Sorpresas

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Bucky era consciente de lo mucho que había jugado al enamorado en su juventud, saliendo con mujeres alfa u hombres betas, había sido un alfa que se divertía y que había disfrutado todo lo que él había querido, ignorando los comentarios de Steve y su discurso interminable sobre los destinados.

Después  de la guerra y el hielo y todo lo oscuro en su pasado, se había reencontrado con su  Steve, su mejor amigo, lo vió feliz al lado de aquel omega que resultó ser el hijo de Howard y su destinado, como su mejor amigo y hermano,  no podía  negar que estaba feliz por él, que le hinchaba el pecho de orgullo al verlo llevar de la mano a ese Stark y porque al fin después de tantos años había conseguido lo que siempre había querido, una familia.

En todos los años de matrimonio de Steve, Bucky había estado ahí, cargando a los cachorros Rogers-Stark y soportando la presencia de los demás héroes  a los cuales jamás se había terminado de acostumbrar, y por supuesto estaba  Steve quien le decía que buscara una pareja, una  mujer o un hombre con el cual compartir su vida, él siempre reía y dejaba pasar todo aquello, el no se creía capaz de merecer todo lo que Rogers tenía, un esposo, tres hijos, y una enorme familia, no, él había causado demasiado daño y a lo único que podía dedicarse ahora era a hacer feliz a sus sobrinos.

Y por supuesto, la vida siempre te daba sorpresas que realmente no querías, y justo en estos momentos mientras observaba a sus sobrinos jugar al basketball en en su patio trasero, se preguntaba si la existencia no lo había castigado lo suficiente, pero no, ahí estaba, su omega destinado jugando a la pelota con sus hermanos mientras él le llevaba 20 años en esencia y 100 más en la realidad, es que él lo sintió el día que cargo a Peter cuando nació, sintió el cosquilleo, la vibración de la cual Steve hablaba que había sentido cuando al abrir los ojos vio a Tony Stark, y es que en serio debía ser una broma, una broma terrible.

Esa tarde los chicos lo habían ido a visitar mientras sus padres estaban de misión, no era justo, se dijo a sí mismo, porque aunque ya había tomado la decisión de pedir la mano de Peter a los Rogers-Stark, aun creía que era una locura, pero quizás si, merecía esto, y quizás no era justo, pero lo amaba, lo amaba desde que había visto sus hermosos ojos castaños de bebé y lo amaba ahora, hermoso y varonil como solo su destinado podría ser.

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2020 ⏰

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