Prólogo

12 3 0
                                    

La luz entraba a través de la ventana por la que me observaban "ellos", yo no los podía ver pero sabía que ellos a mí sí; me veían como algo raro, algo que no debía existir, algo imposible. Yo soy su "rata de laboratorio", nunca supe cuál es la razón por la cual me están ocultando, tal vez sé algo que no debería saber o muy pronto lo sabré, o simplemente estoy loca y pronto me dejaran volver a mi hogar; dicen que tengo una enfermedad, pero...esos sueños... ¡Son tan reales!; Sé que nos ocultan algo, lo siento dentro de mí, ellos nos quieren ocultar la verdad y yo hare que esa verdad salga a la luz.
Ellos me dijeron que tengo una enfermedad rara, como todo lo relacionado a mí, no saben cómo llamarla aun, lo único que saben es que afecta a gran parte de mi cerebro, incluyendo mi subconsciente, además de que esta enfermedad terminara matándome; me estudiaran para poder crear una cura en caso de que otra persona llegue a presentar síntomas parecidos.

Aunque para mí de una u otra forma la muerte es inevitable. No puedo confiar en mí, yo no confiaría en una persona con esta enfermedad, pronto perderé la razón y me convertiré en un monstruo...me volveré loca, yo no confiaría en una persona loca, creo que esto es lo peor que pueda pasarte, no poder confiar en ti, si no es en ti ¿En quién más? Últimamente ha cambiado mucho mi forma de ser, sinceramente me desconozco, no sé quién soy o quien debería ser.

Antes de todo esto yo era una persona alegre, yo tenía una "familia" si es que así la puedo llamar, debido a que yo era huérfana, mis padres me dejaron en un orfanato cuando era pequeña y después me adopto una feliz pareja con una hija de mi edad, ella más que una hermana fue una amiga para mí, su nombre es Isabela, debe estar muy preocupada por mí.

Es entonces cuando recuerdo aquel momento en el que estábamos en el comedor todos reunidos y de pronto un policía toco la puerta y en cuanto Liz "mi madre" abre la puerta, simplemente la apartan como si esa fuera su casa; todo sucede muy rápido por lo que nadie alcanza a procesar qué es lo que está sucediendo. El policía cruza rápidamente el comedor hasta llegar frente a mí, no sabía qué hacer, es entonces cuando él me inyecta un líquido color azul en el brazo. Todo a mí alrededor me da vueltas y caigo al suelo. Escucho unas palabras apenas audibles para mí.
-¡No se la lleven, por favor no se la lleven!- Gritó Isabela con desesperación.

Esto fue lo último que escuché de ella y de pronto despierto en esta habitación y me dicen que estoy a punto de morir, es impresionante como las cosas pueden cambiar de un momento a otro, pero sinceramente no me importa en lo más mínimo lo que me pase, no le temo a la muerte, al contrario siempre he querido saber qué pasa después de que una persona muere; pero la mayor razón es que nunca sentí que encajara en este mundo, por lo único que me dolería morir sería por mi familia, aunque no creo que les vaya a hacer mucha falta, siento que siempre he sido una carga para ellos.

Esta habitación es horrible, bueno no esta tan mal para alguien que va a morir, es más bien como una cárcel VIP, tengo mi propia habitación y está totalmente esterilizada, no hay nada en la habitación más que estas paredes acolchonadas; solo me falta la camisa de fuerza y haber matado a alguien para parecer una loca al 100%.

Ahora tengo un poco de sueño, pero yo no quiero dormir, no desde que sueño cosas terribles y menos aún que estudian toda mi actividad cerebral durante el sueño, ya no deben tardar en entrar esas personas uniformadas para inyectarme ese líquido azul. Dicen que les permite saber lo que estoy soñando, me explicaron que así podrán saber qué es lo que está más dañado en mi cerebro. Ellos quieren saber lo que más oculto tengo, aquello que no puedo controlar "mis sueños". Por lo general todos los sueños que tengo los recuerdo a la perfección, debido a que la mayoría son pesadillas y es más común que recordemos a estas que a los sueños normales. Es como si todo lo bueno que me hubiera pasado lo hubiera olvidado y ahora solo recordara lo malo, tal vez sea porque así deba ser, tal vez yo no pertenezco aquí y por eso ahora una enfermedad desconocida me va a matar porque soy un error de la vida que ahora se tiene que eliminar.

Yo no merezco mi nombre "Kendra" significa salvación, yo no merezco tener vida y por eso ahora se me está arrebatando, solo destruyo a todo lo que me rodea; como aquellas vidas que destruí al momento de nacer, por lo que yo merezco ser huérfana, merezco estar aislada del mundo y morir sola en un laboratorio, preguntándome ¿Por qué me pasa todo esto? Y este será mi último pensamiento al morir; creía que sería algo más heroico pero así de desafortunada soy.

Mi nombre es Kendra y nunca debí existir.

IrrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora