Yohan estaba en su cama, recostado sobre su abdomen, con los pies en dirección a la cabecera, viendo un dorama en su notebook cuando Junho entró.
—Yohan hyung~ —se quejó.
—¿Qué? —pausó su serie y prestó atención al menor.
—Tu pie —lo acusó con el ceño fruncido mientras lo apuntaba.
—¿Ah? —preguntó confundido.
Junho suspiró, se acercó al mayor y puso una cabecera bajo su canilla. Se dio cuenta que Yohan lo miraba como si nada, él le devolvió la mirada con una leve arruga en su frente.
—¡Tienes que cuidar tu lesión, hyung! —lo regañó mientras se recostaba de espaldas a su lado.
Yohan lo miró sin decir nada, incluso si Junho estaba con su vista pegada al techo, comenzó a sonrojarse levemente. Le causó gracia y ternura, y no pudo evitar llevar la mano hasta su cabeza para revolverle el cabello.
—Lo siento. Seré más cuidadoso la próxima vez.
Junho asintió y Yohan reanudó su serie, sabía que el menor no había ido a verla, tampoco a conversar. Solo se quería recostar ahí. Pasó un brazo por sobre la cintura del menor, no dijo nada, tampoco el contrario.
No dormía, solo estaba descansando con los ojos cerrados cuando escuchó la puerta de la habitación abrirse suavemente.
—Ah, hyung...
Junho quiso fruncir el ceño ante el tono de Yohan, sea quien fuera, no quería que estuviera ahí. Se tragó un suspiro.
—Yohanie... hice ramen picante, ¿quieres? —se escuchó la voz de Wooseok.
—Sí quiero —contestó rápido.
La risa de Wooseok se sintió suave en la habitación. Yohan se levantó de la cama con dificultad, tratando de no despertar a quien creía dormido. El menor prefirió que lo pensara así.
—Espera, yo te ayudo.
Wooseok debía estar sosteniendo a Yohan para que no se lastimara, facilitándole el levantarse de la cama.
—Eres el mejor, hyung —la voz de Yohan sonaba feliz.
Junho escuchó las risas y susurros cómplices antes de que la puerta se cerrara suavemente. Abrió los ojos y dejó salir todo el aire que contenía en sus pulmones. Miró el espacio vacío que había dejado Yohan
Lo confundía. Nunca había estado tan confundido con algo.
Quería a todos sus hyung y dongsaeng. Pero Yohan era y siempre sería especial. Le faltaba confianza y era inseguro, pero el mayor había sido quien le devolvió todo eso siendo el primero en creer en él y sus habilidades, incluso cuando él mismo pensaba que carecía de ellas. Yohan había sido el primero en acercarse, hablarle, sonreírle y aconsejarle. Cuando él no tenía nada para ofrecer, Yohan le había terminado dando todo.
Y era perfecto, era todo lo que quería. Hasta que debutaron.
Cuando parecía que ya no era la primera opción de su mayor. Lo veía acariciando y llamando lindo a Hyeongjun o enterrando su dedo en las mejillas de Dohyun. Y peor, lo había escuchado elegir a Dongpyo para compartir habitación.
Pero más difícil que verlo caer ante los encantos de los menores, era verlo incapaz de negarles algo o decir cualquier cosa que no fuera positiva de los mayores. Que era el fan número uno de Seungwoo era algo que ni siquiera se molestaba en negar, y la única razón por la que él no se ponía de los nervios es porque el mayor besaba el suelo por donde caminaba Dongpyo. También era una realidad que alababa las habilidades de Seungyoun cada que tenía oportunidad o que hablaba con Hangyul de cosas que no podía con otros porque ambos tenían la misma edad. Y de nuevo, la única razón por la que se sentía medianamente tranquilo, es porque ambos parecían ser demasiado cercanos uno con el otro.
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Celos (JunHan one shot)
FanfictionJunho sentía que su vida se había vuelto perfecta... hasta que debutó, cuando sus celos e inseguridades se asentaron de forma permanente en su mente. Lo que él no sabía y no pudo prever, es que no era el único batallando con los celos.