Una pequeña niña venía llegando alegre de la escuela, habían pasado cosas divertidas con sus locos amigos y aún no superaba sus loqueras y ocurrencias que salían por la boca de ellos. Llegó a su casa y gritó un "Ya llegué" al entrar, para que su madre la escuchara.
La mujer mayor salió de la cocina y le dedicó una mirada amorosa. La niña muy animada se dispuso a hacer caso a su madre y poner la mesa para tres personas, ya que prontó llegaría su padre.
—¿Por qué pones otro plato, hija? — preguntó su madre algo confundida.
—Papá llegará pronto, seguro y tendrá mucha hambre.
El tono de la niña fue normal como suave, más su madre detuvo todo movimiento y se quedó viendo a su hija con profunda tristeza. Se acercó a ella y depositó tiernamente un beso en su cabello para abrazarla suavemente.
—Papá estaría muy orgulloso de ti— le había dicho con voz suave y débil, aunque sus lágrimas caían poco a poco, en descenso.
—Papá vendrá ¿verdad mamá? él dijo que llegaría, que estaría a mi lado ¿verdad mamá? ¿Verdad?
Decía con lágrimas resbalando por su mejilla, la casadas de agua caían por sus suaves pómulos que ahora se encontraban sonrosados, su piel pálida y temblando bajo los brazos de su madre quién no articulo palabra alguna, solo se limitó a fortalecer el abrazo.
—Él dijo que me llevaría al altar, que iba a echar al novio que trajera, que me iba a llevar a las montañas y veríamos el amanecer juntos...
Dijo con voz temblorosa, su corazón doliá, su alma doliá, todo en ella estaba roto. Aquellos trozos que antes estaban unidos, ahora se estaban destrozando. La pesadez en su alma, la agonía en su corazón. Los gritos de dolor al ser consciente de la realidad a la que había estado huyendo.
Ella no podía entender cómo su vida de había vuelto así. No podía entender como de un momento a otro lo perdió.
En un momento lo había tenido todo y al otro no.
—¿Por qué no está aquí? ¡Debe cumplir sus promesas! ¡Debe estar a mi lado! Esto no es justo... Él debe verme crecer, llevarme al altar y ver a mis hijos crecer ¿Por qué no esta aquí?...
Cuestionaba cada vez con la voz más rota. Él se había ido, ya no estaba con ella ¿Cómo no sentirse mal? ¿Cómo no llorar? ¿Cómo superar este dolor tan grande?... Preguntas y más preguntas, pero ninguna tenía respuesta.
—¿Por qué se fue... ? ¿Por qué? ¿Por qué, ¡mamá! ¡¿Por qué?!
Preguntaba cada vez más agitada, para caer al piso y su madre con ella. No aguantó más y se destrozó. Se sentía vacía, sentía que estaba débil y que solamente ya no podía. Su corazón de por sí ya hecho pedazos, ahora se volvió polvo. Su alma siendo acuchillada peo una perdida tan grande, por un dolor tan absurdo como horroroso.
Fue horrible como el nudo en su garganta de intensificó.
Fue horrible como el dolor no amenguo.
Fue espeluznante el dolor en su pecho.
Quizás su padre no fue el más bueno ni el mejor padre del mundo, ni el más comprensible, pero era su padre; su progenitor. El ser que le dió la vida y que hizo posible su nacimiento, quién la mantenía y que ahora la vida se lo arrebató.
La vida era tan injusta, el mundo era injusto y no tenía piedad con nadie. No se detiene y arrastra todo a su pasó, no se detiene a ver a los que cayeron y se los lleva consigo.
Sin embargo, no sólo ella sufría, su madre estaba igual o peor que ella. Había fallecido su esposo, su compañero, el amor de su vida, el padre de su hija. Había perdido al ser que amaba y que amó como nunca.
Para ella tampoco era fácil y al igual que su hija se negaba a aceptarlo, pero era la adulta ahí y debía mostrarse fuerte ante su hija, aunque por dentro estuviera desgarrada y solo quisiera ir tras su esposo, simplemente no podía, su hija la necesitaba y tenía que estar junto a ella.
Mientras que la joven niña, en algún momento odiaba a su padre, sintiéndose incomprendida y olvidada. Pero, lo cierto era que nunca lo odio realmente, solo fueron sus ataques de todo adolescente. Ella no quería que eso hubiera pasado, sin embargo, el "hubiera" no existe. Ella lo amaba, amaba a su padre pues fue quien la crió y estuvo con ella en casa evento de su escuela, en cada reunión de padres. Aunque siempre llegaba tarde, pero siempre llegó. Todo pasó tan rápido, en un parpadeo lo perdió, en un descuido él ya se había ido.
Nunca lo vio venir, pero la vida prácticamente le dio en una de sus más grandes debilidades y ahora estaba más que sólida, estaba echa polvo.
—El llegará ¿verdad?...
Y así como un suspiro, se esfumó. Un deseo, un anhelo pero nada funcionaría. Él se había ido y aunque se negaran a aceptarlo, debían hacerlo. La casa que en un principio era para tres personas, se vio reducida a sólo dos. Dos pobres almas que añoran al que se había ido, al pilar que ya no estaba, al ser que su lado siempre se encontraba.
Nadie se espero que un auto se dirigiera hacia él a gran velocidad, nadie se espero que esto causara que perdiera el control. Nadie esperaba que una vida, hoy se esfumara. Nadie lo esperaba pero sin embargo, sucedió.
El ser humano es como una caja de cerillo. Lo encendemos y hay una flama y esa es su vida, pero cuando lo apagamos esa vida se esfuma. ¿A dónde se fue esa llama? Nadie lo puede saber exactamente. Aquel cerrilo ya no sirve, sólo quedó aquel palo sin vida, sin flama. Pará otra vez depositarlo en la caja y dejarlo en algún lugar. Así de simple una vida se acaba, así de simple nos podemos ir. ¿Acaso con aquel ejemplo, no crees que el ser humano es frágil?.
Nadie puede predecir si mañana siquiera vamos a despertar, pero aún así planificamos nuestro futuro, nos proponemos metas que no sabemos si vamos a cumplir, ponemos la alarma para despertar. Estamos aferrados a la vida inconscientemente, así es el ser humano. Solo nos queda vivir el hoy y disfrutar los bellos momentos al lado de las personas que amamos y queremos. Nadie sabe lo que puede pasar incluso así ¿te quieres arriesgar?.
"Una pérdida, es una pérdida. Así como duele que se te pierda el dinero que habías ahorrado, así como duele que se te pierda aquel objeto tan preciado. Así y mucho más doloroso es perder a un ser que marcó tu vida, a un padre igual que una madre".
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//Él llegará ¿verdad?// ✓
Short StoryEste pequeño relato lo hice hace más de dos años, solo una pequeña reflexión que hizo mi mente en ese entonces y quise compartir💕 -Él dijo que iba a llegar ¿verdad?, lo prometió. El silencio fue su respuesta. -Llegará, él tiene que llegar... "A ve...