Capitulo 3

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-Yo... -No sabia si aceptar o no, normalmente uno visitaria a su hijo aunque sea una vez al mes pero apartarlo completamente de mi, realmente me duele - ¿ Ni siquiera podre verlo de lejos o una vez al mes ?

- De lejos si - Respondio Kay soltando un suspiro, no los mire y avance hacia la puerta corrediza que llevaba a mi habitacion, escuche pasos acercandose.

- No me sigan - Les dije - Quiero un momento a solas - Corri la puerta y la cerre tras de mi.

- Lo siento Kay - Le escuche decir a Sei - Pero él es asi o son las hormonas - Una vena aparecio en mi sien, tome el objecto mas cercano (una silla) corri la puerta y se la lance a Sei, para luego cerrar nuevamente la puerta pero esta vez de golpe.

- No son las hormonas - Se burlo Kay - No creo que tu hijo se deje afectar por algo tan emotivo como lo hace en las mujeres.

Me aleje de la corrediza y me acerque a la que daba al jardin, antes de que pudiera abrirla me deje caer al suelo a llorar.

No quería dejar de ver a mi bebe, quería criarlos, verlo crecer, alimentarlo, enseñarle a hablar, a caminar.

Quería verlo entrar al jardín de niños, tomarle fotos, celebrar su cumpleaños.

Pero no podía....

Sí incumplia el trato podrían torturarme o algo peor..

No quería ni pensar en que sucedería sí no accedia a hacer esto.

Me limpie las lágrimas con las mangas del kimono y intenté tranquilizarme.

Mientras estes vivo bebe y te traten bien, prometo que cumplire con el trato, no quiero que nada te suceda por mi culpa.

Me dije mentalmente, daré todo por mi hijo.

Me levanté del suelo y salí al jardín, lo había visto anoche pero se veía muy diferente.

El jardín constaba de un largo prado verde, rodeado de arbustos de rosas y unas flores pequeñas que no reconocí, en medio del jardín había un estanque de peces Koi y los pocos árboles de allí parecían ser de Sakura.

Avance hasta el estanque y me senté en la orilla observando sus diversos colores.

No sabía cuanto tiempo llevaba allí sentado pero realmente no me quería ir.

El sentir el viento, la fragancia de las flores, el sonido del agua moviéndose, era realmente tranquilizador.

- Señor - Escuche la voz de una mujer atrás de mi, está tenía el cabello rojo corto por el cuello, tesis blanquecina y vestía un pantalón negro, una camisa manga larga y un soñó negro en el cuello - La cena estará lista en unos minutos ¿Desea que se la sirva en algún lugar en específico? - Pregunto.

- Comeré en mi habitación - Respondi regresando la mirada al agua.

- Como usted guste - Hizo una leve reverencia, la escuche retirarse, me quedé unos minutos más allí sentado.

Me puse de pie cuando escuche que la puerta era corrida, pensé que era la peli roja de antes más me sorprendí internamente cuando el que había abierto la puerta había sido...

Contract of loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora