Parte 2

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El cansancio lo estaba matando. Los papeles que estaba revisando se mostraban interminables ante él. Retiró sus lentes para masajearse levemente el puente de su nariz. La noche había llegado y su cuerpo pedía descanso. Sin embargo, tenía que dejar todo bien preparado antes de irse a la cama. Todo listo antes de que llegase la mañana.

. . .

El bullicio gobernaba el salón por completo. Los jóvenes no paraban de hacerse bromas entre ellos. Mientras que él, se dedicaba a distraerse con el lápiz de madera que jugueteaba por sus dedos.

-¿es cierto lo que me dijiste? –preguntó Margaret detrás de él.

Curioso, Steve agudizó su oído para escuchar a la chica a quien le hablaba su compañera. La joven susurraba intentando que nadie más las escuchara. Sin embargo, eso no fue impedimento para el rubio.

-por supuesto que sí. ¿Acaso crees que miento?

-no es eso. Es solo que me cuesta creer que él haga eso.

- del profesor Stark no me lo esperaría.

Su corazón dio un fuerte golpe en su pecho. ¿Acaso estaban hablando del profesor Stark?

-¿Por qué lo dices?

-es un hombre joven, Peggy- dijo su compañera chismosa- prácticamente nos supera por unos cuantos años. Lo más seguro es que este saliendo con una niña de aquí. ¿Es que acaso no has escuchado los rumores?

-yo no los creo.

Pues yo tampoco, pensó Steve respondiendo mentalmente a la pregunta.

-dicen que está saliendo con una alumna.

-eso es imposible.

-vamos, el hombre es un encanto. ¿Quién no se resistiría a él?

-él es mayor.

-pero no es un anciano. Apenas tiene unos veinticuatro. Además, ¿no te has fijado del trasero que se gasta? ¡Es enorme y redondo!

Peggy se sonrojó ante el comentario. Steve hizo lo mismo. ¿Cómo podía llegar y decir eso tan a la ligera?

-¡Susan!-retó Margaret llamándole la atención.

-ni que fuera mentira- dijo la rubia suspirando- me pregunto quién será la afortunada. Estoy segura que la deja en el paraíso.

-¡deja de denigrar al profesor Stark!

Las chicas se voltearon sobresaltadas y observaron el rubio con el ceño fruncido. Peggy se sonrojó rápidamente al notar la presencia de Steve. Mientras que Susan no hacía nada más que mirar el piso.

-Steve, no es lo que tú crees. Susan hablaba de...

-¿Quién inició ese rumor?

-los pasillos hablan por sí solos, Rogers- dijo Susan.

-son mentiras. ¿Acaso no se dan cuenta de los problemas que puede contraer esto? Pueden meter en grandes problemas al profesor Stark con semejante mentira.

-por favor, cálmate- dijo Susan quitándole importancia al tema- ni que fuera tan grave.

-no volveremos a hablar de esto, Steve.

El chico no miró con buenos ojos a Susan. Ella siempre había sido la que traía los chismes frescos del día. Lo peor, era que siempre la información era falsa o estaba incompleta.

Hubiera continuado mirándola con reproche. Sin embargo, el aroma a café cargado se hizo presente en el salón. Steve lo reconoció al instante y volvió a su asiento para poder iniciar con la clase. Sus ojos azules se posaron en el hombre que caminaba por delante de la pizarra.

Amor dentro de la sala de claseWhere stories live. Discover now