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El reloj marcaba eso de las 01:26 de la madrugada, dia Sábado, afuera había una tormenta que hacía a todos quedarse en casa abrigados en mantas mientras se ve alguna serie o película al azar e incluso viendo la hora, cualquier persona aprovecharía de descansar para reponer energías, pero este no era el caso, menos para un comediante o para alguien como Richie.

Tal como en sus días libres, lo sábados eran de tragos hasta emborracharse y Bill lo sabía, por ello con el teléfono en mano o en la mesa de noche esperaba aquella llamada que lo mantendría mínimo una hora escuchando lamentos, risas, recuerdos e incluso esos "Sabes que te aprecio mucho, pero vaya finales de mierda que tienen tus libros... ¿No?" Por que sí, estaba claro que las burlas hacía su libro no faltarian, todos estaban de acuerdo con ello "El final era una mierda", llegó hasta el punto en que el mismo Bill lo aceptó rendido entregándose de lleno a las críticas pero este era otro tema.

Volviendo a lo principal, Richie no se encontraba completamente en la realidad, su cabeza daba vueltas y sencillamente ya no aguantaría otro vaso de Whisky, estaba en su sillón quejándose del dolor agudo y molesto, su estómago rugia por más comida y a la vez con aquellas ganas de eliminar todo mal que habitaba en su cuerpo.

—Mierda... —

Su estómago no lo soporto más, tomarse casi la botella de Whisky y combinarlo con un vaso de Tequila no habría sido su mejor remedio, esta vez se había pasado.
Con el cuerpo apenas se levanto del sillón y corrio al baño, ese lapso de tiempo había sido suficiente como para ponerle peor, su cabeza daba vueltas y apenas llegó al inodoro dejó salir todo, su pobre estómago no había aguantado menos al estar sin alimento alguno para digerir y poder resistir el alcohol.

En estos instantes Richie no pensaba en nada, era lo que menos quería, caer dormido habría sido uno de sus mayores deseos pero su estómago se lo impidió por un largo rato, la verdad es que hasta llego a ese punto en que se empezó a preocupar por que el tiempo que pasó frente al inodoro dejando salir todo, más que nada por que pasaban dos minutos y su cabeza volvia al retrete, aprovechaba de tomar agua para no morir deshidratado.

—Si estuviera Eddie... Ya estaría internado en el hospital

Soltó una risa amarga una vez que tiro de la cadena por cuarta vez, con el cuerpo temblando se puso de pie y se acerco al lavamanos para poder lavarse el rostro y los dientes, al menos el malestar del estómago de había ido y solo quedaba ese dolor de cabeza, aunque, tenia una técnica infalible para ello, el paracetamol demoraría horas en hacer efecto, asi que, siempre guardaba en el refrigerador su salvador de resaca.

Richie se observó en el espejo por unos segundos y volvió a bajar la mirada sintiéndose decepcionado de él mismo, estar asi no era agradable, desde antes, cuando su vida como comediante empezó, en ese momento creyó que todo iría mejor, pero vamos, jamás aprendió a manejar su vida de la forma correcta, aun siendo adulto, el seguía pareciendo ese niño de 12 años que iba burlándose de todos y todo, cabe destacar que sus vicios como los cigarrillos y alcohol continuaron siempre.

—Y ahora... Todo continúa y va para peor, si tan solo él siguiera vivo, decirle todo lo que siento... En el fondo se que... Sea cual sea la respuesta, positiva o negativa, me dolería... ¿No sería aun más penoso saber que él me amaba de esta forma y que ya nada podrá funcionar por que... Ya no está...?

"Cariño, ya no está..."

Beverly. Esas palabras se la había dicho su amiga y fueron las que derribaron todas sus ilusiones. Quería decirle su amor a Eddie, se confesaria al salir de aquel lugar, en el puente de los besos, le iba a mostrar el R+E antes de marcharse y dependiendo de la respuesta le pediría que se vaya a vivir con él, tener una vida juntos, sentirse libre al fin.

𝑹𝒆𝒅𝒅𝒊𝒆 "𝐽𝑢𝑠𝑡 𝑜𝑛𝑒 𝑛𝑖𝑔𝘩𝑡" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora