Dancing Queen.

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Jaehyun no debía estar ahí y lo sabía tan bien que decidió desobedecer y quedarse por el gusto de ser un rebelde según él. No entendía que era peor, permanecer escondido detrás de las columnas elegantes que sujetaban la edificación o si lo era el propósito de su estadía. Cualquier caso le traería un castigo no poco duro.

Tenía algo de miedo en ese momento, pero cuando vio la figura de la persona a la cual estaba esperando y deseando ver toda mala sensación dejó su cuerpo, dejándose apoyar contra la columna que le servía de escondite, soltando un suspiro de admiración y enamoramiento.

Cuando lo veía u observaba normalmente su estómago se contraía por la culpa, pues sabía que lo que hacía no estaba bien. Ahora, nada de eso lo molestaba. Tenía muy claro lo fatal de la situación pero le daba igual. Estaba maravillado con su imagen tan pulcra y elegante, con la sonrisa tímida que sus labios mostraban a los desconocidos que saludaba en el gran salón. Jaehyun era todo un loco, porque juraba y perjuraba que esa mueca era mucho más hermosa y cariñosa cuando se dirigía hacia él.

―Jae, ¿qué haces aquí a estas horas? ―el llamado sintió como su corazón casi abandona su cuerpo por el susto recibido. Atrás suyo estaba una sirvienta del castillo, llamada Suzy―. Deberías estar en el cuarto de descanso, no aquí espiando a tus majestades ―la señora llevaba un cesto con mantas probablemente para su cuarto y que debían estar húmedas todavía por el frío que no se había ido en todo el día.

El muchacho le indicó con sus manos que se escondiera junto a él para luego hacerle mirar hacia la pista de baile. La mujer notó a quién debía estar mirando desde hace mucho y agachó la cabeza a la par que soltaba un suspiro.

Suzy era casi una madre para él, desde que había llegado a servir a los reyes ella era quién lo cuidaba, alimentaba y por sobre todo disciplinaba. Cuando se enteró del loco enamoramiento del joven le indicó que no le dijera a nadie que habitara ese reino ni a ninguna otra alma su secreto, y que debía buscar de inmediato a algún doctor o un cura que lo sacara de su locura. Yoonoh, también conocido así, se excusó diciendo que desde que había pisado por primera vez el suelo marmolado del palacio sentía una gran atracción por aquel muchacho que ahora bailaba junto a Seulgi, una bella princesa de algún reino tan importante como el que ellos habitaban. Claro está que oír aquello solo asustó más a la jefa de los criados, pero Jaehyun una vez más se defendió diciendo que si en todos esos años nadie había notado jamás algo extraño en él, pues entonces no había nada de malo en su persona, seguía siendo el mismo chico al que Suzy había acogido solo que con una preferencia distinta a la de sus pares. Luego de de una larga y profunda conversación que los hizo desvelarse, la adulta prometió guardar el amor que habitaba en Jaehyun y no contarlo a nadie, e incluso procuró ayudarlo a conquistarlo.

Por eso ambos se encontraban mirando al encantador heredero al trono, que movía su cuerpo con gracia y coordinación entre los invitados que estaban tan alegres como él. Siempre era así, todos comían, bebían, bailaban, se escondían en el jardín delantero para amarse bajo la luna, y sonreían a cada momento, mientras que él y los demás sirvientes de la casa real debían ir a dormir, si es que no les caía la suerte de que los encargados del banquete solicitaran ayuda y ellos fueran llamados para atender, cosa que no pasaba con mucha frecuencia.

―Sé lo feliz que serías junto a él ―la mujer había dejado la canasta en el suelo hace un rato por lo que su mano se encontraba libre para acariciar el pelo suave y oscuro del joven.

―Y deberías saber lo feliz que soy ahora, no me importa si él llega amarme o no, el amor no sé basa en lo que recibes de la otra persona, ¿no? De ser así no amaríamos como lo hacemos... Me basta con verlo así, sonriendo y siendo feliz. Si Taeyong lo es, lo seré yo también y quizás mucho más.

Dancing Queen ✦ JAEYONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora