El chico de cabellos obscuros y tez pálida despertó con un horrible dolor de cabeza y algo mareado. Con dificultad logro abrir sus ojos para ver el panorama que lo rodeaba. Estaba en un bosque, era de noche y la obscuridad cubría todo el lugar. El chico hizo un vano esfuerzo por recordar como había pasado todo y como había terminado en ese lugar, su mente no le dijo nada, solo sintió el dolor más punzante en su confusa memoria. Con esfuerzo se levanto apoyándose en uno de los muchos árboles del sitio. La desesperación invadía el cuerpo del muchacho y el no recordar como había llegado solo hacía que ese sentimiento creciera. Los torpes pasos que daba con dificultad gracias a él gran dolor que sentía eran llevados a cabo gracias a que el chico se apoyaba en los arboles para así avanzar por el bosque y encontrar una salida o algún sitio donde refugiarse hasta que llegara el día. A medida que avanzaba el dolor de su cuerpo se iba calmando, pudiendo así caminar sin tener que apoyarse en los grandes árboles que casi impedían que la luz de la luna entrara. El frio viento calaba sus huesos debido a que no llevaba ningún tipo de abrigo, se abrazo a si mismo intentando darse algo de calor mientras su cuerpo comenzaba a temblar. El sonido de las pisadas se hizo presente alterando al chico y agudizando sus sentidos, los pasos se oían cada vez más cerca provocando un terror inimaginable. El no sabía lo que era, pero tampoco se quedaría averiguarlo por lo que preso de la adrenalina del momento comenzó a correr a la máxima velocidad que sus adoloridas piernas le permitieron. Corrió y corrió sin rumbo, escapando de aquello que ni siquiera sabía que era hasta que sintió que no podía más. Exhausto se detuvo apoyándose en sus rodillas intentando regular su respiración, la cual estaba agitada gracias a lo que había corrido. Cuando por fin el chico pudo volver a respirar normal mente volvió a escuchar pasos justo detrás de él, dejándolo completamente petrificado en su lugar. Escucho como los pasos estaban cada vez más cerca, él quería correr, escapar, salvarse de aquello que aun sin saber que era le representaba una total amenaza, pero su cuerpo no reacciono. El muchacho desesperado le gritaba internamente a su cuerpo que se moviera de una maldita vez, pero eso no paso y para cuando pudo reaccionar, ya era demasiado tarde, aquello que moraba en el bosque estaba justo detrás de él. Algo afilado paso por su espalda rasgando parte de su playera sin dañarlo. El muchacho hizo el vano esfuerzo de avanzar pero su cintura fue rápidamente aprisionada por el brazo de quien se encontraba detrás de él. El chico intento voltear a ver que era lo que lo mantenía preso pero fue detenido con una daga en su cuello, a lo que reacciono quedándose totalmente quieto, intentando regular sus desesperados latidos producto del miedo que sentía, esforzándose por no cometer una estupidez que le podría costar la vida mientras pensaba como escapar
-Buenas noches- susurro una voz extrañamente conocida para él pero algo mas distorsionada
-¿Q-qué qui-quieres?- tartamudeo gracias al miedo que recorría su cuerpo
-Que hostil, ¿acaso no vez que no te combine tratarme mal?- dijo otra vez esa voz que el chico estaba seguro que conocía, pero gracias a esa extraña distorsión que la hacía más monstruosa no sabía definir de donde la conocía
-¿Quién eres?- pregunto nervioso temiendo de que tuviera una mala reacción
-joder es que no reconoces… mi voz Willy- dijo susurrando las dos últimas palabras al oído del chico tan cerca que lo hizo estremecer y haciendo que se diera cuenta de quien se trataba aunque aun sin terminar de creérselo
-¿Ve-Vegetta?- susurro Willy dudoso
-acertaste – dijo él feliz para luego propinarle un fuerte golpe en el estomago a Guillermo con la mano que sujetaba su cintura quitándole el aire y dejándolo caer. Willy cayó de rodillas al suelo sujetando su estomago por el intenso dolor e intentando recuperar el aliento. Dolía y dolía mucho por lo cual Guillermo no se podía poner de pie
-que paso Willy- dijo en un tono burlón Vegetta mientras daba vueltas a su alrededor como un animal cazando su presa –pensé que eras mas fuerte- dijo al detenerse justo enfrente de quien estaba en el suelo y tirando su cabello obligándolo a mirarlo. Guillermo al verlo se sintió aterrado, los ojos de su “amigo” estaban sumergidos en una horrorosa obscuridad, tenía una sonrisa diabólica y su piel estaba mas pálida que nunca lo cual le daba un aspecto terrorífico. Guillermo negó repetidas veces con la cabeza no queriendo creer que ese que estaba frente a él era Vegetta. Él se acerco al rostro de Guillermo quedando a escasos centímetros mientras Willy volvía a negar sin querer creer
-Suéltame- susurro Willy con el poco valor que le quedaba, pero Vegetta no se movió - ¡que me sueltes!- exclamo para luego removerse intentando zafarse, pero reaccionar así fue un grave error. Samuel le dio un fuerte golpe en la nuca a Guillermo quien quedo noqueado al segundo.
Cuando Guillermo por fin despertó, noto que estaba en una cabaña, aun era de noche, ¿cuánto tiempo estuve aquí?, se pregunto mientras intentaba levantarse, pero al hacerlo se percato de que estaba atados de manos y pies
-te demoras es despertar ¿he?- dijo la distorsionad voz de Vegetta
-suéltame por favor- suplico Willy mientras intentaba liberarse de las cuerdas
-eso, suplícame Willy- dijo Vegetta acercándose a Guille subiendo a aquella mesa en la que se encontraba atrapado hasta quedar justo enfrente de su presa. Willy estaba petrificado, después de todo siempre le amo en secretó, pero esto era diferente, no es normal, esto no está bien y él tampoco quería que fuera así. Samuel arranco la playera de Willy lo que se le hizo mas fácil gracias al corte que antes había hecho en ella y luego prosiguió con las demás prendas del chico dejándolo completamente desnudo. Vegetta bajo de la mesa y se quedo mirando al que estaba atado aterrándolo con esa mirada llena de obscuridad y esa sonrisa de desquiciado con un toque de lujuria que era difícil de descifrar
-no lo hagas- suplico Guillermo al borde de las lagrimas, pero Samuel no hizo caso alguno a su suplica, solo se acerco a él y comenzó a morder las piernas del chico aprisionado lastimándolo y arrancándole fuertes gritos de dolor
-¡para por favor!, ¡Para!- exclamaba Guillermo intentando liberarse de la tortura de sentir como estaba a punto de arrancarle la piel a mordiscos. Samuel sin parar de morder comenzó a arañar fuertemente el torso desnudo de Guillermo provocando pequeños hilos de sangre brotaran
-¡duele!, ¡detente por favor!- Grito al sentir como su piel era rasgada por las uñas de aquel despiadado
-¡suplica!, ¡grita mas fuerte!- ordeno Vegetta proporcionándole un golpe en el pecho que le hizo gritar de dolor. Luego de eso detuvo su desquiciada tortura para que una psicótica risa saliera de sus labios rebotando por las paredes de madera de aquella pequeña cabaña
-ahora el plato final- dijo terminando de reír y mirando a Willy con esa horrenda sonrisa -¡tu sangre!- exclamo levantando una daga. Willy vio aterrado el objeto y lo que paso luego sucedió demasiado rápido, la pared fue rota por una guadaña que rebano el brazo de Vegetta y al impactar en la pared de enfrente se transformo en humo, el brazo cayó al suelo con un sonido hueco, no había sangre y ni una sola queja o muestra de dolor por parte del afectado
-se suponía que no volverías jamás- dijo Vegetta volteando al lugar donde la guadaña había salido –¡se suponía que jamás regresarías aquí!- grito para que luego una nube negra lo cubriera dejando ver a la verdadera criatura. Era un monstruo obscuro de largos brazos y garras, no tenia rostro solo una amplia sonrisa repleta con miles de dientes afilados.(leer con:https://www.youtube.com/watch?v=aAxNOyV6db4 - Hunter x Hunter 2011 OST 3 - 18 - In The Palace~Agitato) Esa criatura que antes poseía la apariencia de Vegetta derribo enfurecido la pared de la cabaña de un solo zarpazo, dejando ver a alguien con una capucha y la guadaña que antes había rebanado el brazo
-aléjate de el- amenazo el sujeto de la capucha, quien Guillermo reconoció enseguida por la voz, Samuel, pensó Willy y aunque tenía sus dudas no se equivocaba
-¿arriesgaras tu vida por un mortal?- pregunto aquella criatura –estúpido- dijo con desprecio
-¿tú no estás arriesgando la tuya?- dijo quitándose la capucha y revelándole a Willy que si era él, era su Samuel
-es mi presa y nadie se interpone entre mi presa y yo- dijo la monstruosa criatura lanzándole un zarpazo que Vegetta esquivó saltando hacia atrás
-¡no dejare que te lo comas!- exclamo Vegetta comenzando a contraatacar con aquella guadaña.
La lucha de ambos había comenzado Samuel propinaba certeros golpes los cuales la criatura detenía con sus grandes garras, era una batalla reñida. Tanto la criatura como Vegetta detenían y esquivaban los golpes del contrario sin lograr lastimarse
-ríndete, sabes que morirá después de todo- dijo aquella criatura con malicia
-no, no lo dejare morir- respondió Vegetta aplicando más fuerza a sus movimientos
-si continuas así, te descontrolaras y serás tú quien termine con su vida, después de todo eres un monstruo, al igual que yo- dijo la criatura provocándolo y lo consiguió
-¡Cállate!-grito Vegetta con ira volviendo a aplicar más fuerza en el certero golpe que dio. Las garras del monstruo no resistieron y la guadaña las corto junto con parte del brazo de la criatura, la cual dejo salir un horrendo chillido de dolor el cual rasgo su garganta violentamente. Segundos después Vegetta apretando aun más fuerte su arma la degolló, acallando ese chillado, la cabeza cayó al piso seguido del cuerpo inerte de aquel monstruo el cual se convirtió en humo desapareciendo en una ráfaga de viento.(escuchar con: https://www.youtube.com/watch?v=s7ZPdaqxsnU - Hunter x Hunter (2011) OST 3 - Track 10 - In the Palace ~ Lamentoso (Shaiapouf Theme)) La respiración de Vegetta era irregular y tenía una expresión de odio que Guille jamás había visto
-Sa-Samuel- dijo Willy mientras se removía para intentar liberarse. Samuel solo se acerco a desatarlo
-Vete- dijo frio mientras le entregaba su capucha a Guillermo ya que toda su ropa estaba rota
-pero Sam…- Willy fue interrumpido
-¡Fuera!- grito Vegetta dándole la espalda y dejando caer la guadaña que antes de tocar el piso se desvaneció en una estela de humo
-no me iré sin ti- dijo Guillermo mientras se cubría con la capucha que Vegetta le había entregado
-vete no quiero hacerte daño- dijo Samuel apretando sus puños con fuerza
-no te dejare aquí- insistió Guillermo
-¿acaso no te quedo claro con lo que dijo esa basura?- dijo Samuel dolido –soy igual que él, un monstruo despreciable- dijo con asco
-no es cierto, tú no eres como el- dijo Guillermo seguro de sus palabras. Samuel volteo a verlo y en un abrir y cerrar de ojos Guillermo lo tenía enfrente mirándolo fijamente
-mírame Guille- dijo Vegetta tomándolo por los hombros como queriendo que reaccionara de una buena vez. Guillermo lo miro directamente a los ojos y noto como los de Vegetta poco a poco se iban sumergían en una enorme obscuridad. Willy abrió sus ojos con sorpresa ya que al ver los ojos de Vegetta recordó los obscuros ojos de aquel monstruo y no quería que él terminara así, no lo permitiría –vete antes de que te dañe- dijo Vegetta al borde de las lagrimas
-si me voy, ¿te volveré a ver?- pregunto Guille sin poder dejar de verlo fijo a los ojos
-lo siento- dijo Vegetta mientras aflojaba su agarre, un nudo se le formo en la garganta a Guillermo por el solo hecho de que no lo volvería a ver, a él y su risa, no volvería a tener esos momentos que erizaban su piel y le provocaban notorios sonrojos
-no te dejare- dijo Guille decidido, después de todo lo le importaba morir en brazos de Vegetta, porque después de todo vivir sin él, también seria la muerte –no pienso dejarte seas lo que seas y acepto las consecuencias- dijo Guillermo para luego abrazar a Samuel por el cuello aferrándose con fuerza a el
-Guille, lo siento, ya no puedo mas- dijo Vegetta con la voz quebrada mientras lagrimas comenzaban a salir de sus ojos cayendo sobre el hombro de quien lo abrazaba con fuerza. Samuel envolvió con delicadeza el cuerpo de Guillermo aferrándolo a él mientras que con su nariz comenzó a trazar una línea desde la barbilla hasta los hombros, provocándole un jadeo a Guillermo (leer escuchando: https://www.youtube.com/watch?v=26TkwXhSYbs - Porco Rosso - Piano - Joe Hisaishi)
-te amo- susurro Guillermo dejándose llevar, después de todo sabía lo que seguía se lo podía imaginar, seria comido por Vegetta. Pero lo que Guillermo no sabía es que un monstruo no puede ser amado, por que el obscuro corazón de un monstruo no entiende lo que es el amor y Samuel lo entendía perfectamente, desde el día en que se enamoro de Guille, desde ese día su corazón y alma se fueron purificando con cada detalle cada palabra, cada sonrisa sincera. Sin saberlo Guillermo con su tierno amor fue humanizando a Samuel sacando esa obscuridad de su alma y corazón. Samuel ya no era un monstruo, pero tampoco era humano, por lo que la obscuridad había comenzado a consumirlo otra vez al llenarse de ira, pero las palabras de Guillermo fueron limpiándolo poco a poco hasta que dijo aquellas palabras que llenan de felicidad a cualquiera, aquellas palabras que te confirman que tu amor es mutuo, aquellas palabras que purificaron el corazón y alma de Samuel, quien al escucharlas se sintió ligero y liberado de una eterna maldición.
Samuel estrecho entre sus brazos a Guillermo mientras las lagrimas resbalaban por sus mejillas, ya no sentía nada más que unas incontrolables ganas de abrazar y besar a la persona que ama mientras le decía aquello que siempre oculto por miedo de llegar a dañarlo
-te amo Samuel- repitió Guillermo separándose solo lo suficiente para dejar sus rostros a centímetros. Guillermo al ver los ojos de Samuel se percato de que la obscuridad que se veía antes ya no estaba, después de todo los ojos son las ventanas del alma. Una sincera sonrisa se formo en los rostros de ambos antes de romper con esa desquiciante distancia que los separaba de aquel ansiado beso
-te amo- susurro Samuel al separarse –gracias por salvarme- dijo juntando su frente con la del menor
-eso lo debería decir yo pringao- dijo Guille seguido de una suave risa que fue seguida por Samuel. Volvieron a unir sus labios en ese perfecto beso en el que se transmitía la pureza de un amor sincero. Los ojos de Guille se cerraron lentamente y llevado por aquel cansancio de una noche tan loca y por el relajo de estar entre los brazos de Samuel se quedo dormido.
Al despertar vio que estaba en su habitación, todo era normal. Levantó su playera que usaba de pijama comúnmente y vio que no tenía ninguna marca
-¿fue un sueño?- susurro a la nada mientras tocaba sus labios. Confundido se levantó a toda prisa y corrió a la habitación de su compañero de piso el cual aun dormía
-¡Vegetta!- exclamo al abrir la puerta estruendosamente
-¿Willy?- dijo el otro confundido y sentándose en la cama dejando su torso descubierto lo que hizo que Guille se sonrojara automáticamente -¿Qué pasa tío por que entras así? Y ¿Por qué esa cara?- pregunto este viendo divertido la cara que se le había quedado a Guillermo
-yo… tu…el monstruo- tartamudeo Guillermo, después de todo ¿Cómo explicar una situación así?
-¿el monstruo?- dijo Vegetta divertido por la situación soltando una ligera risa -¿Qué clase de cosas sueñas Willy?- dijo Vegetta aun con una sonrisa radiante, sonrisa de enamorado como se le suele decir
-nada déjalo- dijo Willy desilusionado de cierta forma de que solo fuera un sueño, pero es que para él había sido tan real. Willy dio media vuelta para irse pero fue detenido por Vegetta que se encontraba únicamente con bóxers aun en la cama tomándole el brazo, lo que casi le da un paro a Guillermo al verlo así. Samuel atrajo a Guillermo hacia él y en un rápido movimiento lo tumbo en la cama quedando sobre el confundido chico. Willy no creía lo que estaba pasando, ¿Por qué Vegetta raciono así? Se preguntaba mientras trataba de procesar la situación en la que estaba. Vegetta se acercaba peligrosamente a los labios de Guillermo mientras sentía ese remolino de sentimientos crecer en el
-gracias por salvarme- susurro Vegetta contra los labios de Guillermo llenándolo de dudas y de unas ganas de probar esos labios que no estaba seguro si había probado ya. Sus labios se juntaron perfectamente en un beso inolvidable
-te amo- susurraron ambos al separarse, lo que los hizo comenzar a reír. Guillermo se aferro a Samuel abrazándolo con fuerza, abrazo que fue completamente correspondido
-no tienes idea de cuánto espere poder hacer esto- dijo Vegetta mientras volvía a besar y a repartir caricias por aquel cuerpo que añoro tanto
-Ve-Vegetta- gimoteo Guillermo dejándose llevar por aquello que sentía y que apretaba su pecho con fuerza, se dejo llevar por esa necesidad de él. Ya no le importaba si fue real o no, solo quería seguir ese momento por siempre. No le importaba si Vegetta era aquel monstruo porque aun así, le amaba y lo seguía amando, fuese como fuese.