LO QUE YO DECIDA CAPÍTULO ÚNICO

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Era una noche algo lluviosa, un tanto fría y demasiado oscura para las luces que estaban prendidas en la casa de Emma, ella se encontraba en la sala de estar escuchando música clásica, su favorita, mientras disfrutaba de un rico café frio americano negro, estaba un poco estresada, ya que la fecha limite para la entrega de su libro pronto vencería, trataba de concentrarse, pero sentía que alguien la observaba desde lejos, alguien tenía puesto los ojos en ella. Se levanta de la mesa en busca de sus lentes, la luz de la laptop le lastimaba mucho la vista, sin embargo, no los haya por ningún lado, busca en el librero, busca debajo de sus muebles y encima de su mesa de centro cuando de pronto...

¡ZAAAZ! Se escucha por algún lugar de enorme casa

- ¿Hay alguien ahí? - pregunta Emma, un tanto desconcertada y tiritando por el frío y por el miedo que sentía. Camina poco a poco hacia donde proviene el ruido, justo en la entrada de su casa. Abre lentamente la puerta.

- Hola, hermosa ¿cómo has estado? - pregunta su novio, Paolo, entrando de pronto a la casa dejando caer un paraguas todo empapado.

- No sabía que vendrías, no te esperaba en casa tan pronto después de la discusión. - dice Emma.

- Quería verte un rato, platicar, cenar y podemos hacer otras cosas. – menciona Paolo con intenciones detrás.

- Bien, espérame en la cama. – termina cediendo Emma

La noche transcurrió a su curso, ellos estuvieron juntos, sin embargo, algo terrible había sucedido. La fecha de caducidad de su anticonceptivo les había fallado y ellos de despistados no se tomaron la molestia de checarlo. El tiempo paso y con él, un embarazo que Emma nunca deseo.

Emma se encontraba con mareos y vómitos, se preguntaba qué había comido para sentirse de esa forma, sin esperar más, agarro las llaves de su coche y fue al médico. En el momento en que subió al auto, se le ocurrió que tal vez podría estar embarazada, porque los anticonceptivos no son cien porcientos seguros y fallan, desde ese momento, ella solo vio un borrón. No sabe cómo llegó al hospital, ni como hizo fila para ser atendida, de repente solo apareció en el consultorio, con el médico preguntándole como se llama.

- Buenas tardes, soy el Doc. Héctor Vera y seré yo quien la atenderá hoy. ¿Cuál es su nombre y que síntomas ha presentado?

- Buenas tardes, me llamo Emma y he tenido mareos y vómitos, cualquier cosa que trate de comer lo devuelvo, no importa que.

- Esta bien, tengo una sospecha acerca de eso, ¿le puedo sacar sangre para confirmar?

- Por supuesto, no hay problema.

El Doc. Héctor Vera se acerca a Emma, le limpia su brazo con desinfectante, pone un tipo de liga en la parte superior de su brazo, espero un tiempo e introdujo una aguja en la vena, él recoge la sangre en un frasco hermético o en un tubo adherido a la aguja y lo lleva a para que lo analicen.

- Este proceso tardará unos minutos, no se preocupe.

- Esta bien, gracias.

Pasan algunos minutos y tocan la puerta, entra una enfermera y le da un sobre al doctor, luego se retira.

El doctor abre el sobre, lo lee y luego le dice con una sonrisa:

- Felicidades Emma, usted está embarazada.

En ese momento Emma sintió que su mundo se detenía. Ella no podía estar embarazada, ella se cuidó, se aseguró de cuidarse, no podía estar embarazada. Ella no quería estar embarazada, era demasiado joven, todavía tenía que viajar y explorar el mundo, tenía tantas cosas que hacer y no podría hacerse porque estaba embarazada.

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⏰ Last updated: Oct 20, 2019 ⏰

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