La Cenicienta Parte 1

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Advertencia: Historia muy empalagosa que da ñañaras, no me juzguen :(

Había una vez en una ciudad moderna llena de paz, una niña que era muy feliz junto a su padre y a su madre, su padre era un hombre sabio y amoroso, y su madre era humilde y sumamente hermosa.

La vida de esta pequeña no podía ser mejor, ella vivía en un cuento de hadas. Pero la vida no es como nosotros queremos y mucho menos como planeamos, su madre fué secuestrada y poco después se confirmó su muerte, el mundo lleno de alegría de la niña se fué junto con su madre.

Los años pasaron y Elisa, nuestra pequeña niña, creció y fue una joven hermosa, pero lo mejor de todo, era humilde y de buen corazón.

Su padre se volvió a casar con una mujer hermosa por fuera, pero podrida por dentro. En presencia de su padre María, su madrastra, la trataba como a una hija pero a espaldas de él la trataba peor que a una sirvienta.

Cuando el padre de Elisa se casó, no sólo llegó una madrastra, sino también llegaron nuevos hermanos, los trillizos Daniel, Raquel y Zabdiel.

Raquel y Zabdiel, eran igual de crueles con Elisa como su madre, pero Daniel... Daniel se convirtió en su amigo y cómplice; él se convirtió en el hermano que nunca tuvo y siempre deseó tener.

De los numerosos castigos que su madrastra le daba a Elisa, uno de ellos era encerrarla en su habitación sin comida durante días, pero Daniel siempre se escabullía y le daba su propia comida a Elisa para que no pasara tanta hambre.

En varias ocasiones sus hermanas atraparon a Daniel en el acto de ayudar a Elisa, por lo que sufrió fuertes reprimendas por parte de su madre. Pero a pesar de eso, Daniel nunca dejó de ser el gran amigo de Elisa y de ayudarla en los peores momentos.

Los años pasaron y los trillizos cumplieron 21 años; tuvieron una súper gran fiesta a la cual asistieron las personas más reconocidas del país, pero Elisa se quedó encerrada en su habitación como en todas las fiestas organizadas por su madrastra.

En un momento de la velada, el padre de Elisa se percató que ella no estaba en la fiesta, por lo que le preguntó a María, su esposa, que dónde estaba su amada hija, María sin saber qué decir respondió que se estaba arreglando para la velada pues éste no sabía que la había encerrado en su propio cuarto.

Su padre, contento al saber que Elisa no se quedaría en su habitación como siempre, sonrió y disfrutó aún más de la noche deseando que su hija conociera a alguien especial ese día.

María  fué a la habitación de Elisa donde se encontraba encerrada y le ordenó salir " Sólo si encuentras algo apropiado qué ponerte, no quiero que te presentes como la chamagosa que eres" y con una sonrisa maliciosa en el rostro María salió de la habitación. Raquel y Zabdiel, se habían encargado de que Elisa no tuviera nada de ropa bonita y María lo sabía, el permiso que le había otorgado no le servía de nada pues no tenía nada que ponerse más que pantalones desgastados y blusas viejas.

Resignada y sumamente triste, Elisa se acostó en su cama y comenzó a llorar "¿Por qué son así conmigo?" Se preguntaba "Qué cruel es, me ha dado el permiso de salir, pero sus hijas se encargaron de que yo no tenga nada qué ponerme" muchos comentarios negativos volaron por la mente de Elisa, pero los paró en cuanto se dió cuenta de lo que hacía; su madre no hubiera querido que se entristeciera por algo así. Se limpió las lágrimas y dejó de pensar cosas malas sobre esas tres horribles mujeres.

Elisa empezó a reproducir en su mente los pocos momentos que ella recordaba haber pasado por su madre. Habían pasado años desde su muerte, por lo que ya no recordaba muchas cosas, pero recordar aquellos tiempos con ella la hacía feliz.

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