I'm not in love •【HyeWon】

Not in love

Hoy estabas tan bonita como siempre.

Me gusta cómo tu cabello oscuro contrasta con tu piel.

Me gusta cuando pintas tus labios de color rojo y resaltan de una forma preciosa, pero también me gusta cuando te veo al natural. Si soy sincera, no puedo elegir qué versión me gusta más, cada una tiene su propio encanto y, sobre todo, porque sigues siendo Hyejoo.

Pero no estoy enamorada.

Hyejoo.

Tu nombre también es bonito.

Todo combina en ti de una forma perfecta como si el universo hubiera usado la energía de todas las formas vivientes en él para crearte así.

¿Y cómo es que entre esas tantas formas vivientes pudimos coincidir?

El mismo planeta, mismo país, misma ciudad y misma vida.

Bueno, no literalmente. Pero compartimos esta vida. Soy parte de la tuya y eres parte de la mía.

Eso no podría ser casualidad.

Estoy agradecida por haberte conocido.

Pero no estoy enamorada.

Sólo me haces sentir llena, feliz, viva.

Cuando caminas a mi lado riendo y bromeando a la vez, enciendes mis sonrisas como si se tratara de un enorme árbol de navidad lleno de colores y luces.

Cuando me dices que luzco bien... me siento temblar y deseo usar ese atuendo por el resto de mi vida. Pero luego vuelves a decirme eso aunque use otro.

¿Tendrá algo que ver eso con mis atuendos?

A veces deseo que lo digas sólo porque soy yo, y que nadie más te provoque lo mismo que lo que sea que yo te provoco cuando me ves.

Pero no estoy enamorada.

Sólo quiero sentir una y otra vez tus dedos entrelazados con los míos porque me acostumbré a ello. Quiero que me abraces y me cargues a modo de juego porque es divertido.

Y eres la única a quien se lo permito.

Pero no est

-¿Unnie? -escucho una voz detrás de la puerta luego de unos cuántos golpecitos y cierro mi diario bruscamente, escondiéndolo bajo la almohada.

-Pasa -digo casualmente porque ya sé de quién se trata.

Entra con su pijamas de camisa vieja con algunos agujeros en ella y el pantalón corto más amplio y aburrido que existe.

Y se ve hermosa también.

Intento reprimir una sonrisa pero, como siempre, termina floreciendo en mi rostro ante su tan anhelada presencia.

-Dormiré contigo hoy -dice con su voz de dormida metiéndose en mi cama casi sin abrir los ojos y me abraza la cintura mientras se acomoda.

Dudo si bromear o expresar la alegría que siento, pero al final termino por hacer ninguna de ambas.

-¿Sucedió algo? -pregunto intentando no generar un silencio incómodo, aunque realmente nunca los hay. Nunca podría existir incomodidad.

-No, pero no me gusta la habitación de huéspedes. Soy parte de la familia -bromea, ya en su posición-. De hecho creo que tu madre me quiere más que a ti.

-Eso es porque pasas más tiempo en mi casa que ella misma.

Ríe descaradamente y abre por fin los ojos para mirarme. Siento calidez en el pecho y un leve temblor por todo el cuerpo.

-¿Para qué están las amigas si no es para molestar irrumpiendo en su hogar?

-¿Y en su cuarto y en su cama? -digo estirándome para apagar la luz de la mesita de noche.

-Veo que lo sabes muy bien -dice una vez más sonriendo.

Me recuesto quedando a su misma altura y acaricio el brazo que tiene encima de mi vientre, intentando controlar los latidos que se alteraron injustificadamente desde que apareció, cierro los ojos y casi sin darme cuenta hablo una vez más.

-Sí, para eso son las amigas.

Ella parece ya estar dormida. Yo siento en mis palabras un sabor agridulce que me confunde.

La felicidad que me provoca estar junto a ella de esta forma, ser la persona con quien elige compartir la mayor parte de su vida y su confianza no tiene precio. Pero mi sistema reacciona de una forma extraña ante la palabra amigas.

Ha de ser por el tiempo que pasamos juntas, por los jóvenes años y las miles de situaciones que atravesamos, por la admiración que sabe que tengo por ella.

Quizás también por las noches en vela que no paro de pensar en ella, las sonrisas que parecen espejos, la ambición de pasar todo nuestro tiempo juntas y, a veces, hasta los impulsos de desear besarla al verla reír tan inocentemente.

Remolinos de emociones que arrasan cuando ella está instalada en mi mente.

Pero no estoy enamorada.