Entraba la catrina a la secundaria
para continuar su formación,
ansiosa de que estudiaría
y algún día tener una profesión.
Español y matemáticas
fueron sus primeras materias,
un tanto problemáticas
aunque trataban cosas más o menos serias.
Apenas había entendido los quebrados
cuando su maestra pidió un permiso,
quería llevar flores a sus finados
dejando así todo compromiso.
En la materia de español redactó dos cuartillas
con prosa clara y buena ortografía,
pero su docente andaba de hurtadillas
solicitando días libres, bajo cierta economía.
Quiso adentrarse en la historia
cuando le dijeron que eso ya pasó,
y aunque sabía muchas fechas de memoria
de tanto retenerlas, ella se cansó.
Y mientras la huesuda era estudiante
sus labores de catrina estaba descuidando,
olvidó visitar a José José el cantante
que desde hace tiempo se le estaba escapando.
Los prefectos nunca la obligaban
entrar puntual a clase,
ya que siempre le rogaban
por horas muertas y sin clase.
Algunos alumnos la buleaban
por ser una dientona,
lo que ellos no esperaban
es que era amiga de la llorona.
Un día se comió una torta
que compró en la cooperativa,
y aunque aparentemente nada le importa
supo en el baño lo que es una pesadilla.
La huesuda vio muchas fallas,
en su escuela secundaria
y antes de darles las gracias
mandó a varios a la funeraria.
Empezó con el director
cabeza de la institución
y terminó con Juanito el velador
cuya labor... era únicamente una tradición.
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La catrina estudiante
HumorLuchando por mantener a flote la tradición mexicana sobre las calaveritas, se le presenta al lector una de ellas, esperando que sea de su agrado.