Rengoku y Shinobu
Una correcta despedidaEl viento traía consigo el agradable perfume de las glicinas, el cielo era despejado y un brillante sol iluminaba aquel triste día.
¿Cuantas veces lo había visto partir? ¿Cuantas veces había deseado abrazarlo y desear suerte sin parecer nerviosa o quizá posesiva? Ya había perdido la cuneta y sin quererlo había dejado de intentarlo.
Quizá debió haberlo hecho ese día, quizá de esa manera, ahora no estaría muriendo un poco más por dentro mientras lloraba en silencio.
Un día antes
– ¿Qué haces sola?-pregunto él, tan energético y vivas como siempre-
–Rengoku.-respondió ella girando el rostro justo a tiempo para mirarlo sentarse a su lado-. Estoy pensando, quería estar sola.
– ¿Es que algo te preocupa?
–Nada en particular, solo… me preguntaba cuanto es que tendremos que esperar para terminar nuestra tarea, aún hay muchos demonios allí afuera y es posible que vayan en aumento, hay cosas que se deben hacer, y pareciera que el tiempo se aferrara a no avanzar más a deprisa–Bueno, en ocasiones es bueno ir despacio.-respondió él con un poco de simplicidad en sus palabras-. Me gustaría decirte algo que pueda ayudarte, pero siendo honesto no puedo comprender con total certeza que es lo que realmente te molesta de esto. Puedes decir que es la preocupación del peligro que corren los humanos, pero algo en tu voz no termina de convencer. Seamos honestos, ¿sí? Kochou, quiero ayudarte.- la mano derecha del rubio se posó sobre la mano de la fémina que mantenía las suyas sobre sus rodillas.
¿Honestos? ¿Acerca de qué? Una noche antes habían dejado bien en claro sus sentimientos aun cuando la fémina no había podido admitir querer o amar al pilar de fuego, solo había bastado una simple mirada para que él entendiera y la abrazara con tal vehemencia que casi los había dejado sin aliento, él no había preguntado más y ella no se había molestado siquiera en intentar pronunciar aquellas pocas palabras.
Así que ¿honestos acerca de qué? Había tantas cosas que Shinobu no había contado, tantas que se negaba a compartir aun con su actual pareja y muchas más que ni siquiera ella se permitía pensar.– ¿Honestos con qué? No hay nada más, no hay otra razón más que esa.-respondió restando importancia a lo que su pareja había intentado hablar con ella.
Rengoku dio un suave suspiro, unos segundos después retiro su mano de la de la fémina.
–Respeto tu privacidad, considero que tú me hablaras de lo que sea que te preocupa realmente con el pasar del tiempo, pero, debes saber que, no importa que sea aquello que te agobia, si está en mis manos hare lo que sea por ti Shinobu. Te amo
“Te amo” parecían tan mágicas esas palabras, no había bastado más que ese simple gesto para que Shinobu sintiera su cuerpo descansar por primera vez en todo el día, sin embargo, ella no pudo responder, ¿Por qué ella no podía pronunciar esas dos palabras? Miedo, era el miedo a perder lo que más amaba por tercera vez, un pequeño hilo de vos se quedó atrapado entre sus labios y la garganta, apenas había articulado el “te”
–Yo… yo te agradezco por tu apoyo, en verdad me siento mejor.
Un suspiro más por parte de Rengoku.
–No hay de que, haría lo que fuera por ti.- finalizo antes de tocar la melena azabache de la chica y despedirse con un corto ademan de su mano.- hoy saldré de misión, solo quise venir a avisar
Shinobu se puso de pie casi tan rápido como él había terminado de dar la noticia.
– ¿Sales de misión?-pregunto repitiendo lo ya dicho por Rengoku
–Ujum, hay un demonio que ataca en un tren, al parecer ya van varias víctimas y los cazadores que hemos enviado no vuelven ni se reportan, así que se ha optado por enviarme a mi
Rengoku mantenía su sonrisa mientras explicaba aquello, ella intento imitarle y sonreír del mismo modo, pero lo que había conseguido era una sonrisa más de melancolía que de emoción. Ella no sentía alegría al verlo partir, muy por el contrario había sentido un rastro de preocupación y miedo en su interior que solo fue en aumento al verlo dar media vuelta y avanzar.
–¡¡Rengoku!!- exclamó-…- las palabras que se esforzaba por pronunciar simplemente no salían de la prisión que habían creado sus labios- sé que si vas tu será seguro que terminaras con la amenaza.
Termino por pronunciar, completamente decepcionada de no poder gritar lo que su corazón anhelaba decir.
Rengoku solo asintió y siguió con su camino.–Te amo… ten cuidado.-susurro para sí misma, solo para sentirse aún más furiosa que de costumbre.
Ojala lo hubiera gritado, ojala lo hubiera dicho con la suficiente fuerza como para que él la escuchara, ojala no hubiera sido tan cobarde.
Ojala aquel día hubiera sido honesta y tenido una correcta despedida.
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Una Correcta Despedida
FanfictionEste One-shot se desarrolla poco despues del arco del tren, lo mejor seria que vayas al día con el manga si has de leer este fic.