S͎O͎B͎R͎E͎V͎I͎V͎I͎E͎N͎D͎O͎

CAPÍTULO I

Estaba consciente del día en el que estaba, 19 de diciembre del 2015, había llegado la fecha que tanto esperé y a la vez, soñaba con volver el tiempo atrás. Era el día de mi fiesta de egresada, donde todo iba a cambiar, iba a salir de la preparatoria para ingresar a la universidad, pero sin ir más lejos, quería estar con la mente en ese momento, en esa fiesta que estaba llegando con los nervios que tenía acumulados. Mi familia iba llegando, primos, tíos, hermanos...todos iban a estar ahí, acompañándome en una noche tan especial como esta. Pero además de pensar en ellos y morirme de felicidad, pensaba en él...pensaba en Tomas, ese chico que me volvió loca una noche de boliche, de quien estaba profundamente enamorada, pero todavía, no habíamos hablado sobre lo que éramos. 

Tomas, un chico de 19 años, de quien me enamoré perdidamente. La primera vez que lo vi, fue en la fiesta que organizamos con mi curso para empezar el año, él es el hermanastro de un compañero mío, pero en ese tiempo, no nos conocíamos. Es alto, cabello castaño, una sonrisa encantadora, una voz que enamora y una persona tan buena, que se merece todo lo bueno del mundo. Tomas y yo, nos conocimos a mitad de año, en una noche de boliche mediante Luz,mi mejor amiga que también es su amiga. Tomas le pidió que me presentara, Luz accedió y yo, en ese momento, no podía creer lo que estaba pasando, no caía en cuenta de que un chico que siempre me pareció lindo e interesante, preguntara por mí. 

Nunca fui de las chicas seguras de sí misma, siempre desconfiaba de todo y de todos, especialmente de chicos, por el miedo de ser parte de apuestas o juegos entre varones. Tampoco, soy de las chicas que están en pareja, que les va bien en el amor, ni que enamora a todos los chicos que cruzara...simplemente soy yo, una chica normal, romántica, agradable, "macanuda" y gentil. Solo soy yo, Amanda, alguien que siempre está acompañando a quienes más quiere, ayudando en lo que puede, siendo buena hasta con quien no lo merece, pero me nace ser así, no lo puedo cambiar. 

Tomas es como mi novio, pero sin serlo. Somos dos personas que se quieren, pero temen hacer esa pregunta tan complicada, "¿qué somos?"  porque podría romper todo eso que construimos durante estos meses. Somos algo, pero sin título, creo que es mejor mantenerlo así...aunque sea por un tiempo más.  Pero, él lo es todo. Con él puedo ser quien realmente soy, puedo hacer el rídiculo y no me importa, porque él me quiere como soy, ya conoce mis actitudes, reacciones y demás, somo esa pareja rara pero tierna, simpática y agradable. Él es todo lo que está bien en mi vida, es mi compañero, mi segunda mitad, mi complemento...simplemente, es todo en mi vida.

Las horas pasaban y yo me colmaba de nervios a medida que iban pasando los segundos, quiero que todo salga más que perfecto, quiero que sea la noche soñada, donde nada pueda romper con mis expectativas. Hoy, me prometo disfrutar hasta el último segundo de la fiesta, con amigos, familia y con Tomas. 

08:00 PM- Era hora de empezar a vestirme, maquillarme, peinarme y ponerme hermosa, ya que debería estar a las 9:30 pm en el salón para la presentación, que está establecida a las 10 pm. Todo estaba tan organizado por Angélica, que si se rompe algo del cronograma, entraría en crisis. 

09:00 PM- Ya estoy vestida, maquillada y lista para la fiesta. Nunca fui ni tampoco soy de las minas que se arreglan mucho. De maquillarme siempre fui de lo más básica, nunca tan "revocada" porque no tengo paciencia ni muchas ganas. Felipe vino para ir juntos, no quería llegar solo y por mí, no hay problema de que vaya conmigo o con alguno de mis familiares. 

09:20 PM- Ya nos estábamos dirigiendo al salón de la fiesta, yo sentada adelante cual princesa de cuento, con mis zapatos en la mano y con alguna que otra lágrima en los ojos, estoy cayendo en que el final, está cerca. Estaba empezando mi fiesta tan esperada y todavía me costaba creerlo.