Cap 2

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Me encontraba sentado sin hacer mucho más que observar a Beom, sus manos estaban unidas y entrelazaba sus dedos uno a uno como si en cualquier momento el agarre se pudiese romper. Se notaba que realmente estaba deseoso de que llegasen los demás chicos, y yo sinceramente también lo estaba. Habíamos estado hablando un poco de nuestras cosas y bromeando sobre las situaciones que acabábamos de vivir hasta que llegó el momento en el que los chicos deberían haber llegado. Quizás se habrían retrasado por culpa de la tormenta, pero de todas formas no creíamos que fueran a tardar tanto. En ese momento hicimos un silencio, y no porqué no tuviéramos de cosas de las que hablar, ya que yo y el bobo de mi amigo, siempre teníamos algo que decir o comentar; sino por el mero hecho de por si tocaban la puerta y no la escuchábamos. A pesar de que no lo habíamos comentado, ambos nos habíamos callado por el mismo motivo, es como si de conocernos tanto ni siquiera necesitásemos hablar. En aquel momento en el que estaba más sumergido en mis pensamientos fue cuando el ruido del timbre destruyó por completo mi diálogo interno y también cuando Beom se levantó de un salto del sofá y salió corriendo hacia la puerta con mucha energía recordándome a un niño pequeño muy ilusionado. Solté una pequeña risa mientras le miraba corretear por el pasillo y abrir sin ni siquiera mirar quiénes eran los que acababan de timbrar. Lo primero que hizo Beom fue abrazar al primer chico que se encontraba delante de la puerta que resultó ser Tae, luego, se calmó y mientras los regañaba abrazó al resto. Pensándolo bien, yo era el único que se había quedado sin abrazo.

-Habéis llegado tarde, espero que tengáis una buena excusa si no queréis sentir la ira de mi puño. – Beom hablaba como un niño pequeño y se le notaba que era causa de estar ilusionado.

-Como llovía tanto, había atasco y el bus se retrasó. – Respondió Soobin al chico que estaba reprochando, mientras Tae y Kai entraban en la casa como si eso no tuviera que ver con ellos. De cualquier manera, la explicación fue aceptada por Beom, quién con una pequeña sonrisa cerró la puerta. Entonces todos nos reunimos en la sala donde me saludaron con un cordial abrazo.

-Wow, no me puedo creer que esté en tu casa. – Kai hablaba sorprendido mientras miraba a todos los rincones apreciando la casa. Aunque era una casa no muy grande si era muy bonita. El salón en el que estaban contaba con una televisión bastante grande que colgaba de una pared, una cristalera muy bonita que daba vistas a un bosque y a la carretera con sus respectivas cortinas, un sofá negro que era realmente cómodo y por último unas macetas de flores y plantas de cientos de colores que le daban sencillamente un toque personalizado y elegante a la casa.

Tae, que hasta ese entonces no había hablado comenzó a pronunciar una frase que pareció ser del agrado de todos menos de un chico que tiempo atrás se acababa de mojar.

- ¿Y por qué no contamos alguna historia de miedo como hacíamos de más pequeños en Halloween? Seguro es una buena idea. Vienen a mi mente tantos recuerdos de aquel día lluvioso jaja, Beom escondido debajo de la manta y Yeon intentado que este se tranquilizase. Los dulces y el pastel de calabaza. ¡Seguro está guay!

-Eh, es una malísima idea. Contar historias de terror es para niños pequeños. Además, nos divertiremos más si jugamos a verdad y reto.

-Oh vamos Beom, seguro está bien recordar esos momentos tan lindos. – intentaba convencerle.

-Mmmm bueno... está bien. Supongo que cada uno contará una historia ¿no? –

-Si, al igual que en Halloween, bien. ¿Quién empieza? –

Soobin alzó la mano muy animado, parecía como si estuviera esperando este momento toda su vida. Así que supuse de antemano que ya tendría la historia preparada. Apagó las luces y bajo las persianas, el ruido de la lluvia y del viento daba un ambiente perfecto, y unido a la oscuridad se hacía sombrío. Entonces, comenzó a contar su historia:

Destino | YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora