— Sé que es difícil y se verá imposible pero tú eres fuerte y vas a poder con todo esto y aunque me duela mucho el dejarte solo en esto va a tener que ser así, seguirás solo. Prométeme que serás muy fuerte ¿esta bien?- Seonghwa acariciaba el rostro de su amado mientras intentaba retener las lágrimas con una sonrisa.
— Está bien..., Seré fuerte pero ¿qué pasará si no logro ser suficientemente fuerte?- Los ojos el mayor se llenaron de lágrimas con sólo pensar en la idea de no tener nunca más a su pequeño angelito junto a él, su Yeosang.
— No pienses eso, angelito pero si llegara a pasar quiero que puedas estar en paz y recuerda que nos veremos en algún momento y podremos hacer de todo juntos ¿ya?
El menor, aunque no muy convencido de lo que le dijo su pareja, asintió y le sonrió. Seonghwa sólo podía pensar en cuánto amaba a Yeosang y lo mucho que le encantaba ver esa sonrisa en su rostro. Unieron sus labios creando así un pequeño beso lento y quién diría que también su último beso, se separaron juntando sus frentes pero ambos tenían miradas tristes y con esperanzas falsas, sabían que Yeosang no iba a poder sobrevivir pero querían engañarse con falsas promesas y palabras para seguir "felices sabían que sí iba a poder", tan falsa era esa frase.
— Debes de ir, bebé ya deben de estar por llamarte, ya sabes. te esperaré aquí ¿vale?
— Vale... Seonghwa.
— ¿Sí?
— Te amo muchísimo, no lo olvides por favor.
— Te amo mucho más y nunca lo olvidaría, bobito.
Esa fue la frase que los hizo sacar esas lágrimas que tanto esperaban por salir. Se abrazaron fuertemente mientras lloraban en el hombro del otro, ¿por qué era tan difícil? ¿por qué tenía que pasarle a ellos? Definitivamente no merecían nada de eso, no querían soltarse por nada del mundo, no querían dejarse ir porqué sabían que nada iba a seguir y sólo iba a terminar siendo un alma en el cielo y otra muriendo lentamente por la tristeza en la tierra.
No les importa que estuvieran llamando y llamando a Yeosang o incluso que las enfermeras trataran de separarlos, ellos seguirían juntos hasta el final o hasta que no aguantaran pero para su mala suerte fue exactamente así, no duraron mucho mas tiempo para cuando lograron que se separaran y llevaran a Yeosang. Seonghwa gritaba frases como "sé fuerte, amo" "Te esperaré hasta el final" entre otras mientras sus ojos sacaban más lágrimas.Se sentó en la sala de espera apoyando su cabeza contra la pared y quedando rápidamente dormido. sólo deseaba que su pequeño angelito pudiera sobrevivir aún sabiendo que no era así.
•♡•
Despertó tras varias horas con los ojos algo hinchados pero escucho algo que rápidamente tomó su atención.
— ¿Está aquí el señor Park Seonghwa?
Rápidamente se acercó a la chica que lo llamaba, deseaba escuchar ese "Yeosang está bien" pero lastimosamente fue todo lo contrario, empezó a explicar que Yeosang lamentablemente no pudo sobrevivir y que el cáncer fué más rápido. Sintió su vida caer a pedazos.
El niño que varias veces evitó que se suicidara, que ayudo a su ansiedad, el mismo niño que le dió calidez a su vida se había ido por culpa del cáncer. estaba completamente solo y destrozado, no quería seguir adelante.
Seonghwa salió del hospital, se subió a su auto y empezó a conducir lo más rápido que podía mientras en si cabeza sólo estaban sus últimas palabras, su último beso, su último abrazo, el último momento que vió a Yeosang.
No quería seguir vivo y no tenía razones para estarlo, la persona que siempre le hizo feliz y le mostraba lo bueno de esta asquerosa ya no estaba con él. Soltó el volante, aceleraba cada vez más, sacó su cinturón y esperó, esperó a que chocara con algo de una vez y así fue. Seonghwa chocó con otro auto que había. todos los factores del momento le aseguraron una muerte inmediata.— angelito.
— ¿sí?
— ¿cómo eres tan feliz? siempre tuve esa duda, o sea, siempre estás con una sonrisa dispuesto a hacer feliz a los demas sin importar qué, pareciera que nunca has estado triste ni lo estás.
— Ay, bebé. Yo como todos tengo días malos, días en los que estoy muy triste pero prefiero darle una sonrisa al mundo para que vea que no podrá derrotarme nunca.