Impossible|emiliaco|terminada.

3; 15 años

-Estoy muy cansado Emilio- dijo Joaquín mientras cerraba sus ojos.

Se encontraban en una habitación de un hotel acostados, solo con una cobija cubriendo sus cuerpos desnudos.

-Descansa precioso, mañana será un día ajetreado- dijo besando la frente de Joaquín.

-Te voy a extrañar- dijo Joaquín mientras levantaba la vista para ver a Emilio.

-Yo también, quiero que me prometas que no dejarás que Eduardo tenga tu cuerpo, que solo yo podré tenerte- dijo besando las mejillas llenas de lagrimas de Joaquín.

Emilio se iría a Portugal, a un internado.
Según su papá Emilio necesitaba ser responsable, ser un hombre echo y derecho, necesitaba madurar.

Su papá estaba arto de que lo llamaran cada día del colegio para decirle que su hijo no entraba a clases, que no llevaba sus tareas.

-Quisiera ir contigo- dijo Joaquín besando la quijada de Emilio.

-Sabes que mi papá se volvería loco al ver a su pequeño cielo rodeado de chicos pubertos que miran su cuerpecito como si fuera un trozo de carne, tu eres el hijo de papi, su tesoro. También eres mi tesoro- dijo sonriendo.

-No me importa quiero estar contigo- dijo llorando.

-Lo que hacemos está mal, muy mal, pero no puedo evitarlo, me encantas. Esto nos ayudará a despejar nuestras mentes, enfócate en tu relación con Eduardo.

-No, yo no lo amo, yo solo ando con el porque empezaban a sospechar de lo nuestro.

-Lo se, hermoso- dijo Emilio besando a Joaquín.

(...)

-Cuídate mi amor- dijo la mamá de Emilio y Joaquín.

-Si mamá- respondió.

-Espero que con esto aprendas a qué aquí se hace lo que yo diga- dijo su papá mientras abrazaba a Emilio.

-Si señor- respondió mirando a Joaquín.

Joaquín se encontraba sentado con su cabeza apoyada en el hombro de Eduardo, mientras pequeñas lágrimas caían por sus mejillas.

Joaquín se levantó y caminó hacia Emilio.

Sonrió

-Espero que te vaya bien hermano- dijo abrazándolo.

Emilio sonrió le besó la mejilla.

-Te quiero pequeño- respondió.

-Lo prometo- dijo Joaquín -Prometo que solo tú tendrás mi cuerpo.

Emilio sonrió.

-No, olvídate de esa promesa.

-Hijo tu vuelo esta por salir.

Emilio soltó a Joaquín.

-Adios cuñado- dijo Eduardo.

Emilio empezó a caminar y no volteó a ver a su Joaquín.