No... Ya no estaba dispuesta a seguir con esto.
Pero, su indiferencia era cruel, el sabía que yo lo amaba.
Seguí caminando a paso presuroso, había dejado mi carro en el trabajo, para irme caminando a casa, si mí madre hubiera visto esto me llamaría loca.
Estaba lloviendo fuertemente y lo sabía, sabía que bajo la lluvia nadie notaría mis lágrimas.
Y yo necesitaba llorar... Para poder olvidarlo, a él, mi amor no correspondido de años.
Mi casa quedaba bastante lejos, tenía mucho tiempo para desahogarme.
Y poder olvidarlo a él. Y ahogar mi corazón bajo la fría lluvia.
Faltaba poco, y aún no terminaba.
Hasta que lo ví a él.
Min Hyuk.
Esperando afuera de mi casa.
Sin paraguas.
Decidí ignorarlo, y me dirigí a la puerta principal, mi mano temblando al poner la llave en la cerradura, justo cuando iba a girar la llave su mano me detuvo, atrapando mi antebrazo bajo ella.
— ¿Bo?
Me sacudió por los hombros, yo aún sin responder a su contacto. Estaba muerta en vida.
— ¿Bo? Me estás escuchando?
Finalmente reaccioné ante el eco de sus palabras y hablé en un tono bajo.
— ¿Por qué estás aquí?
— Yo... Quería decirte algo.
Miré su rostro y en vez de ver su habitual fría mirada miré... ¿tristeza? Jamás lo había visto así.
Parecía tan roto. Casi o tanto como yo estaba en ese momento.
— No sé, porque te estoy diciendo esto, pero creo que es lo más adecuado. Me voy a casar. Con Krystal.
Esas palabras cayeron como plomo. Mi corazón ardía. Casi me era imposible respirar.
— Ya veo. — Asentí, ignorando todas las emociones que golpeaban a mi mente con estruendo.— Si eso es todo, adiós.
— ¡Bo! No entiendes! ¿No me ves?
— Te estoy viendo muy claramente. Mis ojos están en perfecto estado.
— No hablo de eso.
— Entonces, ¿Qué es lo que quieres que vea?
— Esto.
Me tomó por los hombros y pasó su mano por mi largo cabello oscuro... No creía que fuera a hacer eso pero lo hizo.
Me estaba besando... Era un beso dulce y amargo a la vez, yo aún seguía llorando. Sin apuros, sin prisas, solo nosotros dos, olvidando por esos instantes la lluvia que se caía sobre nosotros, congelando nuestros cuerpos. Era un beso dulce y amargo a la vez, que sabia a despedida.
— Yo te amo, Bo. Recuerdalo. No importa lo que pase siempre te he amado y siempre te amaré.
Vi sinceridad en sus ojos. Lo miré por una última vez. Su cabello marrón empapado. Su chaqueta oliva firmemente pegada a su camisa blanca. Cuánto tiempo desee haber sido abrazada por sus largos brazos. Que sus sonrisas hubieran sido para mí.
Min Hyuk...
Mi gran y último amor.
Min Hyuk. No podría haber amado tanto a alguien como lo hice con él.
Seguiría viviendo. Sin él. Lo superaría. Yo era fuerte. Mi madre siempre me lo decía. ¿Qué me diría ella ahora si me viera así?
No lo miré de nuevo. Porque sabía que si lo hacía no podría soportarlo, sabía que mi corazón había sido ahogado. Enterrado para siempre bajo la fría lluvia.
