5.- Soledad

1 0 0
                                    

La mente humana actúa de maneras muy misteriosas y difíciles de comprender, actúa peor cuando el estado mental del sujeto es malo, en resumen, cuando el sujeto tiene depresión.

Siempre he tenido la tendencia a sentirme realmente solo, aunque esté rodeado de gente, o de que poco a poco me voy quedando solo, sin quien hablar, sin quien escuchar, sin alguien que simplemente este ahí, es un problema algo grave, pues siempre tiendo a creer que eso pasa por culpa mía, que soy yo el causante de mi propio sentimiento de soledad, aunque en realidad no sea así, pero bueno, que se le puede hacer a la depresión si no se sabe como tratarla, he ido ya con varios psicólogos, ninguno ha sido de mucha ayuda, sólo una chica, bueno, una que si es psicóloga, pues estudió eso, esta chica llevaba poco tiempo de haberse graduado de la licenciatura, no había logrado ser la mejor de su clase, pero tenía algo que todos necesitamos DETERMINACIÓN , la chica se veía con algo de miedo y falta de experiencia, sin embargo confíe en ella, pues todas las personas merecen algo de confianza, si no tienen confianza tienden a perder seguridad, determinación, felicidad... Bien, mi confianza en ella fue ciega, no sabía nada de ella y técnicamente llegué a ella un día bastante gris en mi vida, no había dormido en días, no había comido en todo el día, y lo único que había consumido eran varias latas de refresco, cerveza y cigarrillos, a muy temprana hora de la mañana decidí salir a caminar, con nada más que mi cartera, audífonos, celular y un encendedor, decidí intentar perderme en la ciudad, cosa que me es casi imposible, caminé mucho tiempo hasta llegar a un pequeño parque donde tomé una pequeña siesta, después de eso seguí mi camino, compré refresco, cerveza, cigarros, y seguí caminando, llegué a un centro comercial, ahí me quedé sentado en una banca viendo la gente pasar, por más o menos una hora, me levanté y seguí mi caminar, pude tomar varios caminos que sabía perfectamente a dónde me llevarían, pero había uno que nunca había tomado, nunca hasta ese día, comencé a caminar, a dar vueltas sin sentido, y llegué a una calle un tanto vacía, no había autos, había árboles, pequeños pero había, ahí ví a esta chica, recargada en un árbol fumando, se veía algo estresada, me quedé parado en la acera de enfrente, esperando a que hiciese algo, suena algo perturbador, pero no tenía nada más que hacer y no había visto a nadie en más de media hora, terminó su cigarro y entró a una pequeña casa, durante el tiempo que estuve observándola fumar no me percaté de que había un pequeño letrero, bastante sencillo, que anunciaba una psicóloga, fue hasta que ella entró que decidí cruzar la calle y tocar a la puerta, antes de tocar me quede fuera unos 5 minutos, viendo a la puerta sin saber realmente si tocar o no, decidí hacerlo, al instante la chica abrió y me atendió amablemente 

-Se puede ?
•Claro, adelante

Por fuera parecía una casa pequeña, pero una vez entrando había un gran jardín, un pequeño cuarto (supongo que donde se guardan las cosas para cuidar el jardín" y lo que simulaba ser una cabaña, en medio del jardín había un par de sillas y una mesa redonda, todo esto hecho de una linda forja metálica.

•Prefieres aquí afuera o dentro ?
-Se puede fumar dentro ?
•Me gustaría, pero no
-Pues será aquí fuera

La chica comentó con las típicas preguntas que hace un psicólogo, pero evitó preguntar 2 cosas, nombre y edad, sin embargo no hizo ninguna otra pregunta en el tiempo que estuve ahí, charlamos un buen rato,el tiempo se pasó volando y cuando menos lo notamos ya había oscurecido.

-Fue un gusto encontrarte, tienes una determinación enorme en los ojos, llegarás lejos
•... Gracias...
-Puedo volver algún día ?
•Cuando gustes o sientas que es necesario,aquí estoy para lo que necesites
-Gracias...

Salí del lugar, y seguí con mi rumbo hacia ninguna parte, nadie se había percatado de mi ausencia, en la escuela nadie lo había notado, en casa lo mismo, en el trabajo no tenía turno así que no hubo inconveniente, me quedaban unos 4 cigarrillos y más o menos 40 minutos de caminata para regresar a mi casa, me puse los audífonos y empecé a caminar, llegando a casa nadie notó que había llegado, solo saludaron y se fueron a dormir, intenté hacer lo mismo, me eché en la cama e intenté dormir, no lo lograba, salí a fumar, puse música, tomé varios medicamentos, nada funcionaba, me quedé sentado en una hamaca viendo la lluvia y escuchando música, cuando menos me dí cuenta ya estaba amaneciendo, otro día más sin dormir, con este fueron 4 al hilo sin poder dormir, no sé cómo sigo soportando tanto sin poder dormir.

Al día siguiente tomé mi mochila, una libreta, un lapicero, celular, audífonos y cartera, fui por un café y me dispuse a perderme otra vez, transcurrió el día, cayó la noche, nuevamente nadie había notado mi ausencia, algo en mi interior se estaba muriendo, mejor dicho, algo en mi interior había muerto, repetí mi rutina varias veces, cambiaba la ruta por dónde caminaba, pasaba varias veces en el día a dónde solía ver a Kat, pero no la ví ni una sola vez, estuve así 15 días, 15 días de desvelo, de mal comer, 15 días de soledad, 15 días donde la idea del suicidio no salía de mi cabeza, 15 días donde solo quería una cosa, MORIR.

15 DÍAS DE COMPLETA SOLEDAD.

No Me Dejes Morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora