Te Amo [ZaGir]

Celos

Las cosas habían comenzado a cambiar de forma inesperada, a Gir no le gustaba para nada ese extraño cambio; su amo y el humano Dib ya no peleaban más desde hace ya un tiempo, no comprendía bien como comenzó esa extraña amistad entre el humano y Zim pero no le agradaba para nada. De vez en cuando el robot y el alien iban a la casa del pelinegro, aunque Gir solía quedarse a jugar videojuegos con la hermana del niño no podía evitar espiarlos de reojo de vez en cuando, al irken y al humano se les notaba muy animados juntos, se quedaban hablando por horas de quién sabe que tema, todo eso hacía sentir al pequeño robot ... Extraño, muy muy extraño, como si se llenará con un montón de emociones negativas, como si quisiera que ese humano se alejara de su amo para siempre e incluso aveces... Cómo si deseara que este muriera.

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Zim se encontraba en la sala de su base, entretenido con un nuevo y curioso artefacto a cual los humanos parecían llamar cubo Rubik, estaba concentrado tratando de resolverlo cuando su asistente llegó al lugar.

—Disculpe ¿Amo?— Hablo tímidamente el robot.

El irken paró de observar el cubo y dirigió su mirada hacia el robot, se le hacía algo extraño que este estuviera tan tranquilo de momento; —¿Que ocurre Gir?

—Quería saber —El robot se quedó unos pocos segundos en silencio, pensando en lo que iba a preguntar —¿Por qué ya no pelea con el niño cabezón?

El alien se sorprendió por la pregunta de su asistente; no esperaba que a este le interesase la antigua rivalidad que había tenido con el humano.

—Pues verás, desde hace tiempo he pensado que no tenia más caso seguir con mi rivalidad con el niño Dib, aunque era entretenida tengo que admitir que también era algo molesto— Respondió el irken causando un gesto de sorpresa en el robot —Además el ha aceptado dejar de intentar capturarme si le ayudaba con algunas de sus investigaciones —Añadió.

—¿¡Usted lo ama?!— Exclamó la unidad sir en un tono notablemente alterado.

—¿Que? Ugh, no— Respondió Zim con una cara de disgusto por la pregunta —Es solo una especie de tregua.

El robot pareció calmarse un poco pero aún le quedaba una pregunta por hacerle a su amo:

—¿Y que hay de mi? ¿Usted me ama?

El Irken se quedó callado por la pregunta del robot pues no sabía bien como responderla, era cierto que el robot podía llegar a ser molesto de vez en cuando pero aún así le tenía cierto cariño a este aunque no quería que eso se supiera.

—No preguntes estupideces y vete por ahí a jugar— Respondió finalmente haciéndole una seña al contrario para que se fuera del lugar mientras que el Irken volvía a concentrarse en lo que se encontraba haciendo antes de que llegara el robot.

Gir bajó la mirada decepcionado por la respuesta de su amo y caminó hacia la cocina obedeciendo la orden de este; o al menos eso había parecido pues en unos pocos minutos volvió a donde estaba el alien.