Tenía que ser una broma, una maldita, asquerosa y completamente enfermiza broma. ¿Tanto me odiaba el universo? No encontraba otra explicación, debía ser eso, no seguro que era eso. Si bien no era un pan de dios, tampoco era lo suficientemente malo como para tener que estar aquí.
De todos los inmundos humanos que habitaban en la tierra, de todas las personas enfermas que vivían en Japón, de todos los posibles casos de los cuales tendría que haberme ocupado ¿Por qué me debía tocar justamente con él?
Había muchos casos interesantes que acudían a la fundación Speedwagon con el propósito de tener un 'ayudante hogareño'. Básicamente; el programa que habían lanzado era sobre estar literalmente atado a una persona que necesitara de alguien que lo acompañara para todos lados, lo ayudara con las tareas domésticas, con sus chequeos diarios, que estén al día con sus medicamentos recetados, etc.
Si había elegido este trabajo era porque no me importaba tener que limpiarles el culo a unos ancianos y tener que vivir con lo corto que queda de su vida, que era lo más normal en mi línea de empleo. Pero dentro todas las personas que debían tocarme ¿Por qué me toco justo él?
Lo recordaba más alto sin duda alguna, tal vez sea porque yo también termine por crecer en todo ese tiempo que no nos habíamos visto, su peculiar corte de cabello seguía moviéndose de una manera extraña cuando el viento soplaba, había cambiado los lentes oscuros de sol que termine por obsequiarles por unos de lectura, los cuales, no llegaban a ocultar muy bien la marca que había provocado su (casi) ceguera. Noriaki Kakyoin, sonreía incluso de una forma más boba de la que solía recordar.
– ¡______(Luka)-kun! ¡Cómo has crecido! – Parecia auténticamente sorprendido, aunque los de la fundación habían mandado una imagen por correo de mi rostro. Lo observe de arriba abajo, inspeccionando cada arruga de su ropa holgada de entrecasa destacaba su leve descuidada actitud. Llevaba un bastón consigo para apoyarse bien en el, sus ropas contaban con un pantalón vaquero demasiado grande como para su cuerpo al igual que su camiseta blanca, aun usaba sus extraños pendientes de cereza tan característicos de él. No pude evitar sonreír levemente de lado.
– Sigue siendo un completo idiota. – Pensé.
Se acercó a mí sonriéndome mientras extendía su mano como forma de saludo. Tras un par de segundos de duda la tome, apretando firmemente el agarre. ¿Por qué de todas las personas en el mundo debía ser justo él?
Se alejó un poco de la puerta de su departamento, dejándome el suficiente lugar como para pasar. Agradecí su cortesía con una leve reverencia mientras tomaba mí pesada maleta y la entraba junto a mí al que ahora debía llamar "hogar" por un largo periodo de tiempo.
Lo primero que vi fue el hermoso piso de madera oscura, este era levemente cubierto por una alfombra roja circular en la cual estaban acomodado estratégicamente un par de sillones al lado de un inmenso sofá, todos de color rojizo con los marcos de madera de el mismo tono que el suelo, apuntando de igual manera a una pequeña mesa de café con algunos papeles y manuscritos encima.
Seguí investigando el lugar, grande se le quedaba corto para tan inmensa arquitectura. Difícilmente se podría considerar a esto un apartamento, más bien parecia una mansión en medio de un edificio demasiado lujoso. La cocina contaba con artículos de la mejor calidad disponible, con una variedad de herramientas tan variada que cualquier restaurante de cinco estrellas moriría de envidia. La heladera era espeluznantemente grande, los fogones de la cocina estaban tan limpios y relucientes que podía reflejarme con facilidad en ellos.
Vi como el pelirrojo se centava soltando un suspiro en ese enorme y cómodo sofá. – Lamento no poder recibirte como es debido, pero estoy completamente exhausto. – Alce los hombros restándole importancia a ese pequeño e insignificante asunto y seguí inspeccionando el lugar.
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Cerezas dulces
RandomEl destino es enredado y extraño, a veces podría ser predecible como si llovería esa tarde o no, y otras era tan extraño como encontrarse con alguien a quien no veía desde hace mucho tiempo, más en específico un amor imposible. Era un reconocido fot...