Murk. Nuevas Especies. Libro 7

Dulce amiga

La ojinegro se paseaba por la laguna mientras una hembra reía y envolvía un brazo en sus hombros. Unos pasos más atrás, Sihu vió como uno de los machos salía a toda velocidad del camino de las mujeres. La hembra, Mabel, volvió a reír cuando dicho macho tropezó con una de las ramas bajas mientras caminaban sin ver hacia delante. La ojinegro no pudo evitar retorcer un poco sus labios. Era gracioso. Los machos huían despavoridos ante las mujeres regalo. Torció los labios y presto atención a su compañera. Mabel era una precisa y pequeña hembra felina de aspecto frágil y cabello dorado. Sihu no podía creer que algún tiempo la mujer había sido casi muerta debido al abuso... Igual que ella.

-No te preocupes por ellos, Sihu. Los machos aún creen que saldría corriendo y gritando si hablan con nosotras por más de un minuto, pero son familia y en un tonto modo, solo quieren que nos sintamos lo más seguras posibles-. Dijo. Y aquella era la frase que representaba su nueva situación. Para la ONE, Ella y su madre ahora eran familia.

Habían pasado más de dos años desde que habían llegado allí, cuatro desde que su mundo se fue al carajo. Las mujeres aún le consentía, le cuidaban con sigilo y adoraban a su madre, está había encontrado todo un edificio de muchachos a quienes alimentar y dar el amor que tenía para un hijo perdido. La mujer se deleitaba con cada logro de los machos en el edificio de hombres, cosas como: "Snow ya logró graduarse, Flirt está saliendo con una linda chica o a mis muchachos les gusta lo que cocino". Ponían una sonrisa en el rostro de la mujer. Sihu estaba feliz por ella, aunque no había podido hacer lo mismo.

-¿En verdad no quieres ir con nosotras a la reserva?-. La pregunta de su acompañante la saco de sus pensamientos. Mabel le veía con ilusión, la pequeña felina se había convertido en su amiga más cercana. Desde que llegó, y le conoció, la hembra no le había dejado sola aunque tardó más de seis meses en dirigirle la palabra. Sihu sabía que la felina extrañaba a sus amigos. Ellos vivían en la reserva y pocas veces, a excepción de Kit, Ibán de regreso a Homeland.

Mabel estaba trabajando en entregas en la Reserva por más de cuatro meses antes de conocerse, no podía hacerlo en Homeland ya que había más humanos y ellos aún le asustaban, aunque sabía que no le harían daño. -Estoy trabajando en eso-. Decía con una sonrisa si el tema venía a colación. La ojinegro sabía que la pequeña especie adoraba su trabajo, aunque ya había escuchados de la veces en que extravían los paquetes o... A ella misma. Mabel tenía la opción de trabajar en el almacén de abastecimiento de Homeland.

Sihu no sentía que tenía esa opción. Ella era ingeniera agraria. Pero cada vez que tratada de trabajar en el pequeño jardín detrás del edificio de las hembras, la bilis subía por su estómago y casi se paralizaba. Fue así como ellos la encontraron... Estaba analizando unas muestras en el campo cuando aquellos hombres la sorprendieron y la arrastraron...

La mujer sacudió la cabeza alejando aquellos recuerdos. No podía trabajar, eso traía demasiado malos recuerdos. Era como un muñeco al cual muchos abrazaban y contaban sus historias. Todos trataban de no apretarle, hablarle o sugerirle cosas que pudieran lastimarme; excepto Justice y Mabel, estos habían hecho su labor hacerle volver a los campos, a su vida.

Justice North, había hablado con ella en varias ocasiones. Quería a alguien trabajando con alguno de los machos en la Reserva que habían decidido dedicarse a la agricultura y a la crianza de animales de granja. Ella no estaba lista, pero el felino no era líder por ser flojo e impersistente así que seguía poniendo proyectos en sus narices cada vez más tentadores. -Sí- pudieras darme tú opinion... Le decía. Eso conllevaba a días de debates y oportunidades de que el felino tentara su ya tambaleante obstinación.

Justice quería su accesoria para completar un invernadero y la preparación de uno de los campos para la ganadería autosustentable. Ese era su campo. La idea de lograr que las especies sean autosustentable era una de las ideas más entusiastas  de su padre.