novio, pero si puedo presentarte como mi prometida. Seguramente crees que es arriesgado, pero pronto terminare todos mis pendientes aquí y podremos irnos a un país que no sea tan puritano y de doble moral como este así que ¿podrías por favor soportar actuar por algunas semanas más? prometo compensártelo.

Atsushi solo desvió el rostro y asintió con su cabeza. No quería que el castaño notara lo rojo que se había puesto por tanto halago. Debía admitir que él también quería dejar en claro que Osamu era su pareja, aunque fuese teniendo que fingir ser una mujer frente a esa sociedad

lazos sin tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora