RECUERDOS

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Siete años atrás...

-sí, acepto- dijo ella con los ojos brillosos, aguantando las lágrimas de felicidad de al fin contraer matrimonio con el amor de su vida, con su compañero de aventuras, con el hombre que deseaba tener a su lado para envejecer.

-puede besar a la novia- dijo el padre con voz gastada producto de la edad y el tiempo.

La feliz pareja selló su unión con apasionado beso seguido de efervescentes aplausos de la familia de ambos. Habían decidido casarse al aire libre en un centro de eventos en un risco frente al mar, la vista era simplemente espectacular. No hubo muchos invitados sólo los más importantes.

La cena había terminado y la radiante novia platicaba detalles de la luna de miel con su mejor amiga, Susan y la madre de Benjamín cuando la voz de su ahora marido la hace voltear.

-¡Raven baila conmigo!- le dice Benjamín estirando su mano hacia ella la cual Raven acepta con gusto.

Como en toda boda el clásico vals de los novios comienza a sonar en salón, la pareja se desliza por el centro de la pista con gracia tal cual lo habían ensayado tantas veces. Ambos eran perfeccionistas y les encantaba bailar por lo que no iban a desteñir en su primer baile oficial como marido y mujer.

Horas más tarde en el aeropuerto con destino a Hawaii Benjamín mira a su esposa y le da un fugaz beso en la mejilla, esperaban que partiera el vuelo.

-¿Qué fue eso? ¿Acaso estás nervioso Ben?- le dice Raven con tono burlón y le saca la lengua. Ella sabía perfectamente que aún le costaba subirse a un avión.

-Un poco, pero a tu lado todo es más fácil- le dice tomando su mentón y depositando un tierno beso en sus labios. 

Raven se acomodó en el hombro de Ben y se quedó profundamente dormida soñando como iba a ser su luna de miel.

Dos semanas después de una maravillosa y paradisíaca luna de miel ambos llegan más enamorados que nunca aunque Raven no dejaba de pensar en cómo le diría a su padre.

-¡Lexa! ¿Qué vas a pedir?- pregunta Ben interrumpiendo sus pensamientos, casi nunca la llamaba por su segundo nombre.

Ella sacude la cabeza y le sonríe a la mesera algo avergonzada. Realmente no tenía ganas de comer después de aquel correo que recibió en la mañana, aún así, miro rápidamente la carta.

-Quiero salmón a la plancha con espárragos y una ensalada con le venga al pescado- dice con cierto desinterés en su voz y con notoria preocupación en su rostro arrugaba el mantel de la mesa, Benjamín supo de inmediato que algo le pasaba a su amada.

-¿Estas así por tu nuevo proyecto? Tranquila cariño, aunque no sé de qué se trata sé que te irá muy bien- dice regalándole una sonrisa de esas que habían enamorado a la castaña chica frente a él.

–Respecto a eso...– titubeó nerviosa. Miro hacia afuera del restorán y vio a una adinerada mujer salir con tres bolsas de una boutique y se le ocurrió la idea –es una boutique, quiero ofrecer ropa para todas las tallas y accesorios para nosotras– dice rápidamente.

–¿Una boutique? ¿No crees que ya hay muchas? – dice el pelirrojo no tan convencido de la idea de su esposa.

–nunca son suficientes Ben, una mujer nunca tendrá suficiente ropa en el armario– suelta una risita malvada y recuerda toda la ropa que tiene en su armario, siempre le gusto estar bien vestida.

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⏰ Última actualización: Mar 15, 2021 ⏰

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