PRÓLOGO

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-¡Mamá! ¿Ya vamos a llegar? -comienza a saltar en los asientos del avión.
-Kelvin deja de saltar en los asientos, ya casi aterrizamos.- Dice la madre tranquila.
-Pero mamá, ¿Y si en mi nueva escuela no tengo amigos?-Comenta un poco triste.
-Claro que vas a tener mi querido Kelvin, eres un niño muy bueno y servicial, tendrás muchas amigos. -le brinda un beso en la frente del pequeño.

Así continuaron platicando madre e hijo sobre su nueva vida en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. Ellos son originarios de un pequeño pueblo de él estado de  Chihuahua, pero cuando Verónica, la madre de Kelvin se divorció del padre del menor, decidió irse de ahí para iniciar desde cero con su hijo.

Al bajar del avión, comienzas a caminar por el aeropuerto en busca de la salida. Al encontrar la salida principal toma a Kelvin en los brazos y la pequeña maleta que cargaba con ellos en la otra.

-Bueno Kelvin, bienvenido a Guadalajara, nuestro nuevo hogar.

Comienza a mirar a todos lado asombrado por las pocas cosas, pero nuevas para el que se encontraban fuera del aeropuerto.

-Mamá ¿Me vas a llegar a conocer la cuidad?, por favor mamá di que si.
-Claro que si mi pequeño, pero antes vamos a conocer los que será nuestra casa de ahora en adelante.

Toman un uber a la zona norte de la cuidad, mientras van en el camino, el joven Kelvin va viendo por la ventana asombrado, puesto que la cuidad es algo totalmente nuevo a comparecía de su pueblo natal.

-Mamá ¿Qué es ese gran lugar?
-Ese hijo es el mercado de la ciudad, ahí vas a encontrar de todo.
-¿Y eso mamá? - y comienza a apuntar una gran iglesia, que a diferencia a la del pueblo, esta está gigante.
-Es una de las tantas iglesias de aquí - se persina al pasar por enfrente de ella.
-Mamá, ¿Me enseñas a hacer eso que acabas de hacer?
-¿Qué?, ¿persinarme? - Lo mira con una ceja levantada.
-Si - la mira con cara de súplica.
-Claro mi pequeño.

Toma la pequeña mano de Kelvin para enseñarlo a persinarse,  pasan no más de 10 minutos cuando el joven que venía manejado les dice.

-Disculpe, aquí es.
-Muchas gracias joven, ¿Cuánto le tengo que dar?
-Son $78 pesos
Comienza a buscar en su cartera y saca un billete de $100
-Quédate con el resto.
-Muchas gracias y bienvenidos a la cuidad.
-Gracias.

El taxi se va y los deja afuera de una casa de dos pisos color azul cielo y con una linda puerta amarilla, un amplio patio y un árbol de cerezos muy bonito.
Caminan a la entrada principal la puerta se habré dejando ver a un señor de unos 56 años con el pelo casi totalmente blanco y muy pocas arrugas.

-Buenas tardes, imagino que usted es la joven Verónica y su hijo Kelvin
-Así es señor Martínez, es un gusto.

-El gusto es mío, pasen, les enseñaré la casa.

-Se lo agradecería.

El señor Martínez le enseno la casa que contaba con tres cuartos y cuatro baños, una cocina y dos salas, un gran patio delantero y otro trasera en el cual se encontraba un pequeño kiosco.

-Bueno esto es todo señorita,las llaves - le da un par de llaves - y si surge algún problema, llamé a este numero - le da una tarjeta con un número telefónico.

-Muchas gracias señor Martínez,  y no se preocupe, estoy segura que todo estará bien.

El señor Martínez se retira y deja solos a Kelvin y su madre para disfrutar de su nueva casa, la madre prefirió comprar la casa amueblada para ahorrarse una mudanza y la tediosa tarea de desempacar y acomodar todo.

-mamá,voy a salir al patio - grita Kelvin desde la puerta que da al patio.

-Claro hijo - se recuesta en un sofá individual con una gran sonrisa, ella sabe que les ira bien.

En el patio.

Kelvin se encontraba acostado en el césped viendo las nubes y encontrado formas, imaginaba que eran un dragón, un dinosaurio, una nave espacial y así estaba echando a volar su imaginación, o lo hacía asta que un balón lo golpeó en la cabeza.

-¡Auch! - Se quejó - ¿Quien tiro eso? - comienza a voltear a todos lados asta que ve a un niño en la cerca de alado - Hola - lo saluda alegremente y se acerca a él.

-Hola - contesta el otro niño dando una gran sonrisa.

-¿Esté balón es tuyo? - Kelvin lo mira con una ceja levantada.

-Si - se soba la nuca - ¿me lo puedes devolver por favor?

-Si, pero con una condición. -Sonríe alegremente, aunque para el niño podría parecer algo macabra.

-¿Cuál? - Pregunta el niño algo temeroso.

-Que juegues conmigo. -Le da el balón.

-Claro, soy Francisco. - Toma el balón y lo agarra con un brazo y le da la mano con la otra.

-Mucho justo Francisco, yo soy Kelvin. -Le toma la mano en forma de saludo.

Después de esto, los niños comienzan a jugar alegremente a pasarse la pelota de un patio a otro, y desde entonces nació algo, algo demasiado fuerte, una verdadera amistad.

-Kelvin, ven a cenar. - le llamó su madre.

-Voy mamá - le grita Kelvin -Francisco, me tengo que ir, nos vemos luego - se despide con un movimiento de mano y desaparece dentro de la casa azul.

-Que chico tan extraño -  comenta Francisco - Pero me agrada.

Francisco da la vuelta y entra a su casa.

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Hola a todos,esta es una nueva historia que espero sea de su agrado.
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Ark Valenza †

La foto de arriba es solamente por que me ha gustado.

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