¿ ' 𝙺𝚞𝚜𝚊𝚝𝚝𝚊 ' ?

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Sentía nauseas terribles, eran insoportables, definitivamente esa fruta tenía que estar en mal estado. Incluso, puede que estaba en estado de descomposición.

Fui al pequeño pueblo a ver si podía encontrar una farmacia, y con un poco de suerte, comprar un medicamento barato para el estomago.

El pueblo en sí, era fantástico... Tenía muchos arboles y la gente allí era muy amable, tampoco venían muchos piratas, pero... todos los que conocí, eran unos cerdos. Recuerdo... un pirata con una gran tripulación, y grandes riquezas en su barco, que por cierto era increíblemente grande. Aquel pirata quería tomar el control de la isla, y los aldeanos se negaban, realmente no se enfadaron, pero el pirata no se fue por las buenas... Destrozó muchas casas, tabernas, tiendas... Desde entonces estoy más atenta con los piratas. Nunca me perdonaré el no haber intervenido... Una anciana, perdió a su nieta de tres años. Su nieta estaba jugando a ser pirata con una espada de juguete y un gorro típico de pirata, estaba en una de las casas que aquel pirata destrozó. Sus ultimas palabras fueron: 'Abuela... ya no quiero ser pirata...' 

Cuando escuche a la anciana decir eso sin ninguna expresión... Realmente, no entendí la codicia que tienden a tener los piratas. 


¡Pero... el pueblo se recuperó bien, después de todo!


Desde lejos veía un pequeño pero vistoso signo en cruz, típico de las farmacias.

Iba caminando lentamente, mirando todas aquellas macetas que decoraban cada ventana que veía. El pueblo estaba lleno de vegetación. Escuchaba de fondo todos los aldeanos hablando alegremente, parecía que nada podía quitarles la sonrisa de la cara. Pero cada vez las nauseas que sentía se iban llendo e iba llegando un dolor inexplicable, y con eso, también un dolor de cabeza insoportable. Creo que es algo mas que un simple mareo y un dolor de barriga... Dios, ¿que se puede comprar con 856 Bellies?

Al llegar a la puerta de la pequeña farmacia, me fijé en el aspecto inusual que tenía. Parecía estar en muy mal estado, ya que la madera de la que estaba hecha parecía podrida.

El dolor de mi estomago iba aumentando con el paso del tiempo, no miré más y entré al establecimiento.

- ¡Bienvenido!

La mujer estaba sentada detrás del mostrador. No parecía ocupada, no había nadie en aquel sitio tan pequeño.

- Buenos d-días... 

No pude evitar tartamudear, el dolor me estaba 'comiendo los sesos'.

- ¿Que puedo hacer por usted?

- N-necesito una medicina para el do-dolor de estomago y-y otra para el dolor de-de cabeza.

- ¡Claro! espere un momento a que le traiga unas medicinas.

- ¡U-un momento! P-podrían ser... esto... ¿Un poco más ba-baratas..?

-Esta bien.


Aunque le haya dicho eso, parecía que no se había molestado. Apreveché que se había ido y estudié un poco el lugar. En sí, no era nada especial, pero detras del mostrador había una estantería llena de diferentes medicinas, no podía leer los nombres de estas, tenía la vista algo nublada. Al lado había una puerta, la mujer había entrado allí, y dejó la puerta abierta, se podía reconozer un pequeño almacen con un montón de frascos, supongo que serían de medicinas.

La mujer salío y empezó a mirar de arriba a abajo moviendo un poco los frascos. Casi se le cae uno, pero cuando iba a tocar el suelo, lo paró con un pie, dejandolo rodando por el suelo.


- ¡Aquí!


Miró al suelo y agarró el frasco con cuidado, al mismo tiempo sacando otro más pequeño que se encontraba al fondo de un estante bajo.


-Esta de aqui es una infusón que quita; nauseas, dolor parcial de estomago y purifica el aparato digestivo. Y esta otra son pequeñas capsulas con hierbabuena, y le garantizo que quita cualquier tipo de dolor de cabeza.

- ¿Cuan-tos Bellies so-son?


La mujer hizo una pequeña pausa mirandome y mirando las medicinas. En ese momento creí que me iba a desmayar, aún que preferiría desmayarme antes que seguir con este dolor.


- ¡E-este..! N-no quiero mucha cantidad... Me valdría so-lo para un u-uso.

- ¿Está segura?-

- ¡S-si!


Hechó otra mirada a las medicinas.


- Entonces serían... 650 Bellies


Saqué siete billetes de 100 Bellies y se los dí a la mujer. Mientras ella tomaba los billetes, estaba sacando las medicinas de los frascos y metiendolos en una pequeña bolsita.


- Aqui tiene.


Me dio el cambio de 50 Bellies y la pequeña bolsa. Me diponía a irme pero me enteré de que había otro problema. ¿Como hacer la infusión?

Durante, practicamente toda mi vida he estado comiendo de los frutos que daba la vegetación que había por toda la isla. Creo que incluso de camino hacia aquí, ví una maceta con un racimo de uvas.


- ¡Que tenga un buen día!


Al salir de aquella farmacia, me apollé en la pared de esta. Realmente, esa fruta tenía que estar mal.


- ¡Señorita! ¿¡Esta bien?! ¡Señori...

''Robin Hood'' Akuma no Mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora