6 DESEOS

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Para el ritual de los 6 deseos son necesarias 6 velas negras, un puñado de dulces para agradecer a los muertos, vestir completamente de negro y visitar el cementerio en un día 9 o 6. El ritual mejores resultados si se realiza en luna llena o fechas cercanas a esta cuando la luna está creciendo.

 El ritual dá mejores resultados si se realiza en luna llena o fechas cercanas a esta cuando la luna está creciendo

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El sol comenzaba a ocultarse por un lado de la colina, el aire se iba tornando frío conforme el azul oscuro iba ganando terreno al anaranjado rojizo. Hace un rato que el último visitante se hubo marchado del cementerio. Pero Peter, sentado debajo de un árbol y oculto entre las tumbas más antiguas, esperaba a que la noche terminara por caer.

Mientras la luz aún se lo permitía, dio un último repaso a lo que había escrito en su Book of shadows. "Ritual de los 6 deseos" rezaba como encabezado. Tenía las velas negras, los dulces, su ropa (incluso la interior) era completamente negra. Era 9 de octubre, la luna estaba casi completamente llena, tiempo propicio para realizar el ritual.

Cuando la noche había caído casi por completo, respiró profundo y se dirigió a la primera tumba. Como lo indicaba el ritual, antes de encender la primera vela limpió la lápida. El nombre "Natasha Romanoff" saltó a su vista. La mujer había fallecido en 1900, cumplía con el requerimiento de más de 6 años de muerto que exigía el rito.

Se permitió meditar por un momento, alejando de sí toda idea negativa o duda respecto a su capacidad de manejar magia tan avanzada. Llevaba cerca de 3 años estudiando y practicando la Wicca, desde hacer unos dos años se había especializado en nigromancia. Podía con eso.

Encendió la primera vela negra con ayuda de una cerilla, con cuidado la colocó frente a la lápida y comenzó con el primer deseo.

—Buenas noches, señora Romanoff. Disculpe mi atrevimiento, pero quisiera pedirle poder encontrar un apartamento económico y bonito al cual poder mudarme.

Sí, ese era su primer deseo. Nada muy impresionante, pero es que más que desearlo lo necesitaba con urgencia. Desde hace unos meses había expresado a su tía May sus ganas de irse de una vez por todas, conseguir un apartamento cerca de la universidad, independizarse.

Una briza fuerte sopló desde los campos de flores naranjas al pie de la colina. La brisa dio de lleno con la espalda del joven castaño, haciendo que un escalofrío recorriera su columna vertebras. Para su sorpresa, la flama no llegó a apagarse, sólo danzó momentáneamente, pero apenas pasar la brisa, regresó a ser tan consistente como antes. Casi había pasado el primer minuto, podría lograrlo, su deseo se cumpliría.

Pero no.

—Lo lamento, Peter.

Creyó por un momento que lo había imaginado, que las palabras no habían sido más que el rumor del viento y su propia sugestión. Pero la vela se apagó de la nada, dejándolo sumido en medio de luz de luna.

Seis deseosWhere stories live. Discover now