In love for a day〔JiCheol〕

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❝ Tal vez si estos sentimientos permanecen igual, estaré contigo nuevamente... ❞

El otoño finalmente estaba llegando, los árboles comenzaban a tomar aquél tono café cálido que venía cada año en los últimos meses, una de las estaciones favoritas de Jihoon. El clima no era completamente frío, pero era lo suficiente para poder disfrutar de un rico chocolate caliente sin temor a que sus intestinos se derritieran a comparación del caluroso verano.

Despertar temprano nunca fue una de sus mejores cualidades y aquello le provocaba una gran molestia cada día, pero debía aprender a vivir con ello. Su trabajo como freelancer le daba ciertos beneficios, por ejemplo: no tener un horario fijo de trabajo. Sin embargo, prefería utilizar un horario para nunca fallar con ninguna entrega en cada proyecto que decidía tomar y evitar cualquier problema legal por ello.

Era viernes y Jihoon se encontraba luchando en su cama contra las mordidas y lenguetazos de su mascota, un pequeño Westie que había decidido robarle a cierto vecino que nunca parecía haberle preocupado el pequeño animal.

—Ya voy, ya voy. Estoy despierto. — Murmuró aún con sueño, pero sabía que el pequeño cachorro no descansaría hasta verle de pie. Con pereza rodó por la cama hasta terminar aplastando con cuidado al pequeño animal. —¿Qué se siente ser sometido, ah? — Cuestionó antes de ponerse de pie y reír un poco por el comportamiento infantil que solía demostrar con su mascota.

Entre suaves empujones a causar del cachorro que le seguía, llegó hasta la cocina y buscó en la alacena las croquetas de su mascota para después dirigirse hasta su recipiente y servirle un poco

—¿Sabes? Para ser un perro enano, eres demasiado exigente.— Le señaló de forma acusatoria mientras el cachorro había decidido ignorarle y concentrarse en su almuerzo. —¿No me vas a dar las gracias? Me mordiste y ahora me ignoras ¿no se supone que eres el mejor amigo del hombre?— Continuó con sus quejas por unos segundos más, pero decidió rendirse ante el movimiento tan feliz de la cola de su compañero peludo, negó suavemente con una sonrisa en sus labios y optó por comer un rápido y delicioso cereal recién salido de la alacena.

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—Seungcheol ¿de casualidad no quieres trabajar aquí?— Un joven rubio le cuestionó mientras cruzaba sus brazos por sobre su pecho.

—¿Qué? No ¿por qué lo preguntas?— El pelinegro cuestionó sin entender del todo aquella pregunta y sin percibir el sarcasmo que el menor había utilizado en sus palabras.

—Porque son las nueve de la mañana y abrimos dentro de una hora. Y llevas un mes así, a este paso, te daré las llaves y vendrás a limpiar todos los días, hyung.— Mencionó al tomar asiento frente al contrario.
—Ja, ja. Muy gracioso, Hansol.— Rodó sus ojos al observar la sonrisa burlona que se formaba en los labios de su mejor amigo. —Últimamente no he tenido inspiración para nada y la he estado buscando aquí.—

—Gracias, Seungkwan siempre se ríe de mis chistes.— Sonrió ampliamente por su propio comentario y sólo para molestar a su mayor. —Buscas a tu musa, ya veo. Pero ¿podrías al menos consumir algo? Es extraño que sólo vengas a sentarte y nunca pidas nada, quizás necesitas comida para poder tener inspiración.—

—Is ixtriñi qui sili vingis i sintirti.— De manera infantil imitó al menor frente a él y el contrario sólo de dedicó fruncir el ceño.

—Por ser tú, todo te costará el doble.— Le señaló para después ponerse de pie y terminar de limpiar las mesas restantes de la cafetería.

—¡Pero soy tu mejor amigo!— Sólo atinó a alzar su voz, puesto que el menor ya se encontraba saliendo por la puerta para acomodar las sillas y mesas en la parte de afuera del local.

—¡Precisamente por eso te costará doble todo!— El menor de alejó de Seungcheol con una sonrisa triunfante en sus labios y sólo agitó su mano al encontrarse afuera.

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