La eficiencia.

31 4 0
                                    

La ciudad «El Tiempo» tiene un modo muy particular de administrar sus recursos, ya que el ayuntamiento no tiene suficiente dinero para proporcionar todos los servicios necesarios para los ciudadanos, por lo que El Alcalde optó por ofrecer libros que explicaran como realizar todo tipo de actividades por la falta de presupuesto. Estos manuales pueden ir desde cómo podar un seto hasta cómo apagar un incendio o realizar una operación de corazón. 

Los funcionarios sólo están especializados en repartir todo tipo de manuales a los ciudadanos. Por ejemplo, si tienes un hijo, a la hora de educarlo, el Estado no tiene a tu disposición colegios públicos, si no que un funcionario te entrega un libro en el que explica cómo enseñar y otro con todos los contenidos básicos que debe de aprender tu alumno, dependiendo de la edad. 

Todos saben leer a la perfección y de manera muy rápida. Disponen de todo tipo de recursos naturales para su explotación. Los funcionarios y el Alcalde, como dedican todo su tiempo a la difusión de los libros no tienen tiempo para poder satisfacer sus propias necesidades, y deben de recurrir al uso de su poder, obligando a   que cada ciudadano tenga que destinar una hora al día a ayudar al Estado, ya sea cocinando o haciendo reparaciones en sus viviendas.

En esta ciudad vive Sofía, una adolescente que ya ha terminado sus lecturas educativas primarias y dispone de elección sobre qué leer. Vive con sus padres, quienes habían construido su pequeña casa de madera un año antes de que ella naciera. Todos los días dedica ocho horas por la mañana a la lectura, que se dividen en varios temas, los cuales le parecían más importantes,como la fontanería, la construcción, la cocina y la tecnología. Después suele comer con toda su familia platos que prepara su padre, ya que él había leído mucho sobre este aspecto. Sobre las cuatro de la tarde siempre va a la casa del alcalde para limpiarla, y así cumplir con su hora con el Estado. El resto del tiempo lo emplea para poner en práctica todo lo que había aprendido y para estar un rato con sus amigos, aunque nunca le sobra suficiente tiempo.

Sofía odia tener que trabajar para el Estado porque tenía la sensación de que su trabajo no era tan necesario ya que si todos los libros se guardaran en una biblioteca pública en la que sólo hace falta un par de empleados, su tiempo de limpieza se reduciría muchísimo. Éste mal estar lo tenían todos los ciudadanos, todos tenían muchas ideas para poder mejorar su sistema y poder ser más eficientes, pero paralelamente, también querían ser funcionarios. Ésta opción está lejos de la mayoría de los ciudadanos porque ésta función se había convertido en un monopolio en el cual sólo podían entrar las familias de estos. Que pueden presumir de tener mucho tiempo libre y dedicarse al ocio, son la clase alta. 

Todos los sábados la ciudad entera debía de ir por la mañana a una gran plaza situada en el centro, al lado del ayuntamiento. El Alcalde sale al balcón con una micrófono para para pronunciar delante de todos los ciudadanos todo lo que había realizado durante la semana. Suelen ser la publicación de nuevos libros o la contratación de más funcionarios. El discurso no suele ser muy extenso, pero está lleno de detalles nacionales para mantener unida a la población y su sumisión hacia el Estado. Todo está lleno de banderas de franjas naranjas y verdes con un escudo con un reloj de arena en el medio. Todos los ciudadanos asisten a  por tradición ya que esta "fiesta" se llevaba celebrando desde hace mucho tiempo, y quedarse en casa leyendo traería consigo muchos reproches de los vecinos. Al acabar la ceremonia todos aplaudían de forma muy ordenada, aunque El Alcalde sólo hubiera publicado un libro sobre cómo subir las escaleras. A Sofía le gusta mucho este día de la semana porque después se va a comer con sus amigos a la casa de Peter, que se había especializado en barbacoas y en la caza de vacas de la zona. Era de los pocos días que la joven comía carne porque en su casa había un gran invernadero capaz de suministrar gran variedad de verduras, fruta y legumbre para toda la familia durante todo el año. 

A ninguno de los ciudadanos les daba tiempo a leer y practicar todo lo necesario para poder sobrevivir, por esa razón la organización del tiempo era muy importante.  Había diferentes tipos de personas, según su uso del tiempo, vulgarmente se dividían en sabelotodos (ciudadanos que habían leído muchos libros pero a la hora de la práctica eran bastante inútiles). Este perfil aportaba a la sociedad bastante información y era capaz de responder muchas preguntas a los vecinos de la zona. Por otro lado, los hábiles (muy ágiles usando sus manos pero mucho menos para retener información) solían construir gran variedad de estructuras, aunque suelen necesitar la ayuda de los sabelotodo para poder realizar sus actividades. Es decir, los hábiles y los sabelotodo se complementaban para lograr una mayor eficiencia para poder ahorrar tiempo.

El TiempoWhere stories live. Discover now