Autumn Recette [Tsukasa Eishi x Oc]

I

La cocina gourmet. Esta, en la actualidad, ha conseguido cada vez mayor importancia en la vida de las personas. Dentro de esta, se encuentran pilares fundamentales, las cuales realzan su elegancia en el mundo. La comida india, china y francesa. Sin embargo, cada una posee su propia esencia y fortaleza. Se dice que la vida de una persona no es suficiente para poder dominar un tipo de cocina. Sin embargo, existen diferentes institutos educativos los cuales permiten a sus estudiantes alcanzar su propia cocina.

Tootsuki, esta es la academia culinaria más prestigiosa de Japón, hasta el punto de haber conseguido una fama mundial. Se dice que tan solo el 1% de estudiantes por año se llegan a graduar y que el otro 99% son simples peones destinados a refinar las habilidades de ese 1%.

Este año es uno de los más importantes. Mi nombre es Suzuki Kazumi y me encuentro cursando mi último año de secundaria en Tootsuki. Se dice que el examen de transición de secundaria a preparatoria es uno de los más difíciles. Mi aspiración no es llegar a lo más alto de Tootsuki como la mayoría de personas de mi año, lo único que deseo es poder considerarme realmente una Suzuki. Mi familia es una de las más reconocidas en el mundo occidental, al ser una de las pocas familias que tienen en sus manos restaurantes con 3 estrellas Michelin. Mi familia nunca ha reconocido mi cocina, nunca me ha reconocido como una verdadera Suzuki, pero eso va a cambiar.

– ¡Aspiren a convertirse en uno de los del pequeño puñado que se volverán profesionales! – Esas fueron las últimas palabras pronunciadas por el director de la escuela tras la ceremonia de apertura.

Me dirigía a mi primera clase, sería con el profesor de cocina francesa, Roland Chapelle. Se dice que él nunca sonríe. No considero que mi comida pueda hacerlo sonreír, pero al menos estoy segura de que lograré una buena calificación. Me encontraba esperando a que llegara el profesor cuando, de repente, una rubia de ojos morados brillantes y cuerpo escultural se presentó en el salón, acompañada de una chica de pelo morado.

– ¡Wow!, Erina-sama se ve increíble hoy –

– Lo que daría por invitarla a salir, al menos puedo morir en paz al saber que compartiré una clase con ella –

– Que envidia me da... – Esa clase de comentarios se escuchaban por todo el salón.

Al parecer compartiría clase con Nakiri Erina de nuevo, la mejor de nuestro año y la nieta del director, a diferencia de los demás, su presencia no era de mi interés. Si no lo han notado, no soy de las personas que destacan mucho o que hablan mucho, en realidad en la mayoría de casos me cuesta abrirme a las personas. Considero que mi cocina es suficiente para transmitir mis sentimientos: para mí no son necesarias las palabras. Al término de la clase, me dirigía a mi habitación. Vivía en el dormitorio más grande de la academia, cerca de 250 estudiantes vivían ahí. Cuando de repente sentí que alguien tocaba mi hombro.

– D-Disculpa Suzuki-san... ¿podemos hablar? – Era un chico de cabello marrón, y ojos azules, si mal no recuerdo su apellido era Yamada.

– Si, por supuesto Yamada-san, ¿Qué deseas? – Respondí calmadamente.

– B-Bueno quería saber si... ¿Te gustaría salir conmigo? – Dijo mientras se sonrojaba y desviaba la mirada.

– Lo siento, pero no estoy interesada – Mencione de manera indiferente mientras daba media vuelta y continuaba con mi camino.

De verdad que le sucedía a los chicos de ahora, creo que el hecho de haber llegado a nuestro último año de secundaria hizo que sus hormonas incrementaran porque ese era el 5to chico esta semana que se me confesaba. Si bien no soy fea, pero tampoco es para tanto. Además, ninguno de esos chicos me llamaba la atención, ya que cada uno de ellos tenía algo en común. Era la primera vez que me hablaban, por lo que sé que si querían salir conmigo no era por mi personalidad, si no por mi apariencia y, en algunos casos, por el nombre de mi familia. Bueno, si ellos conocieran mi personalidad, lo más seguro es que se aburrirían.