El tiro desesperado.

sueños

Sueños, desde pequeña siempre he tenido cientos de ellos, aunque actualmente no solía llamarlos sueños, sino metas.
¿Qué por que metas?, ni yo misma lo tengo claro.
Supongo que en aquella  temprana época de mi vida pensaba que podría cumplirlos.
Recuerdo que una mañana salte de la cama tras haber pasado toda la noche escribiendo mi primer cuento La Continuación de la Cenicienta la llamaba yo, tenia diez años, y la noche anterior había visto por primera vez La Cenicienta con mi hermana.
Baje las escaleras a toda prisa haciendo que los pequeños topitos de mis calcetines chocaran entre si.
Al final de la escalera visualice a mi abuelo, y no me lo pensé dos veces cuando ya me había abalanzado sobre el y comencé a leerle mi primera creación.
El, junto con un brillo especial en su mirada, me mostro su cálida sonrisa y me pregunto si había sentido ese sentimiento especial mientras plasmaba mis fantasías en la antigua libreta.
Sin saber de que sentimiento me hablaba negué muy lentamente con mi diminuta cabeza.
El asintió y delicadamente me subió a su regazo y me dijo las palabras exactas, las que nunca olvidaría por mucho tiempo que pasara.
Me dijo que nunca me rindiera a pesar de los obstáculos, que si veía algo gris me acercara sin temor y le dejara la luz mas especial, que agarrara mis temperas de colores mas alegres y comenzara a darle color a mis sueños, y lo mas importante para el, que le mostrara mi primer logro, mis primeros pasos, mis primeras pinceladas, mis sueños mas coloridos y que le mostrara las palabras que plasmara con el corazón.
Desde ese entonces aquello se convirtió en mi mayor meta, mi mayor meta que poco a poco se fue convirtiendo en un sueño.
Guarde los pinceles con los que probé mis primeras pinceladas, retrocedí los pasos que adelante, escondí mis palabras en un rincón de mi interior antes de poder plasmarlas y tampoco conseguí ningún logro.
Ahora entiendo el porque es un sueño y no una meta, los sueños algunas veces se cumplen y otras veces no, en cambio las metas hay que pelearlas para lograrlas.
Llegados a este punto, no tenia nada mas que perder, y no sabría decir si las conseguiría logar o no.
Pero desde luego, iba a pelearlas como nunca antes lo había hecho.