Lluvias de Verano •《HOB One Shot》•

•《Capítulo Único》•

Xie Lian había estado vagando en la fría soledad por tantos años, que se había acostumbrado a convivir con ella; sin embargo las cosas habían cambiado, y él ya no estaba solo, pues aquél rey demonio estaba a su lado para compartir con su persona la cálida sensación de amor que guardó en su alma por tanto tiempo.

Pero ahora... Hua Cheng se había ido temporalmente, por lo que ahora era su turno de esperar por su amado.

...Aún así

No recordaba que estar solo fuera tan doloroso.

Cada día se levantaba pensando en aquél hombre de oscuros cabellos y coquetas sonrisas; ése que lo hacía tan feliz.

Y caminaba fuera de su residencia deseando el verlo ahí, acostado bajo la frescura del sauce.

Y cada vez suspiraba decepcionado, riendo tristemente de sus fantasías.

Aunque trataba de no prestarle demasiada atención a su espera, prefería estar positivo esperando a que regresara, porque sabía que lo haría.

Hoy, lamentablemente era uno de ésos días en los que sus emociones iban mal.

Éra por ésta época de verano cuando el reino de Xian Le cayó, desencadenando la desgracia del príncipe heredero y su familia; Xie Lian trataba de no recordar aquéllos días, y se había convencido de superar todo ese tema que en determinados días fué sumamente delicado, y lo había logrado, pero con el dolor reciente de la partida de Hua Cheng, su tierno corazón se contraía del dolor.

Hua Cheng...

¿El volvería?

Había estado seguro todo éste tiempo, pero, ¿Qué le demostraba que realmente sería diferente ésta vez? ¿Qué le hacía pensar que no lo abandonaría al igual que los demás?

Odió esos pensamientos y se odió a sí mismo por desconfiar de su amor.

Se aferró al collar que yacía alrededor de su cuello mientras las lágrimas salían sin señal de detenerse.

No podía entender cómo Hua Cheng soportó esos ochocientos años de melancolía constante.

Sintió una sensación cálida proveniente del anillo que con tanta fuerza apretaba con sus manos.

¿Cómo más iba a soportar si no es por un amor sincero?

Es cierto; Él lo ama, eso es razón suficiente para esperar mil años si era necesario.

Sintió unas ganas incontrolables de correr hacia su rey demonio y abrazarlo, llenarle la cara con sus besos y repetirle cuánto lo amaba.

Pero Hua Cheng no estaba ahí.

El verano éra cálido y un poco bochornoso, sin embargo; el alma de Xie Lian estaba en medio de una tormenta, una tormenta que se manifestaba con una fría lluvia recorriendo su rostro.