La Creadora "Hugo"

Capitulo 8

Abro los ojos observando mi alrededor para confirmar que no estoy muerto o algo que me indique que sigo vivo, lo primero que espero ver es alguna luz, sin embargo me encuentro en un salón. Es un salón normal, tiene su mesa en el centro, una televisión, muebles y dos sillones que están ocupado por un hombre y una mujer sentados cada uno en uno. No tengo ni idea de donde estoy, ¿Sam tu sabes donde es esto?, "No lo se y si lo supiera no te lo diría por ser tan estúpido y arriesgar tu vida", sera mejor que no le pida ayuda, lo noto un poco enfadado. Irrumpe en el salón una niña, no es muy mayor, rondara los siete u ocho años, va directa hacía el hombre que la recibe con un beso y la abraza, la mujer hace lo mismo, los dos le susurran un buenas noches y mi corazón se llena de amor, no por ver la escena sino por las palabras de ellos dos. El amor es sustituido rápidamente por alegría y felicidad que me llenan por dentro, estas no son mis emociones, ¿Sera que estoy sintiendo lo que esta niña siente?. Se va por un pasillo que según mi intuición te lleva a los dormitorios y las emociones que acabo de sentir la persiguen, ya que con cada paso que da es como sí saliera lentamente de mi. Giro mi cabeza lo más rápido que puedo al escuchar un estruendo proveniente de mis espalda donde parece ser que esta la puerta principal, bueno la puerta ahora se encuentra en el suelo y dos hombres iguales al que intento matarme hace unos días están por ocupar la casa. La pareja a mi espalda se levantan, escucho como uno le dice al otro que active la protección, el hombre se lanza a pelear con los vasallos de Félix mientras que la mujer susurra palabras en voz bajas, creo que esta utilizando magia porque justo al acabar de hablar ha aparecido un botón en la pared donde esta la puerta que la niña ha cruzado para ir al dormitorio. Pulsa el botón, espero a que algo explote o una reja aparezca, pero no sucede nada, aunque al segundo cambio de opinión al escuchar un susurro de la mujer, "Ahora estarás ha salvo hasta que se vayan hija, no dejaremos que te hagan daño, espero que encuentres el secreto escondido, te amo", cuando termina de hablar se une a su marido para pelear. ¿Que habrá querido decir con el secreto escondido?,¿Se puede saber que es todo esto y por qué yo estoy aquí?, no entiendo porque ahora que descubre que soy un chico con poderes también me aparece este tipo de sueños. La mujer y el hombre utilizan hechizos o conjuros no se distinguirlos, pero los hombres son más fuerte, consiguen agarrarlos e inmovilizarlos, vuelvo mi mirada de nuevo a la puerta para ver entrar a un niño de unos ocho años, !Espera!, ese niño me resulta familiar, !!Claro, soy yo!!.

¿Pero qué hago yo aquí?, yo no recuerdo nada de esto, ¿Será que soy sonámbulo y no lo se?, mi cerebro aunque lento consigue reaccionar, !Es Félix!. Entra con paso decidido queriendo mostrar su autoridad, en cambio a mi no me intimida, consigo ver cierto nerviosismo en sus ojos. Su mirada se detiene en la pareja, alza una mano, al instante uno de sus guardias le coloca un cuchillo en la palma de la mano, se piensa por un segundo lo que va a hacer y luego colocando una mascara de maldad en su rostro, clava el cuchillo en el pecho del hombre. Ahogo un grito aunque de todos modos no me puedan escuchar, el hombre empieza a perder sangre y la mujer a su lado grita y llora. La maldad que transmite Félix da miedo, ¿Cómo un niño de ocho años puede tener tanta sangre fría y matar como si nada?, no logro comprender el porque Félix se comporta así. No escucho más los gritos de la mujer, cuando miro para ver el por que me arrepiento al instante, la cabeza de la mujer esta casi despegada de su cuerpo brotando chorros de sangre y Félix esta delante de ella con cuchillo en mano y una sonrisa pegada a su cara. Le devuelve el cuchillo al hombre, hace un movimiento con la cabeza hacía el otro indicándole que busque algo, quito mi mirada de los cuerpos inmóviles de la pareja porque me dan ganas de vomitar, Félix es despiadado desde muy chico, no le importa matar.

- No esta aquí Señor, solo hay un dormitorio donde supongo dormirían ellos.

La voz del hombre provoca que de un respingón, no me lo esperaba.