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Kim Hongjoong iba en camino a su primer día en la universidad. Había elegido estudiar la carrera de Diseño de Modas, pues desde hace un tiempo le interesaba bastante confeccionar ropa, accesorios, zapatos y todo a lo que pudiera hacerle una modificación a su estilo.

En vez de solo modificar cosas, ahora quería aprender a hacerlas desde cero, le emocionaba bastante la idea e iba más que listo para aprender. Él era un estudiante ejemplar el cual todos en su clase de preparatoria, creían que terminaría estudiando medicina, derecho o algo por el estilo, pero Hongjoong tenía una enorme pasión por el arte en general. 

Había estado caminando un rato hacia la estación del bus, esperando por el que lo llevaría a un lugar bastante cercano a su universidad. 

Cuando el bus llegó, el peliazul se apuró a subir, casi no notaba que este había llegado porque llevaba sus audífonos puestos y estos lo aislaban de todo. Pasó su tarjeta del bus y se sentó cerca de la ventana. Abrió su mochila en busca de un jugo que había preparado más temprano y se dio cuenta que no lo llevaba consigo, seguro lo había olvidado en la cocina.
Soltó un suspiro y cerró su mochila, pronto llegaría a su destino y pensó que la mejor opción era comprar algo en alguna tienda camino a la universidad. Puesto que esta era una institución de prestigio y en su mayoría asistía gente un tanto adinerada, había escuchado por ahí que la comida en la cafetería era más costosa de lo normal. Hongjoong había obtenido una beca por sus excelentes calificaciones así que no tenía que preocuparse por otros costos escolares más que esto.

Bajó del bus al estar un tanto cerca de la universidad y se dirigió a la tienda de conveniencia más cercana. 

 

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Tomó un jugo al igual que un pequeño sandwich para comer mientras llegaba, faltaba un pequeño tramo que recorrer para llegar a su universidad.

Se dirigió a la caja para pagar y notó que el cajero se encontraba muy distraído.

—¿Disculpe?— Dijo el peliazul, tratando de llamar la atención del cajero, quién estaba sentado y recargando su cabeza en el estante de los cigarrillos detrás de él. Tenía los ojos cerrados y sus labios se movían tarareando en silencio con sus audífonos puestos. Si no estuviera haciendo esto, cualquiera pensaría que el chico se encontraba dormido.

—¡¿Hola?!— Pronunció más fuerte. Le quedaban menos de 10 minutos para entrar a clases y el cajero no notaba su presencia.

Hongjoong se acercó detrás del mostrador algo molesto y sin temor alguno, retiró uno de los audífonos del oído de aquel pelirrojo cajero.

El chico se asustó y sus pequeños ojos se abrieron de la sorpresa, mirando a quién se encontraba de pie a su lado, haciendo una reverencia de inmediato, disculpándose.

—Perdón que tuve que asustarlo, pero estoy apurado y necesito que me cobre...de esta forma incluso podrían estar robándose cosas y no se está dado cuenta.—  Dijo Hongjoong.

—No no, yo soy el que debe disculparse. Está bien, supongo que tiene prisa y es comprensible lo que hizo—. Respondió el pelirrojo, levantándose para poder cobrarle mientras Hong volvía del otro lado del mostrador y así pagar.

Hongjoong había notado que mientras le cobraba, a un lado de la caja registradora había un montón de libros y hojas con apuntes llenos de garabatos. A simple vista se notaba que todo esto era para el examen de ingreso a la universidad. 

¿Acaso este chico tan alto era menor que él? Todos entraban a clases entre esos días, no podía ser que aún hubiera universidades realizando exámenes de ingreso. Lo más lógico sería que no alcanzó a entrar en este año.

Buscó rápidamente con la mirada entre las hojas y efectivamente, este chico era un año menor que él, no podía creerlo. Este chico se llamaba Song Mingi y cursaba el último año de preparatoria. Las únicas palabras que le había dicho habían sido de manera formal, ahora entendía porque le había respondido de la misma manera.

Ahora podía notar cansancio en su rostro y se sentía totalmente identificado, es un estrés enorme cuando en la preparatoria comienzan a prepararlos para los exámenes de ingreso, se imaginaba que el chico estaba descansando de todo esto hace un momento.

—Espera...—Hongjoong cambió su tono de voz y fue corriendo a buscar algo los refrigeradores antes de que le terminara de cobrar. Tomó un jugo de más y pagó.  —Esto es para ti...¡ánimo!—

—¿Para mí?— Preguntó Mingi sorprendido

—Sí...veo que te preparas para los exámenes...recuerda dormir lo suficiente y alimentarte bien. Nos vemos.

El más bajito tomó las cosas y salió del lugar, no sin antes sonreirle al chico de cabellera roja, quién lo observó alejarse de la tienda. Pudo notar en él un peculiar corte de cabello al igual que su  forma de vestir. 

Sin duda, era alguien bastante único.

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¡Holaaaa! uwu

Esta es mi primera historia en esta cuenta y me emociona muchísimo, que mejor que empezar con mi otp que es el MinJoong. 

¿Es algo corto? no lo sé...pero espero que les guste y prometo mejorar con el paso de los capítulos, ¡también procuraré actualizar lo más seguido posible!


Adiós bebus.



❝rutina❠ ⚊ minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora