El interior era bastante simple. Una mesa de madera en el centro fue lo primero que vi. Estaba rodeada de cuatro sillas que parecían estar hechas del mismo material. A un lado había una pequeña concisa que me recordaba a una estufa. Grandes estanterías decoraban el resto de aquella estancia. Al fondo dos puertas me llamaron mucho la atención, podían esconder cosas inimaginables.
-¡Leaa! ¡Ya estoy aquí! - gritó la chica- espérame aquí un segundo, puedes sentarte si quieres.
Asentí. No me sentía muy segura allí adentro, pero era mejor que estar fuera.
Se acercó a una de las puertas del fondo y la abrió un poco. Parecía que le estaba hablando a alguien, pero no podía oír lo que decía. Después de un minuto cerró la puerta y se dirigió a mi.
-Ahora que lo pienso, no me he presentado. Soy Reem - Me dijo con una sonrisa.
-Yo soy... - antes de que pudiera seguir una mujer me interrumpió.
-Que bien que estés aquí... de nuevo... - Me dijo.
Parecía mayor. Tenía el pelo blanco, pero lo que me llamó la atención fueron sus ojos. Cada uno de un color diferente. Uno, verde oscuro, el otro, un rojo bastante llamativo.
Se acercó a mi y me acarició la mejilla con dulzura. Si arrugada mano estaba fría.
-Pequeña Iria... - Me dijo con voz triste. Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. - Has cambiado mucho... Tu pelo.... Ahora se ha vuelto más oscuro y has crecido mucho.... Pero tus ojos siguen siendo del mismo marrón que recordaba...
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Mundo Nuevo
Fantasy...Lalalalala... Empecé esta historia hace muucho tiempo y quiero terminarla, así que tal vez si la subo por aquí la consigo terminar algún día...