A partir del doceavo día comenzó a asistir a la misma escuela que yo. Le pregunté cómo era posible y dijo que mientras pagara, todo se haría real.
Luego de algunos días Handong dejó de mirarla raro y aceptó de buena manera que fueran amigas.
Solo que muchos de nuestros compañeros se dividían en dos grupos. Quienes la odiaban y quienes querían ligarsela. Y sentí miedo a perderla. Por que no solo eran algunos estúpidos, había buenos chicos como Jackson o chicas como Gahyeon que se animaron a confesarle sus sentimientos. Y vamos ¿Qué era yo comparada a ellos?
Nada.
—Yoo ¿Puedo preguntarte algo?—asentí acomodándome en mi lugar. Por su cara parecía serio y le daría esa misma importancia— Sé que esto para ti tal vez sea un simple intercambio, pero en el fondo me empeño en creer que no. Que la razón por que has accedido a mis precios es... E-es por que te sientes igual que yo. Me siento algo tonta por enamorarme de mi misión cuando sé que un dia puedes ser feliz sin mí... Pero me gustas, desde que te vi... Lo admito. Puse precios algo exagerados solo para tener la excusa de probar tus labios. Para poder sentir lo más cercano a tener tu amor. —Entonces se tapo la cara totalmente avergonzada. Hasta llegó a chillar por lo bajo, lo que se me hizo tierno.—Solo digo esto para saber... ¿Q-quieres ser mi novia?
Fue la vigésima noche en la que ella paso de hacerme 'Nada' a su novia. Sentadas frente a la ventana mirando la fina luna a punto de desaparecer. Se convertiría en mi luna favorita a partir de ese momento.
No esperaba que el 3 de mayo pasara a buscarme para ir la escuela juntas, mucho menos que conversara con mi mamá.
—¿Puede volver Yoohyeon más tarde de su toque de queda? Nos dieron un trabajo muy largo y dudo que lleguemos a hacerlo en dos horas.—No creí que fuera a preguntarle tal barbaridad, en especial por que ella sabía cómo era.— sé que tal vez no le guste la idea pero no puedo traer el museo a su casa.
—¿Qué clase le pide eso? Suena a una mala excusa señorita...
—Kim, soy Kim Minji. Una nueva compañera de Namu. Y es para la clase arte. Hay que analizar la distribución de las obras de arte y clarificarlas por la corriente en la que están inspiradas. Es solo para aprender un poco más de la historia del pais. Un tema bastante interesante a decir verdad, ¿sabía que-
—Tienes solo hasta las ocho.—Dijo dirigiéndose a mi, e ignorando que seguía hablando sobre no sé qué corriente del occidente. Me pareció muy descortés hacerle eso a Minji— Por favor calla a tu amiga.
— Ya nos vamos.
Tomé la mano de Mi novia para arrastrarla lejos de mi casa, pero aun así se volteo hacia mi mamá. Le diría algo que nunca olvidaría.
—¡Señora, usted es repugnante! ¡no merece a Namu! ¡Y-—Le tapé la boca para que no dijera otra cosa que la pusiera de peor humor. No necesitaba voltear para saber la mirada de muerte que me estaba dando.
—Shhh. ¿Estas loca?—Le reclamé metros mas adelante. Ella se rió y asintió.
—Estoy loca de amor por ti. No podía dejar pasar decirle la verdad... No me dejaste darle pesadillas así que es lo justo.
—Por cierto... ¿por qué inventaste eso?
—Para extender lo más posible nuestra cita. Quiero que disfrutes lo más posible estos días... La adolescencia nunca vuelve ¿Sabes?
Ese día, después de acompañar a Handong hasta su casa, fuimos a una arcade. Siempre me habían gustado los vídeo-juegos pero nunca accedieron a compararme una play station. Tampoco me dejaron trabajar para pagarla yo misma.
Entonces Minji compitió conmigo en cada uno de los juegos que parecían interesantes. Lamentablemente le gané en la mayoría e hizo berrinche para que dejara de burlarme de ella y que le comprara macarons. Solo me negaba para ver su tierno puchero un poco más. Era como una niña, hasta que me hizo un cabe-don exigiendo sus macarons.
—Es eso o... Tomaré lo que yo quiera de ti.
—E-estamos a mitad de la calle.
—No me importa.
—A la policía sí—por encima de su hombro se veis a un hombre uniformado que venia hacia aquí. Minji solo empezó a caminar algo rápido y yo la seguí para evitar problemas.—Bien, te compraré Macarons.
—No, ya no los quiero.
—Minji, ¿todo ese escándalo por nada?—golpee su hombro para que supiera que solo estaba jugando pero su ceño no dejaba de estar arrugado. En cambió tomó mi muñeca bastante fuerte y me arrastró en medió de las personas, le preguntaba a dónde iba pero no contestaba. Seguía caminando. Hasta que se detuvo detrás de un cartel de un negocio. Tapaba una especie de mini-callejón.
Allí sujetó ademas mi cadera llevándome contra la pared nuevamente. Esta vez con mucho menos espacio entre ambas. Me tomé unos segundos para recuperar el aliento, pero no duró mucho por el par de labios que se estrellaron contra los míos, detonando varios sentimientos encontrados. Como el miedo a ser descubierta y la emoción de hacer algo así en la vía pública. Adrenalina y pasión, mala combinación para evitar sus manos apretujarme contra su cuerpo, sentir su cabello despeinarse entre las mías. En cierto momento perdí la noción de donde lo hacíamos, en la habitación tenia prohibido hacer ruido y sentir su mano acariciando mi entrada por encima de la ropa me hizo morder su labio por no gemir, en respuesta ella maldijo pero siguió pasando cada una de esas telas aun si significaba soportar mis dientes clavándose a lo largo de su cuello y hombro. Lamentablemente no me dejó devorar sus labios. Pero lo entendía, tampoco la haría sangrar.
Luego de acabar me sentí toda una pervertida. Tercera vez y ya era una situación así... ¿Qué me esperaba en el futuro? Terminaría en la cárcel.
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Cazadora de Pesadillas
FanfictionKim Yoohyeon es una adolecente normal, sumida en el estres de esta etapa tan importante de su vida. Es cuando su tortura llega al máximo que recibe una inesperada visita. ¿Una casadora de pesadillas?