Octavo Día

0 0 0
                                    

Día 22/10/2019
Tuve que tomar un desición por mi propio bien y nuestro bien colectivo, al principio pensé que era egoísmo pero comprendí que aveces los cambios más dolorosos a corto plazo son necesarios para traer más felicidad durante un tiempo más estable y definido.

Una vez más me encontraba entre tus brazos, en tu pecho mojado por mis lágrimas,  que  de mis ojos goteaban miles de gotas húmedas cada segundos más en tu pecho, sostuve tu cara entre mis manos y te susurre mi te amo más sincero, junte mis manos con las tuyas queriendo que los segundos fuesen años, para pasar la eternidad contemplando aquellos ojitos que me incitaba a quedarme.

Lágrimas sin parar goteaban una tras otra de mis ojos, el miedo y el amor tenían una lucha sin parar por obtener el mando, dos personas que se amaron, amaban intensamente; circunstancias, momentos que son incapaces de borrarse por más que se pasen millones de  años.

He tenido miedo que hoy este sea la última vez que sienta el calor de tu piel, o que por última vez tus labios hagan contactó con los mios, miedo de no sentirme protegida a tu lado.

Te abraze, bese, una y otra vez y otra, otra, otra vez, para que aquellos labios tuyos dejasen una marca en los mios de forma permanente.

Entoces llegó la hora, esperando que todo esto fuese un hasta luego y rogando que no fuese un adiós, te vi partir...

Aquellos ojos me miraron de forma penetrante y dudosa, susurre un: "Cuidate mucho, te Amo", nos abrazamos y fue ahí cuando te marchaste,  vi que lágrimas silenciosas caigan por tus ojos, quise gritarte que te quedaras más, que te amaba, supe ahí  que  tampoco te querías ir, pero esto parecida necesario.

Escritos para mi primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora