SINOPSIS

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Seis años después.


Narración de Amber.

- ¿Laila, podrías ayudarme a peinar a Coraline?
- Pero Amber, ella no deja que yo la peine dice que la jalo mucho.

Me acerque a Laila la cuál no podía hacer el nudo de su corbata y mientras le ayudaba entraron las niñas.

- ¡Mami, mami!
- Niñas ¿Qué les he dicho de entrar a nuestra habitación?
- Que tenemos que tocar la puerta antes de entrar.
- Muy bien, ahora Caroline, tú irás con mamá Laila y Rousee tu vendrás conmigo.
- Mami pero...
- ¿Pero que Caroline?
- Es que mami Laila me hala mucho mi cabello.

Volteé a ver a Laila y ella entendió rápido, se arrodilló frente a Caroline.

- Bebé, mami lo siente, no es mi intensión sólo que aún no me acostumbro a peinarte pero prometo mejorar.
Caroline abrazo a Laila- está bien mami.
- Muy bien.

Tiempo después.

- ¡Niñas está listo el desayuno!
Las niñas bajaron y desayunaron.

- Mamis ¿No iremos hoy al colegio?
- Claro que si ¿Por qué la pregunta Rousee?
- Es que escuche a mami Laila hablando por teléfono y dijo que iríamos después a su casa ¿A la casa de quién mamá?
- Seguro escuchaste mal mi cielo, ahora termina tu desayuno y suban al auto.

Me levanté de la mesa y desde la cocina llame a Laila con la mano.

- Laila, ¿Que fue eso? -me cruce de brazos y me recargue en la pared-.
- No pienses mal Amber, es que -no sabía cómo decirlo y comencé a ponerme algo nerviosa- es que.
- Es que, que, Laila.
- Es que, me marco Irina.

Me sorprendió un poco ya que hacía mucho que nos habíamos ido de casa y desde que pasó todo. La verdad no recordaba muy bien la última vez que la vi o que nos sentamos a comer como una familia pero si recordaba la primera vez que lo hicimos. De pronto los recuerdos de mi infancia comenzaron a bombardear mi mente uno tras otro y sin poder hacer nada comencé a llorar.

- No llores mi amor -la abrace-.
- Es que ya pasó mucho tiempo desde la última vez Laila.
- Aún no es tarde, podemos ir y talvez todo sea mejor, además las niñas siempre preguntan por sus abuelos y creo que ya es tiempo de que los conozcan y sepan la verdad, después de todo ya no son tan pequeñas.
- Está bien pero primero llevemos a las niñas al colegio.
- Pueden faltar a clases.
- Laila.
- Ya sabes el viejo dicho "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy".

Salimos de la cocina y Laila les dió la noticia a las niñas, las cuales se pusieron más que felices y subieron a cambiarse.

Bueno, les contaría el resto pero sólo me queda decirles que tanto mis hijas como mi esposa y familia, ahora somos muy felices y ¿Quien dice que no se puede dar una segunda oportunidad?

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