Bio-Mech VENOMUS + FINK

Íbamos estado casi una año y medio en el espacio aterrorizando y doblegando a Diferentes razas del vasto espacio amenazándolas con la casi destrucción de su planeta. Fue muy reconfortante sentir aquel poder después de todo el desastre que nos arraso, necesitaba algún rincón para golpear y gritar y desatar toda la ira que se acomodaba entre mis cejas y que mejor que sus gritos de terror y su total devoción por su intento de supervivencia para volverle a ver el brillo y belleza a la vida.

Pero definitivamente lo mejor de nuestra colonización fue que me permitió por fin tener los recursos para terminar las Bio-Armaduras que tantas noches nos robó planeándolas y haciendo sus versiones betas a Boxman y a mí.

"Oh, Boxman... ¿Qué paso?

¿Qué me paso?"

Ahora eran más resistentes y eficaces de lo que íbamos llegamos a pensar, ya nuestro planeta no tenía los minerales que necesitamos para llegar nuestra ambición. A diferencia de este que tenía tantos nuevos y no edificados, que muy pocos de atrevían a trabajar con ellos por el poco conocimiento que se tenía al respecto a sus funciones, efectos secundarios, y forma de trato. Pero como buen amante de las ciencias no le tenía miedo a lo desconocido, ni a las heridas que este causara. 

Fue difícil pues la mecánica ni la robótica eran mi fuerte... Para eso está el, para cubrirme en este punto débil. Definitivamente soldar no eran tan fácil como aparentaba cuando Boxman lo hacía con esta habilidad que parecía casi innata. En muchas ocasiones termine quemándome las manos e incluso el pecho, había que tener una gran presión con la soldadura pues si tenías la mala suerte que cayera en las conexiones de la plaqueta y esta hiciera un puente todo el trabajo se arruinaba, también estaban los dolores de muñeca y hombro por las largas jornadas de soldar y sostener el peso de las herramientas que lo eran todo menos ligeras y el humo que desprendía era como fumar tabaco puro tanto así que aun cuando usáramos tapabocas se sentía el espesor y la amargura por todo mi cuerpo. Terminamos optando por usar mascarías de oxigeno por amo a nuestros pulmones. Al menos para mí consuelo tenia al mejor asistente que podía soñar con tener a mi mano, que cada nuevo logro me llenaba de orgullo y calidez hasta el punto descongelar mi corazón que estaba por desgracias cubierto de hielo. 

A pesar de todos los retrasos, las heridas, y las explosiones repentinas ya estábamos en casa nuevamente, acabamos de aterrizar. Un suspiro de nerviosismo se posó sobre mi boca del estómago y me dio reflejo de acidez mientras jugaba con mis pulgares. 

-Jajajaj Jefe fue lo mejor aterrorizar a esos tontos. Era como estar dentro si un videojuego, nosotros como: "Piu piu piu piu ¡BOMB! jajajaa en sus caras Perdedores" y ellos como: "¡Oh, no mi casa! ¡Oh, no mi cabello esta en llamas!" Jajajaj ¿No fue increíble Jefe? –Me narraba y me preguntaba Fink en total emoción como un niño en noche nueva, articulaba con una mímica cada palabra más de lo que sería necesario mientras me miraba fijamente. 

-Por supuesto que sí, fueron muy bellos momento, además todo fue muy productivo –Le respondí con una sonrisa sincera la cual fue respondida para después disponerme a acariciar su rebelde cabello.

- Por cierto ¿Ahora que vamos a hacer? Yo sugiero que es ¡TIEMPO DE HELADO! Eso raritos del espacio pueden hacer muchas cosas, pero menos un helado decente, agh los suyos sabían a agua sucia. –Dijo Gritando muy agudamente como para hacer temblar a mis tímpanos y para finalizar con un disgusto que parecía tener muy adentro de su cuerpo. Me hizo soltar una risita por su observación ya cual era muy cierta, parecía que algo en el planeta hacia que la leche tuviera un sabor muy malo.

-Mmmmm que jamás después, pero ahora tenemos que ir a Boxmore –Le respondí con aire de seguridad, como si volver Boxmore fuera tan casual como tomar él te a las cinco de la tarde, Aunque por dentro la inseguridad estaba llenando mi taza.